Ni malas, ni feas
Cierto discurso masculino invita a perpetuar a la mujer como ser incomprensible, imprevisible y de comportamiento poco l¨®gico. Un enigma con el que ellos, dicen, tienen que resignarse a convivir. Un mito como una losa que las propias mujeres se est¨¢n encargando de desmontar, aunque muchas de esas ideas impregnan tambi¨¦n la imagen que muchas tienen de s¨ª mismas. La reciente aparici¨®n de varios libros escritos por mujeres invita a delatar una serie de prejuicios, de falsas ideas, de abusos y de fantas¨ªas en torno a las relaciones de las mujeres con respecto a otras mujeres, con su propia sexualidad y con la violencia que viven en su relaci¨®n con los hombres.
Carmen Alborch se refiere en su libro Malas a la rivalidad y la complicidad entre mujeres. La autora de Solas se hace preguntas necesarias. Y, si bien admite que hay una tendencia a la comparaci¨®n y cierta competencia entre las mujeres, invita a reflexionar en los motivos de este tipo de conflictos para transformar las relaciones de rivales en la de c¨®mplices.
Algo como lo que necesitan, y muchas veces tienen en forma de solidaridad de g¨¦nero, las mujeres que sufren la violencia dom¨¦stica. El libro de la periodista Nuria Varela, ?bamos a ser reinas, recoge numerosos testimonios, as¨ª como estudios y datos muy reveladores sobre los abusos a los que muchas se ven sometidas. Una forma de conocer a fondo el problema, ser conscientes de su alcance y poner freno a situaciones intolerables.
El papel de la mujer en la sociedad est¨¢ condicionado muchas veces por su aspecto. Es lo que expone Alicia Gim¨¦nez Bartlett en La deuda de Eva, un libro que analiza las relaciones entre la belleza y el poder a trav¨¦s de biograf¨ªas de algunas mujeres que tanto por su belleza, unas, como a pesar de su fealdad, las otras, se situaron en la historia. Un tema contenido tambi¨¦n en En brazos de la mujer fetiche, que firman Sonia N¨²?ez y Luc¨ªa Etxeberr¨ªa. Este estudio se aproxima a las distintas formas de fetichismo que tienen que ver con la mujer, desde la podolatr¨ªa hasta la necrofilia, a trav¨¦s de su presencia en obras literarias espa?olas del siglo XIX. La mujer como objeto es una constante en obras como La Regenta, de Clar¨ªn, y su pasi¨®n por el pie de la protagonista, o la ausencia de ¨¦ste, como la pasi¨®n que desata Tristana, a la que le falta una pierna. Un buen trabajo de investigaci¨®n que lamentablemente se banaliza a veces con ciertos gui?os irrelevantes entre las propias autoras.
Si este libro propone romper con los viejos modelos que hacen de la mujer un fetiche, dej¨¢ndolos totalmente expuestos, la tesis de la fil¨®sofa Beatriz Preciado en su Manifiesto contra-sexual, arrasa por completo con toda tibieza de ideas. Con un humor vitri¨®lico y radical, aplica t¨¦cnicas de deconstrucci¨®n derridiana para la exposici¨®n de sus ideas sobre la sexualidad. Predica barrer con las identidades de sexo definidas y practicar una sexualidad tecnol¨®gica. Un libro provocador y original que ha despertado ya cierto revuelo en Francia.
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