El Cordob¨¦s se corta la coleta

Manuel Ben¨ªtez, El Cordob¨¦s, de 66 a?os, se cort¨® ayer la coleta como matador de toros en C¨®rdoba, ciudad en la que tom¨® la alternativa hace 39 a?os. Con la complicidad del presidente cort¨® dos orejas y rabo tras una faena tremendista. El us¨ªa, para el que tambi¨¦n era su ¨²ltima corrida en el palco, al que ayer volvi¨® tras dimitir del puesto hace a?os, se contagi¨® del triunfalismo del p¨²blico y sac¨® los tres pa?uelos que otorgaban esos trofeos, y, a la vez, dejaba a la plaza de toros de C¨®rdoba por los suelos. De primera categor¨ªa que es su decisi¨®n puso al coso de los Califas en una posici¨®n muy inferior.

Y no es s¨®lo por esos trofeos que generosamente regal¨® -la primera oreja la concede el p¨²blico y hab¨ªa petici¨®n mayoritaria- sino por c¨®mo se desenvolvi¨® la funci¨®n. Todo estaba previsto para que el festejo fuese una fiesta. As¨ª, se prepar¨® a modo un encierro anovillado, m¨¢s propio de un festival (aunque las entradas estaban a precio de corrida de toros) sin apenas cara y sin fuelle. Desde el tendido se oy¨® varias veces -mia¨², mia¨²- durante la lidia. Y ya se sabe que si no hay toro, que no lo hubo, todo carece de valor. El Cordob¨¦s estuvo como siempre ha sido, poco ha cambiado salvo que los saltos de la rana le cuesta un poco m¨¢s de trabajo desarrollarlos, mas luego no tiene problemas en abrirse completamente de piernas como un bailar¨ªn o dar la segunda vuelta al ruedo a cien por hora.

Con sus dos enemigos, Ben¨ªtez estuvo siempre con la muleta a media altura para evitar que se cayeran. Demasiados enganchones. Las dos faenas fueron muy parecidas.

Juan Mora cumpli¨® el segundo de su lote y en el primero dio tandas y tandas de muletazos pero sin llegar a transmitir al tendido.

El toro de la alternativa de Reyes Mendoza se qued¨® hecho un marmolillo. Por el pit¨®n derecho remataba arriba y por el izquierdo se quedaba a mitad del viaje. En este toro, el nuevo matador destac¨® a la ver¨®nica y en unas gaoneras muy ce?idas. En el que cerr¨® plaza Reyes Mendoza estuvo muy torero. Y como el triunfalismo continuaba, el presidente no tuvo reparo alguno en concederle dos orejas.