Un hombre de bien
Le toc¨® vivir mala ¨¦poca, como a tantos otros, pero supo mantenerse a flote con perseverancia y talento. Durante aquel oscuro franquismo escribir guiones o producir pel¨ªculas pod¨ªa ser una tarea de locos, sobre todo si, como ¨¦l, se quer¨ªa hacer un trabajo m¨¢s acorde con la sociedad real. Sus problemas con la censura fueron constantes. Gracias a que Jos¨¦ Luis Dibildos era un hombre educado, sus disputas tuvieron el aire de un duelo entre caballeros.
Comenz¨® escribiendo guiones para Antonio del Amo, para Bardem, y a mediados de los cincuenta se inici¨® en la producci¨®n. Le gustaban las comedias, pero las que se alejaran de lo burdo, que entonces imperaba. Comedias de qualit¨¦. Cre¨ªa que a trav¨¦s de la risa se pod¨ªa hablar de temas serios. Y muchas veces lo logr¨®. Los tramposos, Los econ¨®micamente d¨¦biles, S¨®lo para hombres hablaban entre sonrisas, de la picaresca, del eterno espa?ol, de una sociedad vieja y sucia alejada de los tiempos modernos.
Se arriesg¨®, incluso tratando la guerra civil, La fiel infanter¨ªa, que aunque hoy pueda parecernos trasnochada, fue en la que por primera se rindi¨® homenaje a todos sus muertos, de cualquier bando. Poco despu¨¦s se lanz¨® con un joven Carlos Saura para que contara en Llanto por un bandido la historia popular del bandolero Tempranillo.
Empe?ado en que lo c¨®mico y lo serio pod¨ªan ir unidos, y que incluso pod¨ªa ser una buena f¨®rmula para la taquilla (eran tiempos, los setenta, en que hab¨ªa que sobrevivir sin subvenciones), propuso, junto a Jos¨¦ Luis Garci y Roberto Bodegas, entre otros, lo que se dio en llamar tercera v¨ªa. Ni zafiedad ni intelectualismos. Comedias con intenci¨®n. Surgieron as¨ª Espa?olas en Par¨ªs o Vida conyugal sana, Los nuevos espa?oles o Tocata y fuga de Lolita, dirigidas por directores noveles que se interesaban por los problemas de este pa¨ªs. Luego La colmena, de Mario Camus, su pel¨ªcula grande.
Buen gusto
De cuantas Dibildos produjo, algunas quedar¨¢n en la historia del mejor cine espa?ol, al margen incluso de sus cualidades cinematogr¨¢ficas. Son documentos sociol¨®gicos. Con el a?adido del buen gusto de este entra?able tipo que supo navegar en tiempos de tormenta sin perder nervios ni estilo. Era, todos coinciden, un caballero. Un hombre de bien.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.