Cuerpos esculturales en la arena
La Casa de Campo acoge la primera prueba del circuito mundial de voley-playa femenino
Por aquello de que para organizar un torneo de voley-playa no se necesita una playa, pues basta con tener la arena apropiada. Madrid ha conseguido ser la ciudad que acoja la primera prueba del circuito mundial de este deporte en su versi¨®n femenina, que comenz¨® el pasado viernes y acabar¨¢ hoy en la Casa de Campo, a orillas del lago.
Puestos a buscar paradojas, tambi¨¦n resulta curioso que para jugar al voley-playa no sirva... la arena de playa. Setenta y dos camiones transportaron la arena, que tuvo que ser homologada por una empresa canadiense, hasta el lugar donde se desarrollan los partidos.
Las magn¨ªficas instalaciones construidas para la ocasi¨®n dieron cobijo ayer a un millar de espectadores, que siguieron en directo el desarrollo de varios partidos. Hoy se disputar¨¢n las semifinales, a las que han llegado dos parejas brasile?as, una australiana y otra estadounidense, un hecho que a algunos de los presentes les ven¨ªa a dar m¨¢s o menos lo mismo.
Comentarios
'Anda que no est¨¢n buenas ¨¦stas', exclamaba a media voz un espectador que segu¨ªa en directo en la pista central el partido entre el equipo australiano y el de la Rep¨²blica Checa. Varios comentarios por el estilo se pudieron escuchar mientras la pareja australiana, vigente campeona ol¨ªmpica, hac¨ªa un esfuerzo extraordinario por superar a su rival. Quiz¨¢ ocurra que en este deporte el componente est¨¦tico es complicado de ocultar. Y ni las propias jugadoras lo intentan. El mejor ejemplo se puede encontrar en decenas de paradas de autobuses en Madrid, donde luce el cartel anunciador del torneo. Un cartel que no es lo que se dice recatado. No muestra una escena del juego, sino la figura recortada de una jugadora que salta, de espaldas, con los brazos y las piernas estirados, a punto de golpear la pelota, con la braguita del ba?ador ce?ida.
'El reclamo ha hecho efecto', reconocen desde la organizaci¨®n, 'pero no se puede buscar en ello un elemento sexista'.
As¨ª lo entienden todos los que viven en este mundo, jugadoras incluidas, acostumbradas a sentirse observadas por algo m¨¢s que por sus dotes deportivas. 'Evidentemente, la est¨¦tica de este deporte tiene que ver con la belleza de las jugadoras. Es algo que forma parte del espect¨¢culo, pero que no es el espect¨¢culo en s¨ª', asegura un miembro de la organizaci¨®n, que a?ade sin dudarlo: 'Estoy seguro que nadie viene aqu¨ª s¨®lo para ver el cuerpo de las chicas'.
Pero hay quien s¨ª. E incluso se jacta de ello. Es el caso de Antonio, un joven sevillano que junto a algunos amigos pasa unos d¨ªas de vacaciones en Madrid y que antes de acudir al parque de atracciones acudi¨® a la llamada del cartel anunciador del torneo. 'Fue salir de la estaci¨®n del tren, ver el cartel y decidir venir aqu¨ª. ?Para qu¨¦? Pues para ver chicas atractivas. Como comprender¨¢, a m¨ª lo mismo me da quien juega mejor o no...'. '?Pero si ibas con las italianas!', le interrumpe uno de sus acompa?antes. 'Nos ha fastidiado, porque eran las m¨¢s guapas'.
Sin embargo, ninguna jugadora reconoce que el elemento sexista tenga demasiada trascendencia. Y consideran correcto el comportamiento del p¨²blico. No relatan historias de mal gusto e insisten en que lo que importa es el juego.
'Cuando llegu¨¦, reconozco que me impresion¨® el f¨ªsico de las chicas', cuenta Manuel G¨®mez, de 55 a?os, que acudi¨® acompa?ado de Amparo, su mujer. 'Pero te pones a ver el partido y hay un momento en que s¨®lo prestas atenci¨®n al juego en s¨ª', dice convencido antes de que su esposa le quite la palabra. 'Son guapas, claro que s¨ª, y van con esos ba?adores tan peque?os... Yo lo veo bien, m¨¢s que nada porque uno no va a la playa con gabardina'.
En los descansos, atrona por la megafon¨ªa m¨²sica de chiringuito, quiz¨¢ por darle al asunto un aire todav¨ªa m¨¢s playero. 'Forza Daniella', gritaban unos seguidores italianos, que rivalizaban en ¨¢nimos con los brasile?os, a una de sus jugadoras, que les devolv¨ªa el saludo con una sonrisa, algo habitual en un espect¨¢culo donde la complicidad de los deportistas con el p¨²blico es total.
'F¨ªjate en esa ni?a, ?no parece una modelo?', le dec¨ªa Manuel G¨®mez a su mujer poco antes de abandonar el recinto. Delante de ¨¦l acababa de pasar la espa?ola Elena Navarro, conocida como Tiki, que antes de dedicarse al voley-playa fue precisamente eso, modelo.
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