Un simulacro de corrida
El toro m¨¢s protestado de la blanda y descastada corrida de El Puerto de San Lorenzo fue, a la postre, el de mejor rendimiento en la muleta. Ese toro fue el cuarto y nadie apostaba por ¨¦l cuando en el primer tercio midi¨® varias veces la arena. El Cordob¨¦s, intr¨¦pido ¨¦l, quiso brindarlo al p¨²blico y, claro, no le dejaron. Tuvo aire ese toro en la muleta y hasta cierta transmisi¨®n. Alegre y pronto por el pit¨®n derecho, se quedaba m¨¢s corto por el izquierdo. La faena de El Cordob¨¦s, cargada sobre el pit¨®n bueno, fue tan limpia como despegada. Derechazos y m¨¢s derechazos, sin ton ni son, hasta desembocar en el salto de la rana. Momento que agradeci¨® la gente, cansada de tanta vulgaridad.
San Lorenzo / El Cordob¨¦s, Rivera, El Califa
Seis toros de El Puerto de San Lorenzo, correctos de presentaci¨®n pero inv¨¢lidos. El Cordob¨¦s: silencio y oreja. Rivera Ord¨®?ez: silencio y pitos. El Califa: silencio en los dos. Plaza de Alicante, 20 de junio. 4? de abono. M¨¢s de media entrada.
Los otros cinco toros de El Puerto fueron otros tantos calcos. La lidia, un simulacro. Y el bondadoso p¨²blico alicantino soportando tan insoportable espect¨¢culo. As¨ª, cuatro silencios y una pitada, la que se llev¨® Rivera en el quinto, rubricaron cinco esbozos de faena.
El toro que abri¨® plaza cant¨® la gallina de su mansedumbre apenas El Cordob¨¦s hab¨ªa tomado la muleta. Segundo y tercero, muy limitados f¨ªsicamente, no tuvieron recorrido. Por cierto, estos tres primeros toros fueron muy mal picados, lo cual no se sabe si en realidad incidi¨® en su comportamiento en el ¨²ltimo tercio. En cualquier caso, mansos e inv¨¢lidos a partes iguales. El quinto, que cay¨® derrumbado bajo el peto en la vara que tom¨®, tuvo un inc¨®modo gazapeo pero cierta vibraci¨®n en la embestida. Y el sexto, que volte¨® a El Califa cuando lo llevaba al caballo por perderle el respeto, estuvo m¨¢s por los suelos que de pie.
La animosa faena de El Cordob¨¦s al cuarto fue un peque?o rayo de luz comparada con las de los otros cinco toros.
Rivera Ord¨®?ez y El Califa, aburridos y sin recursos, pasaron por el ruedo alicantino con m¨¢s pena que gloria. Rivera no se comprometi¨® en ninguno de sus toros y El Califa anduvo como despistado ante los suyos. Y El Cordob¨¦s en el primero de la tarde, otro simulacro de faena. Como toda la corrida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.