La multitud despide la noche final del S¨®nar
El Pol¨ªgono Pedrosa roz¨® el lleno en la tradicional clausura 'techno' del festival
Puntual a su cita con la costumbre, la ¨²ltima noche del S¨®nar 2002 fue despedida por una multitud que llen¨® el Pol¨ªgono Pedrosa atra¨ªda por los pesos pesados del techno. Hawtin, Mills, Cox y Mulero arrasaron en el escenario principal, mientras que en el S¨®nar Park el hip-hop se erigi¨® en protagonista deparando la excelente actuaci¨®n de S¨®lo Los Solo y la apabullante demostraci¨®n de los norteamericanos Anti-Pop Consortium, quienes ofrecieron uno de los mejores conciertos de todo el festival. S¨®nar ha recibido en esta edici¨®n cerca de 90.000 visitas, lo que establece un nuevo r¨¦cord.
Seg¨²n la organizaci¨®n, fueron 22.000 las personas que acudieron a despedirse del S¨®nar, a las que hay que sumar las 19.341 que siguieron los actos diurnos de la ¨²ltima jornada.
Buena parte del nuevo r¨¦cord de 90.000 visitas se consigui¨® el s¨¢bado por la noche, que ya es tradicionalmente la noche popular del festival. P¨²blico que hasta ese momento no se hab¨ªa asomado por el S¨®nar decidi¨® hacerlo suyo la ¨²ltima noche atra¨ªdo por lo que el festival oferta: disc-jockeys de primera fila y un entorno adecuado para disfrutarlos.
Pese a la cantidad de veces que ya han acudido al S¨®nar Mills, Hawtin o Cox, no es menos cierto que siempre resulta estremecedor contemplar la facilidad con la que manejan a la multitud. Especialmente Mills y Hawtin, quienes escalonan sus sesiones en un diente de sierra r¨ªtmico capaz de enganchar en su desarrollo a una masa palpitante. Realmente sobrecogedor.
De paso, el s¨¢bado por la noche prueba que el S¨®nar es un festival de todos, incluso de esos chavalitos de pelo corto, gafas en la frente y novia con pantal¨®n apretado. Incluso para ese p¨²blico la organizaci¨®n tuvo el detalle de colar a SI Futures, un proyecto minoritario e ir¨®nico que no desenton¨® entre los reyes de la noche. Es una de las caracter¨ªsticas del S¨®nar, no bajar el list¨®n ni cuando el consumidor no es exigente. Pero es que hay m¨¢s, pues mientras en la sala principal el techno levantaba pasiones, el escenario S¨®nar Park ofrec¨ªa alternativas m¨¢s sibaritas.
Fluido 'hip-hop'
De entrada, S¨®lo Los Solo demostraron que su directo es de los mejores que tiene el hip-hop espa?ol tanto por la riqueza y originalidad de las bases como por la habilidad y gusto de Griffi en los platos. Adem¨¢s, Juan Solo recita fluido, con musicalidad, fuerza y convicci¨®n, y ya s¨®lo resta sumar las estupendas piezas de su repertorio. Juntando estos elementos salen cosas como Staway, Bugasistema o Hazlo, piezas estupendas con resabios de funk, jazz, r&b y soul.
Pero lo mejor estaba a¨²n por llegar. Tras una sesi¨®n de hip-hop y soul a cargo de Mr Len que sirvi¨® para mantener la pulsi¨®n negra de la noche, llegaron Anti Pop Consortium. El tr¨ªo neoyorquino es diferente a casi todos los dem¨¢s grupos de hip-hop. De entrada, porque incorporan ordenadores port¨¢tiles a sus instrumentos, que disponen en una tarima central en torno a la cual operan los tres m¨²sicos. Si utilizan port¨¢til es porque sus bases se escapan a la norma, y por debajo de los fraseos cuelan ritmos imposibles, ruidos industriales, crepitaciones, telones de dub, amagos de ambient, y todo un sinf¨ªn de sonidos llegados directamente de la electr¨®nica. Y lejos de operar con estas bases como unos cirujanos experimentales del ordenador, los tres m¨²sicos escenifican un concierto divertido y saltar¨ªn muy lejos de la trascendencia y del culto al ego habituales en el hip-hop. Como si todo aquello fuese una travesura, Anti Pop saltaban y bailaban implicando con esta actitud a todo el p¨²blico en un concierto que verdaderamente era anguloso y dif¨ªcil. De verdad sensacional lo suyo, y no s¨®lo por el fondo, sino tambi¨¦n por la forma en la que Anti Pop ofrecen una m¨²sica que ya ha dejado atr¨¢s el presente.
Como tambi¨¦n parece haberlo dejado Dntel, uno de los artistas que participaron en la jornada diurna. Escenificando la imagen de un cantautor del nuevo siglo, de artista que ya no precisa de guitarra porque ¨¦sta se puede pregrabar, Dntel hizo un concierto m¨¢s bien chocante en el que se adivinaron m¨¢s cosas de las que mostr¨®. Con un barniz pop y mel¨®dico que se superpone a bases llenas de crepitaciones y ambientes en ocasiones malsanos, el proyecto de Jimmy Tamborello viene a reafirmar la esencia misma del festival que lo acogi¨®: la m¨²sica es un campo abierto en el que se puede caminar en muchas direcciones. Muchas de ellas han vuelto a estar este a?o en el S¨®nar.
Babelia
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