'Huelgazo'
El ejercicio del poder en la democracia de audiencia pasa por la gesti¨®n de los acontecimientos medi¨¢ticos, que Thompson define como 'una ocasi¨®n excepcional que se planea con antelaci¨®n, se retransmite en directo, interrumpe el flujo normal de los acontecimientos y crea una atm¨®sfera de solemnidad y aguda expectaci¨®n'. Aunque tales eventos pertenezcan al dominio de la prensa, son sin embargo los agentes pol¨ªticos quienes los explotan, pues est¨¢ en juego el vol¨¢til clima de opini¨®n. Por eso pugnan por provocarlos y mantenerlos bajo control, evitando que se les vayan de las manos. Y cuando son casuales o est¨¢n provocados por sus rivales, intentan torearlos, esperando pinchar el globo o desviarlo al menos en su propio inter¨¦s.
Ahora se anuncia a plazo fijo un acontecimiento medi¨¢tico: la huelga general convocada por las centrales. Y existen dudas sobre qui¨¦n lo ha provocado, en realidad. Es convincente la hip¨®tesis que sospecha un cierto inter¨¦s sindical, con objeto de recuperar la iniciativa perdida antes de que sea demasiado tarde. Pero su plausibilidad no impide que tambi¨¦n parezca veros¨ªmil la otra versi¨®n, que atribuye al Gobierno la responsabilidad ¨²ltima en la provocaci¨®n del huelgazo.
Aznar no quiere dejar el poder sin cumplir sus objetivos m¨¢ximos ahora que est¨¢ en disposici¨®n de hacerlo, cuando controla todos los poderes y ya no tiene que rendir cuentas a sus electores. Por eso pretende sacar ¨¦l solo adelante todo el trabajo sucio, para dejarle un papel m¨¢s c¨®modo al sucesor designado, que no contar¨¢ con mayor¨ªa suficiente. Y entre tales objetivos figura la desregulaci¨®n del mercado de trabajo, que quisiera dejar en herencia totalmente liberalizado. Para ello comenz¨® por dorar la p¨ªldora a los sindicatos, para que se habituasen a comer de su mano. Y ahora, tras seis a?os de luna de miel, empieza a pasarles factura, exigiendo aquiescencia a su reforma laboral. Hoy es el desempleo, ma?ana el despido y pasado la jubilaci¨®n. Y as¨ª, en el 2004, el empleo quedar¨¢ saneado. Pero los sindicatos no lo pueden tolerar porque sus bases no sabr¨ªan aceptarlo. As¨ª que han de resistir. Y aqu¨ª es donde, genio y figura, Aznar se ha plantado. ?No quer¨¦is caldo?, pues tomad dos tazas: contra huelgazo, decretazo.
?Qui¨¦n ganar¨¢ el pulso? Me temo que Aznar, pues es un tipo con tal complejo de inferioridad que necesita crecerse para dar la talla. Por eso busca la bronca con mala sombra, pues aborrece la normalidad, que revelar¨ªa sus evidentes carencias, y necesita crear un estado de excepci¨®n permanente, para poder sacar a relucir todos sus poderes. De ah¨ª que no pueda permitirse perder ni un solo pulso de los que ha echado (al PNV, a Batasuna o a los obispos, aunque no a Zapatero, porque dos no ri?en si uno no quiere), pues eso arruinar¨ªa su imagen de guerrero del antifaz, que depende del culto a la combatividad.
La necesidad de vencer a cualquier coste hace pensar que Aznar recurrir¨¢ a lo que sea, creyendo que todo vale con tal de no perder la cara. El juego sucio de la gente del Gobierno y su partido va a ser de juzgado de guardia, a base de represi¨®n, amenazas y servicios m¨ªnimos abusivos. Y a los sindicatos no les van a dejar pasar ni una, acus¨¢ndoles de chantajear y coaccionar. Pero lo peor vendr¨¢ el d¨ªa del acontecimiento medi¨¢tico, cuando el Gobierno por todos sus medios tratar¨¢ a los huelguistas de abertzales, acusar¨¢ a los piquetes de hacer kale borroka y acosar¨¢ a las centrales como si fuesen Batasuna.
Y finalmente llegar¨¢ el d¨ªa despu¨¦s, una vez concluido el acontecimiento, que es cuando empieza su definitiva calificaci¨®n por los medios. Ya pueden prepararse los sindicatos a parar de verdad el pa¨ªs, porque aunque lo logren Aznar se encargar¨¢ de demostrar por todos sus medios que no ha sido as¨ª. Tanto m¨¢s cuanto el sue?o dorado de nuestro presidente es superar en todo a su antecesor, con el que sigue midi¨¦ndose en sus pesadillas. Y por eso, all¨ª donde Gonz¨¢lez perdi¨® en su pulso con los sindicatos, es donde Aznar m¨¢s necesita probar que ¨¦l en cambio s¨ª puede ganar. Y por goleada, adem¨¢s.
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