La Acad¨¨mia pugna por su autonom¨ªa institucional
La AVL trat¨® en su pleno m¨¢s tenso el requisito ling¨¹¨ªstico
Uno de los elementos que alimentan el debate parece remontarse a la Edad Media, por cuanto se trata de un problema nominalista. El Gobierno de la Generalitat excluy¨® del requisito ling¨¹¨ªstico el t¨ªtulo de Filologia Catalana, el ¨²nico reconocido por el sistema universitario espa?ol con el fin de unificar los estudios, por el empleo del t¨¦rmino catal¨¢n. Es consecuencia, una buena parte de los acad¨¦micos propuso que la instituci¨®n se pronunciara sobre tal medida, lo que provoc¨® el pasado lunes el pleno m¨¢s tenso de los que hasta ahora se han celebrado. 11 votaron a favor de debatirla sobre un total de 19 acad¨¦micos presentes, a pesar de la oposici¨®n de la presidenta de la AVL, Ascensi¨®n Figueres, y del informe jur¨ªdico elaborado por el Letrado de las Cortes, Luis Aguil¨®, que considera al ente normativo incompetente en la materia.
La discusi¨®n posterior finaliz¨® con un enfrentemiento entre el sector m¨¢s secesionista y el que defiende las tesis universitarias sobre la unidad ling¨¹¨ªstica. Un voto impidi¨® que este ¨²ltimo grupo alcanzara la mayor¨ªa en el sufragio. En consecuencia, la Acad¨¨mia no se pronunci¨® oficialmente sobre la asunto.
Una vez constituida, la AVL deber¨ªa tratar solo asuntos normativos y ling¨¹¨ªsticos, no pol¨ªticos. Esta opini¨®n de Figueres, del PP, entre otros acad¨¦micos, descansa tambi¨¦n en la idea de que la instituci¨®n, que a¨²n no ha cumplido el a?o, deber¨ªa alejarse del campo de batalla pol¨ªtico en aras de sustentar una mayor autoridad e independencia e instalarse defintivamente en el camino de la normalidad. Mejor no entrar en ciertas cuestiones porque, adem¨¢s, no son materia de un ente normativo.
A nadie se le escapa la naturaleza pol¨ªtica de la creaci¨®n de la AVL, como pone de manifiesto la propia composici¨®n de la misma. De otro modo resultar¨ªa imposible justificar los m¨¦ritos de bastantes de los acad¨¦micos. Se antoja un contrasentido que entre los acad¨¦micos que ejercen diariamente como profesores o catedr¨¢ticos de Filologia Catalana en las distintas universidades valencianas, por ejemplo, no se propusiera alg¨²n tipo de pronunciamiento. Lo mimo sucedi¨® con la decisi¨®n del Consell de excluir en el curr¨ªculo de la asignatura Valenci¨¤. Llengua i literatura de la ESO los autores nacidos fuera de los l¨ªmites actuales de la Comunidad Valenciana. En este caso, la AVL s¨ª emiti¨® una declaraci¨®n en la que ped¨ªa 'reconsidar' los aspectos m¨¢s conflictos de la propuesta curricular.
Representantes del mundo universitario se preguntan si la Real Academia de la Lengua Espa?ola no tendr¨ªa nada que decir si los andaluces o los argentinos decidieran no estudiar a los autores castellanos, o si lo uruguayos optaran por no reconocer el titulo de Filologia Espa?ola.
La AVL no tiene ninguna competencia para promulgar leyes o dise?ar los contenidos curriculares educativos, pero su proceder debe ajustarse a un rigor cient¨ªfico o acad¨¦mico. ?O acaso se deben orillar cuestiones relativas a este objeto?
Tampoco tiene el Consell competencias normativas, depositadas en la AVL, y un d¨ªa despu¨¦s de que la instituci¨®n promulgara el primer acuerdo normativo, el gobierno de la Generalitat defendi¨® para uso de la Administraci¨®n una lista de palabras del valenciano consideradas m¨¢s genuinas, sin mencionar otras posibilidades apuntadas en el acuerdo.
Estas opiniones, extendidas en el ¨¢mbito universitario y educativo y tambi¨¦n en los partidos de la oposici¨®n y los sindicatos de ense?anza, chocan con planteamientos considerados m¨¢s pragm¨¢ticos, que creen que el organismo no deber¨ªa meterse en camisas de once varas y consolidarse primero como instituci¨®n sin entrar en temas pol¨¦micos.
En cualquier caso, el transfondo de la cuesti¨®n es si se pueden poner puertas al campo. El acuerdo entre el PP y el PSPV para crear la Acad¨¨mia se bas¨® en una premisa fundamental: apartar del debate pol¨ªtico el conflicto ling¨¹¨ªstico y normalizar una situaci¨®n que fue alterada por la pugna pol¨ªtica durante la democracia. La reciente pol¨¦mica, no obstante, ha demostrado que el cambio cultural en la derecha pol¨ªtica, aunque ha avanzado, sigue por detr¨¢s de la realidad social y cient¨ªfica. Tambi¨¦n se apunta la interpretaci¨®n de que as¨ª se desplaza la atenci¨®n sobre otras cuestiones.
Persiste, en conclusi¨®n, la intenci¨®n de orillar la realidad filol¨®gica sobre la unidad ling¨¹¨ªstica del valenciano y el catal¨¢n mediante f¨®rmulas nominalistas que har¨ªan la delicias de los escol¨¢sticos. La mayor¨ªa de los acad¨¦micos de la AVL est¨¢n dispuestos a entrar en el juego, si con ello se avanza en la normalizaci¨®n y promoci¨®n del valenciano, pero sobre unas premisas que no dejen lugar a dudas sobre una realidad, que, no obstante, se ve sacudida por decisiones pol¨ªticas.
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