Bruselas abre la caza del pesquero
La UE ha planteado una reforma basada en reducir flota y eliminar pescadores
Sobran barcos y faltan peces. ?sta es la principal conclusi¨®n adoptada por los servicios t¨¦cnicos de la UE en su an¨¢lisis de los caladeros comunitarios. En funci¨®n de esos datos, la Comisi¨®n ha planteado una reforma de la Pol¨ªtica Com¨²n de Pesca (PCP), basada en la eliminaci¨®n de 8.600 barcos, de los que 1.326 ser¨ªan espa?oles, y en la supresi¨®n de 28.000 empleos.
La reforma afecta tanto a las grandes empresas como a los miles de peque?os y medianos barcos que esperan su modernizaci¨®n
Esta propuesta comunitaria se ha hecho en contra de las posiciones de los pa¨ªses al sur de la Uni¨®n Europea como Espa?a, Italia, Grecia, Francia y Portugal, donde se mantienen las flotas m¨¢s numerosas y con una mayor necesidad de reestructuraci¨®n y modernizaci¨®n. Por ese motivo, la Administraci¨®n espa?ola confia en la posibilidad de modificar sustancialmente la primera oferta comunitaria que quiere presentar en Madrid el comisario Franz Fischler el pr¨®ximo viernes al conjunto del sector, Administraci¨®n y Parlamento.
En el caso de Espa?a, la reforma propuesta afectar¨ªa negativamente, tanto a los grandes grupos de armadores, como Pescanova, que operan en aguas de terceros pa¨ªses, como a m¨¢s de un centenar de peque?as y medianas empresas, que lo hacen fundamentalmente en los caladeros comunitarios. La medida afectar¨¢ igualmente a los miles de peque?os barcos en Andaluc¨ªa o todo el Mediterr¨¢neo, aunque no faenen en aguas comunitarias, cuyos propietarios planeaban la construcci¨®n de nuevas embarcaciones.
Para los grandes grupos con actividad fuera de las aguas comunitarias, la reforma les afecta por la eliminaci¨®n de fondos para exportar barcos, constituir empresas mixtas o el desarrollo de acuerdos, una pol¨ªtica que ha sido fundamental para Espa?a en los a?os precedentes. Para las flotas que operan en aguas comunitarias, la reducci¨®n del esfuerzo supondr¨¢ m¨¢s paro y abandono de la actividad.
Flota y recursos
Ajustar las flotas de los pa¨ªses miembros a las posibilidades de pesca en los caladeros comunitarios ha constituido uno de los objetivos prioritarios de la Uni¨®n Europea pr¨¢cticamente en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, desde el inicio de la Politica Com¨²n de Pesca (PCP). Bruselas aspiraba a mantener un cierto equilibrio entre los intereses de los pescadores y la necesidad de evitar el deterioro de los recursos, tanto con medidas estructurales como de otras de inspecci¨®n y control. En esta estrategia se enmarca la aplicaci¨®n de diferentes programas estructurales, como el actualmente en vigor hasta el a?o 2006, as¨ª como los Programas de Orientacion Plurianual (POP) para la reducci¨®n de flotas.
Esta pol¨ªtica de ajuste ha supuesto ya para Espa?a, desde el ingreso en la Uni¨®n Europea, la reducci¨®n de la capacidad de su flota, mientras otros pa¨ªses, lejos de cumplir los recortes exigidos por Bruselas, elevaron su capacidad en medio de la indiferencia de la Comis¨®n. Desde 1986, Espa?a ha bajado de casi 20.000 a poco m¨¢s de 15.000 el n¨²mero de barcos, mientras el potencial de la flota se ha reducido casi en un 50%. En consecuencia, la estrategia comunitaria de reducci¨®n de flota mediante desguaces o la exportaci¨®n no es nueva. Lo sorprendente en este momento es que ese ajuste se quiera hacer por la v¨ªa r¨¢pida y sin apoyos para exportar barcos o que los recursos disponibles, en lugar de utilizarse para mejorar la estructura de sus barcos, se quieran destinar a desguazar y para jubilaciones anticipadas como medida m¨¢s r¨¢pida para acabar con la falta de recursos.
Igualmente destacan las contradiciones de la propia Comisi¨®n en esta misma pol¨ªtica. Mientras por un lado Bruselas abog¨® siempre por desmantelar flotas para reducir el esfuerzo pesquero ante el fracaso de los mecanismos de control, por otra parte la Comisi¨®n apoy¨® con ayudas la construcci¨®n de grandes superarrastreros holandeses y alemanes, capaces de capturar una sola unidad igual que centenares de peque?os barcos.
La existencia en los ¨²ltimos dos a?os de datos preocupantes sobre la situaci¨®n de los caladeros, seg¨²n los informes manejados por la Comisi¨®n, ha sido el detonante de una propuesta de reforma de la PCP, donde el principal objetivo es eliminar flota para reducir la pesca. Bruselas ha tirado pr¨¢cticamente a la basura todas las propuestas elevadas a Bruselas los dos ¨²ltimos a?os por organizaciones de armadores y diferentes Administraciones de los pa¨ªses miembros. Con esta opci¨®n de ajuste a la brava frente a otros mecanismos de conservaci¨®n y control, la UE ha reconocido tambi¨¦n el fracaso de su pol¨ªtica actual.
Ajuste duro
De acuerdo con los datos manejados por Bruselas, los pa¨ªses miembros cuentan con un total de casi 100.000 barcos pesqueros. Seg¨²n la Comisi¨®n, hay m¨¢s barcos que peces, lo que supone p¨¦rdida progresiva de puestos de trabajo y m¨¢s infracciones de las normales por el af¨¢n de los armadores de sacar rentabilidad a su actividad.
Para acabar con esa situaci¨®n,Bruselas ha puesto sobre la mesa de los ministros de Pesca comunitarios una propuesta donde se contemplan aspectos positivos como medidas conservacionistas, nuevos mecanismos de control en aguas comunitarias e internacionales o planes de gesti¨®n de recursos plurianuales.Sin embargo, el eje de la propuesta se concreta en la reducc¨®n de entre el 30% y el 60% del esfuerzo pesquero, lo que se debe traducir en la eliminaci¨®n de 8.600 barcos, que suponen el 8,5% del total de la flota hasta el a?o 2006. Como Buselas tiene prisa por desguazar, se ofrece una ayuda superior en un 20% a la actual para los barcos que se hayan visto obligados a reducir su actividad m¨¢s de un 25% con los nuevos planes de gesti¨®n de recursos y que se quieran eliminar.
Ejecutar este plan supondr¨ªa reordenar los actuales fondos estructurales del Instrumento Financiero para la Ordenaci¨®n de la Pesca (IFOP), que estaba previsto hasta el a?o 2006, lo que significar¨ªa destinar casi 800 millones de euros para jubilaciones anticipadas de los pescadores y programas de recolocaci¨®n de unos 28.000 trabajadores.
Pulso del comisario Franz Fischler a la presidencia espa?ola
El comisario de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Franz Fischler, mantuvo su primer gran pulso con la Administraci¨®n espa?ola en 1998 con motivo de la reforma de la Organizaci¨®n Com¨²n de Mercado (OCM) del aceite de oliva con Loyola de Palacio como responsable del Ministerio de Agricultura. La apuesta acab¨® en tablas, aunque el comisario se trag¨® entonces su propuesta de ayuda al ¨¢rbol. La reforma de la Pol¨ªtica Com¨²n de Pesca (PCP) tiene todos los visos de ser el segundo gran pulso entre Espa?a y la UE ante el clima de rechazo provocado desde el sector a la Administraci¨®n. La diferencia en relaci¨®n con el aceite es que la propuesta pesquera se ha producido durante la propia presidecnia espa?ola de la Uni¨®n Euroepa y tras dos a?os de coversaciones y diferentes encuentros entre los representantes de cada uno de los pa¨ªses y los servicios correspodientes de la Comisi¨®n de cara a la elaboraci¨®n de la reforma. Esta circunstancia reflejar¨ªa el escaso nivel de comunicaci¨®n entre la la Comisi¨®n y el conjunto del sector.. En el marco de la Uni¨®n Europea, incluso con Fischler como comisario de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, no se entiende una reforma del mercado de los cereales sin el visto bueno de Francia, del aceite de oliva sin el consentimiento de Italia y Espa?a o del vacuno de carne y leche sin el asentimiento de los pa¨ªses del norte.Frente a esta norma de comportamiento en el seno de la pol¨ªtica comunitaria, en la pesca, Bruselas ha decido poner sobre la mesa una propuesta de reforma de la PCP con la oposici¨®n del primer pa¨ªs pesquero de la Uni¨®n Europea e incluso contra las posiciones del grupo llamado de los Amigos de la Pesca, donde, junto a Espa?a, se hallan Portugal, Grecia, Italia, Francia e Irlanda. Desde la posici¨®n de la presidencia no es posible presionar a los comisarios, ni Espa?a lo hizo, para alentar la aprobaci¨®n de la reforma en una determinada direcci¨®n. Pero la posici¨®n adoptada por el comisario refleja no soalmente el desprecio a las iniciativas propuestas por todo el sector, sino tambi¨¦n el escaso peso de Esp?a a la hora de las grandes decisiones comunitarias.
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