Costa apea al triple campe¨®n

El nombre de Albert Costa qued¨® ayer escrito en la historia de la pista central de Roland Garros. A pesar de que el p¨²blico franc¨¦s pr¨¢cticamente le ignor¨® en la despedida, y grit¨® con fuerza el nombre de Guga, el apodo del brasile?o Gustavo Kuerten, mientras abandonaba la pista, el leridano vivi¨® un d¨ªa de gloria no s¨®lo porque se clasific¨® por tercera vez para los cuartos de final del torneo parisino, sino porque elimin¨® al triple campe¨®n _1997, 2000 y 2001-, a quien nadie hab¨ªa vencido los ¨²ltimos dos a?os. No precis¨® siquiera de una cuarta manga. Le venci¨® por 6-4, 7-5, 6-4 en dos horas y 20 minutos y acredit¨® una madurez f¨ªsica y mental que no se le conoc¨ªa hasta esta temporada.

Desde que despunt¨® en este mismo torneo en 1995 cuando perdi¨® ante Thomas Muster en los cuartos de final, Costa arrastr¨® siempre una leyenda de perdedor. No porque su juego no pudiera llevarle mucho m¨¢s lejos, sino porque le costaba sobremanera acabar de concretar las victorias en partidos que ten¨ªa en la mano. Se le escapaban algunas buenas oportunidades. Y lo mismo le ocurr¨ªa con su carrera. Por la calidad de su tenis, sus 11 t¨ªtulos del circuito -que incluyen el Masters Series de Hamburgo- y su paso por los top ten (1997) son claramente insuficientes.

Todo este proceso se acrecent¨® incluso en el ¨²ltimo a?o, tras el nacimiento de sus dos hijas gemelas. Le cost¨® asumir el cambio vital que supon¨ªa ser padre. Y muchas dudas de todo tipo pasaron por su cabeza. Pero las cosas comenzaron a invertirse este a?o, despu¨¦s de un intenso trabajo m¨¢s psicol¨®gico que ten¨ªstico con su entrenador, Josep Perlas. 'Creo', confiesa ahora a sus 26 a?os, 'que ser padre me ha dado madurez. Valoro las cosas de distinta forma. Perder un partido ha dejado de ser un drama porque, al margen del tenis, hay otras cosas importantes. Y eso me da una tranquilidad interior que me permite jugar as¨ª'. Para acabar, el d¨ªa de triunfos espa?oles le dio moral: 'Vi que hab¨ªa ganado la selecci¨®n de f¨²tbol, y despu¨¦s Corretja, y me dije que no pod¨ªa fallar', coment¨®.

El proceso parece haber llegado a su final. Costa est¨¢ a punto para dar el gran salto en su vida y en su carrera profesional. Puede y debe aspirar a mucho m¨¢s. Y eso fue lo que ayer acredit¨® con su victoria frente a Kuerten, s¨¦ptimo jugador mundial. Lo hizo todo bien: saque, voleas, dejadas, restos y globos. Pero lo que mejor le funcion¨® fue su cabeza. Y ah¨ª radic¨® la diferencia fundamental. Costa quiso ganar. 'Lo pens¨¦ desde que entr¨¦ en la pista'. Y Kuerten, en cambio, reencontr¨® su mejor tenis, pero tuvo las dudas propias de quien sabe que le faltan partidos (fue operado de una cadera y regres¨® en abril).

Junto a Costa, tambi¨¦n ?lex Corretja se clasific¨® para cuartos de final, tras eliminar al argentino Mariano Zabaleta en tres mangas. Su pr¨®ximo rival ser¨¢ el rumano Andrei Pavel, que ape¨® al alem¨¢n Tommy Haas, tercer cabeza de serie. El torneo ofreci¨® ayer otras grandes sorpresas: la eliminaci¨®n del n¨²mero uno, Lleyton Hewitt a manos del argentino Guillermo Ca?as, pr¨®ximo rival de Costa; y la clasificaci¨®n de dos argentinas para cuartos de final por primera vez desde 1988, Paola Su¨¢rez y Clarisa Fern¨¢ndez.