Flores y fasc¨ªculos
Lleg¨® abril y empez¨® todo, como en septiembre. La vida tiene cada a?o dos comienzos, uno de car¨¢cter biol¨®gico y otro psicol¨®gico o mental. El nacimiento biol¨®gico coincide con la floraci¨®n de las plantas en los parques; el psicol¨®gico, con la floraci¨®n de los fasc¨ªculos en el quiosco. En abril o mayo se nos altera la sangre y en octubre el enc¨¦falo. El renacimiento de abril est¨¢ marcado por la naturaleza y el de septiembre por la letra impresa. Para la mayor¨ªa de la gente, la vida comienza en serio con el curso escolar. Por eso, cada vez que estrenamos un cuaderno, tenemos la impresi¨®n de empezar de nuevo. Llegaron varios cuentos que identificaban el cuaderno sin estrenar con una promesa. Y es que hab¨ªamos pedido a los oyentes cuentos que tuvieran alguna relaci¨®n con el sentimiento de volver a nacer, o con esa necesidad de comenzar una nueva vida que a veces nos ataca y de la que se aprovechan, en primavera, los fabricantes de ropa y, en oto?o, los editores de fasc¨ªculos.
La convocatoria fue un ¨¦xito. Llegaron muchos relatos cortos, numerosas greguer¨ªas y aforismos que nos permitieron hacer un espacio vertiginoso por su rapidez. Hab¨ªa textos de dos clases: aquellos que parec¨ªan contar una experiencia personal, como Una nueva existencia, de Juan Zamora, y aquellos otros con una clara vocaci¨®n fant¨¢stica, como el de Clara Garc¨ªa, Matriarcado, o el de Jordi Cebri¨¢n, En otro lugar. Esta divisi¨®n se da siempre, pero pocas veces de un modo tan exagerado como la semana de la que hablamos. Aunque no es el caso de los publicados, tienen m¨¢s posibilidad de fracasar los segundos, pues suelen responder a una idea previa de 'lo literario', lo que los convierte en f¨®siles en el momento mismo de nacer. Por eso siempre recomendamos a los oyentes que sean tan antiliterarios como puedan. No siempre hacen caso, o no siempre son capaces, pero cuando lo logran aparecen cuentos como el de Carlos Hern¨¢ndez, El cuaderno nuevo, cuya eficacia s¨®lo se puede atribuir a la falta de ret¨®rica. De entre los muy breves, hay que destacar el texto de Sila Marcos, Empezar, porque no es f¨¢cil decir tanto en tan poco y con esa carga de humor. ?O de terror?
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