Libertad, libertad
TVE celebra lo que, con discutible optimismo, denomina 25 a?os de libertad. Se trata de conmemorar las primeras elecciones democr¨¢ticas con arrebatos de nostalgia que, en lugar de ayudarnos a recordar, nos anestesian. Se confirma: en manos de seg¨²n qui¨¦n, la memoria es una forma perversa de ficci¨®n.
Reforma o ruptura
Cosas que antes del 15 de junio de 1977 no sal¨ªan por la tele y que esta semana s¨ª: l¨ªos en un instituto en el que los alumnos llevan piercing (Compa?eros); okupas encerrados con unas cabras (Gran Hermano); Woody Allen aceptando el premio que lleva el nombre de un pr¨ªncipe cuya hermana bail¨® en el ¨²ltimo show de Operaci¨®n Triunfo; chicos del programa cantando en catal¨¢n en Triunfoman¨ªa, en una producci¨®n de unos ex gamberros que a?os ha fueron censurados por componer pasodobles-protesta contra Fraga; la selecci¨®n ganando dos partidos seguidos en un Mundial; Alfonso Guerra hablando profundamente de lo ¨ªntimo y practicando cierta pedanter¨ªa sosegada sobre lo colectivo (La noche abierta); chicos saliendo del armario; Carlos Pumares, poeta de la indignaci¨®n, haciendo una inspirada arenga contra la nouvelle cuisine en un planeta visitado por drag queens y reinas del striptease; anuncios de condones, y Bruce Willis conduciendo un taxi futurista (El quinto elemento). Cosas que antes del 15 de junio de 1977 sal¨ªan por la tele y ahora tambi¨¦n: muertos en Oriente Pr¨®ximo y Paco Mart¨ªnez Soria.
Arboleda podrida
En La mirada cr¨ªtica, Benjam¨ªn Prado habla de su libro sobre Rafael Alberti con Montserrat Dom¨ªnguez, que tiene la virtud de saber escuchar sin poner cara de sue?o a pesar de la hora a la que se levanta. La conversaci¨®n deja entrever que sigue el culebr¨®n de viudas maquiav¨¦licas, esposas olvidadas y amigos ofendidos. Todos se disputan la memoria de un poeta que form¨® parte de aquel hist¨®rico Parlamento y que, para las municipales, demostr¨® su peligrosa locuacidad con una copla que no pasar¨¢ a la historia de las letras pero que ayud¨® a encarrilar la historia de su pa¨ªs: 'Vota al PCE, y ese d¨ªa / entra en el Ayuntamiento, / entra, pueblo, en tu alcald¨ªa. / Te lo pide un gaditano, / la bandera verde y blanca, / la hoz y el martillo en la mano'. La memoria de la hoz y el martillo se la disputan los restos de muchos naufragios y escisiones casi tan fratricidas como esas viscosas disputas testamentarias.
El otro Berlanga
Muri¨® Carlos Berlanga. Para entender esa libertad que ahora tanto se conmemora, ser¨ªa bueno volver a programar tres pel¨ªculas de Berlanga-padre (Pl¨¢cido, El verdugo, Bienvenido, Mister Marshall) y, en los intermedios, v¨ªdeos con las canciones de su hijo para asimilar en qu¨¦ consistieron esos a?os en los que algunos vivieron el espejismo de saborear no s¨®lo la libertad sino el adictivo encanto del libertinaje.
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