El SAS suspende a un m¨¦dico por poner santos y velas en su despacho de Granada
El funcionario dice que sufre como 'un m¨¢rtir moderno de la fe'
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha suspendido provisionalmente de sus funciones al inspector m¨¦dico del hospital Cl¨ªnico de Granada Miguel ?ngel Esteban de la Rosa por desobedecer reiteradamente las ¨®rdenes para que retirara de su despacho las numerosas im¨¢genes de santos y cirios encendidos con que mostraba su fervor religioso. El m¨¦dico declar¨® que el acoso sufrido ha hecho de ¨¦l un 'm¨¢rtir moderno de la fe'.
El SAS ha abierto adem¨¢s desde el mes de febrero dos expedientes al inspector m¨¦dico porque, lejos de retirar las estampas y las estatuas piadosas, ha ido agregando otras m¨¢s, junto con cirios que ¨¦l mismo encend¨ªa primero como pretexto para combatir el olor a tabaco y luego como muestra de sus devociones.
Migel ?ngel Esteban, de 40 a?os, m¨¦dico, casado, con un hijo y otro en proyecto, explic¨® ayer que ninguno de los usuarios que ha recibido en su despacho para supervisar recetas se ha quejado de la profusi¨®n de im¨¢genes y neg¨®, como le reprochan sus superiores, que los cirios hayan supuesto un peligro de incendio.
La semana pasada, a propuesta del instructor de los expedientes, el director gerente del Cl¨ªnico, Enrique Gonz¨¢lez Fern¨¢ndez, acord¨® suspenderlo provisionalmente de sus funciones. La resoluci¨®n lo acusa de un 'permanente incumplimiento' de las instrucciones para que despejara de santos la oficina y de provocar un riesgo de incendio con la 'pr¨¢ctica de velas encendidas'.
El SAS sostiene que los s¨ªmbolos religiosos colocados por Miguel ?ngel Esteban pueden representar una desconsideraci¨®n hacia los usuarios que profesan creencias religiosas diferentes o que no practiquen ninguna religi¨®n. Es decir, los colocaci¨®n de santos y velas puede conculcar a juicio de la Consejer¨ªa de Salud el derecho fundamental a la libertad religiosa.
Esteban de la Rosa se?al¨® ayer que fue a ra¨ªz de un cambio de despacho, el pasado mes de febrero, cuando comenz¨® a acumular estampas y figuras. 'Ten¨ªa a la Pur¨ªsima, a san Miguel, adem¨¢s de carteles de Semana Santa y a un Cristo del Silencio'. Las ¨®rdenes para que retirara tan peculiar colecci¨®n no s¨®lo las desoy¨® sino que a cada aviso que recib¨ªa colocaba otras.
Hace unos meses incluso le retiraron los s¨ªmbolos del despacho. 'Vinieron y se llevaron las estampas y las figuras de un modo irreverente y las introdujeron en una caja de cart¨®n. Poco despu¨¦s las volv¨ª a colocar', dice.
'Reconozco que no es normal. Empec¨¦ con una estampa y conforme me han acosado he ido agregando m¨¢s santos protectores. Si no he cumplido las ¨®rdenes es porque se trataba de un asunto de conciencia', dice. El inspector m¨¦dico no tiene duda de que el suyo es un caso de acoso o mobbing, aunque tiene dudas sobre el matiz. 'Se trata de un tipo de acoso laboral que en realidad es acoso religoso, aunque cometido en el centro de trabajo', a?ade.
'Al final volvemos a los tiempos antiguos, a las persecuciones religiosas y a los m¨¢rtires de la fe. El objeto ¨²ltimo del acoso que estoy sufriendo es mi destrucci¨®n f¨ªsica y moral. En ese sentido soy un m¨¢rtir moderno de la fe. Yo pertenezco a la plantilla del hospital y con mi actitud estoy arriesgando mi puesto de trabajo. No s¨¦ si hay m¨¢s gente que haga lo que yo', reflexiona.
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