Rosario de injerencias
La AVL fue posible porque el PSPV consider¨® que pod¨ªa contribuir a cerrar la brecha del conflicto socioling¨¹¨ªstico abierta por la derecha local por un pu?ado de votos. La imagen p¨²blica de la AVL en estos primeros nueve meses es positiva. Lo que m¨¢s ha trascendido y mejor se ha valorado han sido los acuerdos del pleno, resueltos por unanimidad o por una holgada mayor¨ªa. Tales acuerdos, una reflexi¨®n b¨¢sica y urgente sobre la normativa, parecen impecables y oportunos, as¨ª como el ¨²ltimo, por el que la AVL asume su capacidad de emitir informes sobre la adecuaci¨®n de la lengua de los textos escolares a la normativa oficial, que dimana de ella. En cambio, el gobierno parece haber perdido el norte. Da que pensar tanta injerencia, como si algunos miembros del equipo de Zaplana sufriesen ataques de celos tras cada logro de la AVL. O se ordena a la consejera portavoz que se saque de la manga una lista absurda de palabras, o, en su af¨¢n por mantener un enfrentamiento con el mundo universitario, se indica al consejero de Educaci¨®n que demonice la ¨²nica titulaci¨®n oficial en que est¨¢n recogidos los estudios de filolog¨ªa valenciana. Siempre tienen dos caras.
Quiz¨¢ por eso el gobierno del PP no deja de meter sus narices en esta instituci¨®n, que sigue inc¨®lume gracias a su actuaci¨®n sensata y elegante. Me parece que los acad¨¦micos estaban en su derecho al tratar de que el requisito ling¨¹¨ªstico no fuese exigible para los licenciados en Filolog¨ªa Catalana, que no parecen ser los culpables, sino m¨¢s bien las 'v¨ªctimas', de que el Ministerio de Educaci¨®n, a propuesta del Consejo de Rectores, considerase en su d¨ªa denominar as¨ª los mencionados estudios. Los acad¨¦micos lo trataron y lo aprobaron, pero a pesar de no reunir la mayor¨ªa suficiente, demostraron que estaba en su voluntad no s¨®lo seguir siendo independientes, sino que consideran que tales licenciados deben contar de manera autom¨¢tica con el requisito para ejercer la funci¨®n docente, por ser ellos los especialistas.
Da verg¨¹enza que se empe?en en imponer vocablos de su ¨²nica predilecci¨®n a los editores de libros de texto bajo la amenaza de no autorizarlos. Se trata de un rosario de injerencias con el que los arietes de Zaplana se inmiscuyen en la labor de los acad¨¦micos, manipulando sus acuerdos. Se dice que lo hacen por un pu?ado de votos, repitiendo la jugada de la transici¨®n, sin importarles la fragilidad de la Acad¨¨mia. Esperemos que no la ahoguen, en un ejercicio de irresponsabilidad y de autoritarismo.
Isabel Escudero es responsable de Cultura y Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica del PSPV-PSOE.
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