Tres modelos de Francia compiten en Louhans
El socialista que luch¨® para procesar a Chirac se enfrenta a su principal abogado bajo la mirada de una alcaldesa del FN
A priori es una m¨¢s entre las 577 circunscripciones electorales de Francia. Incluso pudiera decirse que una de las m¨¢s modestas, con su capital, Louhans, superando apenas los 6.000 habitantes, s¨®lo conocida por sus reputados pollos. Pero es ah¨ª donde se enfrentan dos hombres de los que depende en buena parte la imagen de Jacques Chirac: a la izquierda, con 39 a?os, el candidato saliente, el abogado socialista Arnaud Montebourg; a la derecha, con 48 a?os, otro abogado, Francis Spizner, aspirante en nombre de la UMP (Uni¨®n de la Mayor¨ªa Presidencial). Y m¨¢s a la derecha a¨²n, Marie-Anne Dubreil, alcaldesa y militante del Frente National de Jean-Marie Le Pen.
Montebourg se dio a conocer cuando, en 1995, llev¨® ante los tribunales al entonces primer ministro, Alain Jupp¨¦, porque ¨¦ste habitaba en una vivienda de protecci¨®n social, en principio reservada a una familia pobre. Elegido diputado en 1997, Montebourg ha sido uno de los pol¨ªticos m¨¢s activos de la legislatura -informes sobre el blanqueo de dinero, sobre la necesidad de reformar los tribunales de comercio, etc.-, al tiempo que se convert¨ªa en el l¨ªder de quienes quer¨ªan llevar al 'casi delincuente' -la f¨®rmula es suya- Chirac ante la Corte Suprema. 'Lamento la estrategia seguida por los socialistas, consistente en renunciar a no ir hasta el final en los problemas judiciales del jefe del Estado y su clan', ha dicho.
Dentro de ese 'clan' es donde Francis Szpiner ha ejercido su talento como abogado, consiguiendo que se anulasen sumarios por problemas de forma, que se retrasaran instrucciones a base de pedir complementos de informaci¨®n o que se cambiara de destino a los jueces instructores demasiado empe?ados en saber la verdad. 'Odio a Montebourg, le desprecio, su visi¨®n de la VI Rep¨²blica es infame', dice Szpiner. Para Montebourg, su rival es 'un mercenario mamporrero al que han enviado para que lleve mi cabeza al El¨ªseo'. Bernadette -la esposa de Chirac- 'la quisiera cocinar en picadillo'.
El debate, ya se ve, es de vuelo gallin¨¢ceo, pero lo cierto es que en su d¨ªa las iniciativas de Montebourg tuvieron la virtud de irritar tanto a Jospin como a Chirac. El primero tem¨ªa la 'judializaci¨®n de la pol¨ªtica', pero a eso Montebourg responde siempre que 'lo peor es dejar los casos sin resolver, pues entonces el descr¨¦dito recae sobre el conjunto de los pol¨ªticos'. Y eso a ¨¦l, bautizado por Szpiner como el Ayatollah de Louhans, le molesta: 'Lo cierto es que la izquierda no tiene por qu¨¦ abandonar el tema de la moral p¨²blica, y menos a¨²n porque lo pida un tipo que est¨¢ preparando una ley de amnist¨ªa para su jefe'.
Por su parte, Marie-Anne Dubreil no hace campa?a. 'Basta con pegar los carteles oficiales en los lugares reservados para ello. Soy una candidata discreta', dice esta mujer que deja que sea el nombre de Le Pen quien la lleve hasta un enfrentamiento triangular en la segunda vuelta de las legislativas. 'Los pol¨ªticos s¨®lo piensan en llenarse los bolsillos'. Ella no, claro.
Montebourg-Szpiner o la lucha de la virtud contra la corrupci¨®n o, mejor dicho, contra los argumentos legales que la protegen. Szpiner maneja como pocos el arsenal de excepciones con que la ley francesa permite a los poderosos escapar a todo procesamiento. Montebourg impulsa una 'Convenci¨®n por la VI Rep¨²blica' que quiere acabar con el presidencialismo de la V y devolverle poder a la Asamblea Nacional. 'Es un retorno a la Francia de los partidos, a la Francia dividida, a la Francia de la IV Rep¨²blica', critica Szpiner. 'Es un retorno a la Rep¨²blica de los ciudadanos', responde el diputado socialista, que reclama mandato ¨²nico para los parlamentarios, elecci¨®n por sufragio universal y en cada departamento del fiscal del Estado, supresi¨®n de ciertos escalones administrativos, instauraci¨®n de referendos de iniciativa ciudadana y uso local, as¨ª como recortarle poderes al presidente de la Rep¨²blica y, sobre todo, dejarlo 'sin privilegio de jurisdicci¨®n especial'.
En Louhans, quienes voten no lo har¨¢n s¨®lo por o contra Montebourg, Szpiner o Dubreil, sino a favor de la exigencia de una renovada moralidad en la vida p¨²blica o en defensa del derecho a cerrar los ojos ante las evidencias de corrupci¨®n y enriquecimiento personal. Para Chirac, que en la segunda vuelta de las presidenciales obtuvo aqu¨ª un 80% de los votos, la consulta electoral de Louhans ser¨¢ o la confirmaci¨®n del espejismo de su popularidad o la condena de sus maniobras para escapar a la ley. Nada m¨¢s y nada menos.
El paracaidismo del general Morillon
El general Morillon, comandante de las tropas de la ONU en Bosnia entre 1992 y 1993, acaba de aterrizar en paraca¨ªdas en Versalles, una circunscripci¨®n que intentaba aportar a la UMP Val¨¦rie P¨¦cresse, consejera t¨¦cnica personal de Jacques Chirac. ?El porqu¨¦ de esa misi¨®n? Morillon combatir¨¢ electoralmente bajo la etiqueta UDF (Uni¨®n de Dem¨®cratas Franceses). 'En un pa¨ªs democr¨¢tico los electores deben poder escoger entre varios candidatos', dice Morillon. 'Un general lucha contra los adversarios, no contra los aliados', le responde P¨¦cresse. Si UMP es la m¨¢quina electoral de Chirac y su trituradora de disidencias, la UDF recoge una tradici¨®n de la derecha francesa m¨¢s liberal, europe¨ªsta y democristiana. Fran?ois Bayrou la lidera y se juega en estas elecciones la supervivencia. 'Si pensamos todos lo mismo es que ya no pensamos nada', les solt¨® Bayrou a sus futuros aliados de la UMP para justificar su derecho a no incorporarse a la estructura ¨²nica de los chiraquianos. Y Morillon, presentado 15 minutos antes de que se cerrarse el plazo, est¨¢ ah¨ª para ganar y, sobre todo, como desaf¨ªo directo al presidente. La circunscripci¨®n es tradicionalmente de derechas. El diputado saliente, que no se representa, es el gaullista Frank Borotra. Bayrou hubiera renunciado a ella si la UMP no intentase conquistar la de su correligionaria Anne Marie Idrac. Esa falta de respeto de los chiraquianos es lo que impuls¨® a Bayrou a pedirle a Morillon que, a ¨²ltima hora, saltase sobre Versalles. 'No hay nada de extra?o. Es all¨ª donde a¨²n vive mi madre', dice el general. No a?ade a esa explicaci¨®n sentimental que en Versalles viven tambi¨¦n centenares de militares. Morillon, con su fama de hombre honesto y valeroso, es de entre los 120 candidatos UDF uno de los pocos con posibilidades de llegar a la Asamblea Nacional. Aunque sea dejando en la cuneta a toda una consejera personal de Jacques Chirac.
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