Italia despliega la liturgia
Aferr¨¢ndose al fetiche del 'm¨®dulo', Trapattoni conjura los recuerdos negativos asociados a Corea
'Anda tranquilo', le dice Giovanni Trapattoni al o¨ªdo a un Del Piero con cara preocupada. 'Jugamos con el cuatro cuatro tres menos uno'. Es el chiste gr¨¢fico de La Repubblica de ayer. Es el resumen perfecto de la Italia que espera desvelada, pero serena, el partido con Corea del Sur, la puerta de un futuro que despu¨¦s les ofrece Espa?a. El 4-4-3 (menos uno) que promete Trapattoni, el t¨¦cnico que se hace famoso por su botella de agua bendita debajo del banquillo, es el m¨®dulo. Y el m¨®dulo es, en Italia, la palabra m¨¢gica que todo lo resuelve en el f¨²tbol, el fetiche que todos adoran.
El m¨®dulo es la t¨¢ctica. Es el asunto de debate, el tema central de la liturgia de una selecci¨®n italiana que quiere conjurar todos los fantasmas que perviven de 1966, de la otra Corea, la del Norte: el 1-0 de Pak Doo Ik, el dentista de Pyongyang; la eliminaci¨®n del Mundial de Inglaterra. El m¨®dulo est¨¢ por encima de los nombres, pero est¨¢ hecho de nombres. Y los nombres pueden ser intercambiables (pero no todos). Y tambi¨¦n el m¨®dulo se puede cambiar (pero no mucho).
El problema no son las dos primeras l¨ªneas, los cuatro de la defensa (aunque Nesta, el sacrificado que juega infiltrado arriesg¨¢ndose a una grave lesi¨®n, tenga que ceder el sitio definitivamente a Iuliano), ni tampoco mucho los cuatro de la segunda, los del centro del campo que suelen acabar el partido con tort¨ªcolis (est¨¢n para ver pasar el bal¨®n por arriba, camino de la porter¨ªa rival o de regreso a su defensa, y, como mucho, para pelearse por su recuperaci¨®n): los nombres que se discuten son los de los buenos, los de los delanteros.
Italia empez¨® espectacularmente con el 4-4-1-1, con Totti y Vieri ante Ecuador; despu¨¦s, cuando quiso tirarse el pegote y ante Croacia apareci¨® con el 4-3-1-2, con Totti, Vieri e Inzaghi, fracas¨®. Y s¨®lo se recobr¨® cuando se recuper¨® Del Piero, el jugador que, solitario, cantaba blues y junto a Montella, el otro delantero triste, levant¨® el partido contra M¨¦xico.
Ahora que Del Piero est¨¢ contento, el problema en Italia la v¨ªspera, tambi¨¦n destinada a ensayar los penaltis (a elegir a Vieri, Del Piero, Totti, Zambrotta y Panucci como cinco titular para el caso de desempate), es la tristeza de Totti. Del delantero del Roma nadie duda, pero ¨¦l se queja. Quiere que la prensa le vuelva a mitificar. Tiene celos, en el fondo, de Del Piero. Pero volver¨¢ a jugar a su lado. Ser¨¢ la resoluci¨®n definitiva del m¨®dulo, el 4-4-3 (menos uno). En el 3 est¨¢n Totti y Vieri: el menos uno es Del Piero, lo que quiere decir que jugar¨¢ ¨¦l, que es un delantero, pero jugar¨¢ atr¨¢s, con los que giran el cuello hacia el cielo para ver caer la pelota.
Y con todos estos debates los italianos se ha aislado de lo m¨¢s importante, del miedo a Corea del Sur, pese a que las televisones locales no hacen m¨¢s que repetir (en su honor) las im¨¢genes en blanco y negro de 1966 y la victoria de sus hermanos del Norte.
Y, por si todo ello no fuera suficiente, tambi¨¦n en la liturgia italiana de preparaci¨®n han entrado ¨¢rbitros y linieres. Despu¨¦s de lo que consideran err¨®nea anulaci¨®n de tres goles por fuera de juego, el presidente de la federaci¨®n, Franco Carraro, no ha ahorrado energ¨ªas para conseguir de la FIFA un ¨¢rbitro de consenso: el ecuatoriano Moreno, acompa?ado en la banda por el h¨²ngaro Szekeny, famoso imitador de Collina (calvo) que actu¨® en el tumultuoso Roma-Galatasaray en el estadio Ol¨ªmpico.
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