Esta vez, tampoco
Espa?a, en su und¨¦cima participaci¨®n, tuvo el camino m¨¢s despejado que nunca para hacer historia, pero termin¨® patinando como siempre
Se mire por donde se mire, Espa?a jam¨¢s lo hab¨ªa tenido m¨¢s a tiro en sus 10 participaciones anteriores en un Campeonato del Mundo. Eliminadas Portugal e Italia, precisamente a pies de Corea del Sur, en su zona del cuadro, las semifinales eran lo m¨ªnimo exigible a una selecci¨®n que no se hab¨ªa encontrado espinas por el camino y que tan s¨®lo hab¨ªa tenido que superar a Eslovenia, Paraguay, Sur¨¢frica e Irlanda. Pero ni siquiera as¨ª ha podido superar sus propios fantasmas. Su cima sigue estando, pues, en el torneo de Brasil 50 con un cuarto puesto algo ficticio. En la era moderna, en las ¨²ltimas cinco ediciones, salvo Italia en la de Estados Unidos 94, a Espa?a no le han barrido grandes campeones, sino B¨¦lgica (M¨¦xico 86), Yugoslavia (Italia 90), Nigeria y Paraguay (Francia 98) y Corea del Sur, que desde ayer, al igual que Turqu¨ªa, ya ha tocado el mismo techo que el equipo espa?ol. Esta vez, adem¨¢s, Espa?a se ha ido del campeonato sin dejar un gran bocado para la retina, en parte por la escasa hidalgu¨ªa de los adversarios con las que ha tenido que v¨¦rselas.
La primera sonrisa para Espa?a lleg¨® con el gui?o del sorteo que le envi¨® al ¨²nico de los ocho grupos en el que no hab¨ªa un campe¨®n mundial o una selecci¨®n anfitriona, siempre revoltosas. En el tr¨¢nsito posterior no podr¨ªa cruzarse hasta la mism¨ªsima final ni con Francia, la campeona vigente, ni con Argentina, Inglaterra y Brasil, cuatro gigantes. Los batacazos de Portugal e Italia le pusieron a las puertas de las semifinales tras haber derrotado a cuatro equipos de la clase baja. Pero el cuadro surcoreano le coloc¨® la banderilla cuando la historia le estaba abriendo las puertas de par en par.
Espa?a debut¨® en un Mundial en 1934, en Italia, junto a otros 15 equipos en un torneo disputado desde el principio por eliminatorias directas. Entonces las bolitas no fueron tan relajantes como en Corea y, a las primeras de cambio, al conjunto de Zamora, Ciriaco y Quincoces le toc¨® Brasil, al que, sin embargo, gan¨® por 3-1. La fortuna tambi¨¦n le sac¨® la lengua en la segunda ronda. Los anfitriones italianos despidieron en ella a los espa?oles con un gol del gran Meazza.
La segunda oportunidad lleg¨® 16 a?os despu¨¦s, en Brasil. Ramallets, Basora, Zarra y Gainza, entre otros, se las vieron de entrada con Estados Unidos (3-1), Chile (2-0) e Inglaterra (1-0). Una ronda inmaculada que dej¨® para el ¨¢lbum de oro el 2 de julio, el d¨ªa de san Telmo tras el tanto de Zarra a Williams. Espa?a se clasific¨® de esa manera para la fase final junto a los primeros de los otros tres grupos: Brasil, Suecia y Uruguay. Los espa?oles empataron en ella con los uruguayos (2-2), pero fueron crucificados por los anfitriones (6-1) en el que todav¨ªa figura en los archivos mundialistas como el segundo partido con una mayor asistencia de p¨²blico: 153.000 espectadores en el estadio de Maracan¨¢ -a la final acudieron 50.000 m¨¢s, para disgusto de todos ellos por la derrota de Brasil ante Uruguay-, y sucumbieron (3-1) ante Suecia.
Tras no clasificarse para Suiza 54 y Suecia 58, Espa?a se matricul¨® en Chile 62 con su mejor equipo. El Real Madrid dominaba Europa y en la selecci¨®n brindaban juntos Di St¨¦fano, Puskas, Gento, Del Sol, Peir¨®, Collar, Luis Su¨¢rez... El primero se lesion¨® poco antes del torneo y frente a Checoslovaquia, M¨¦xico y Brasil los jugadores de Helenio Herrera s¨®lo obtuvieron una victoria, sobre los aztecas, pese a que los brasile?os estuvo contra las cuerdas hasta que Amarildo, sustituto del lesionado Pel¨¦, levant¨® con dos goles el de Adelardo. Precisamente los brasile?os fueron los campeones y los checos los subcampeones.
Como tambi¨¦n lo ser¨ªa el de Inglaterra 66, con Argentina, Suiza y Alemania, que perder¨ªa la final ante Inglaterra. El cuadro de Jos¨¦ Villalonga, campe¨®n vigente de Europa, hizo el mismo resultado con todos (2-1). A favor con los suizos, pero en contra con el ej¨¦rcito de Rattin y el batall¨®n de Beckenbauer.
Concluida la cita brit¨¢nica, la selecci¨®n espa?ola vivi¨® su destierro m¨¢s largo de un Mundial, puesto que no regres¨® hasta 1978, a la tenebrosa finca de La Martona, en Argentina, con Ladislao Kubala al frente. Espa?a patin¨® de entrada con Austria y luego arranc¨® un empate a Brasil que bien sabe Carde?osa por qu¨¦ no fue algo m¨¢s, pero la victoria final sobre Suecia no le sirvi¨®.
Desde aquel fracaso, Espa?a siempre ha estado en los Mundiales, lo que tiene menos valor que en tiempos anteriores. En 1982 organiz¨® el primer Mundial con 24 equipos, cifra que se elev¨® a 32 hace cuatro a?os, en Francia. Pero ni por ¨¦sas. Tras el rid¨ªculo casero, s¨®lo en M¨¦xico 86 dej¨® cierto rastro de grandeza: desde la injusta derrota ante Brasil -gol birlado a Michel- hasta la tormenta desatada contra Dinamarca. Pero los belgas, en los cuartos, acabaron con la aventura en los penaltis por un fallo de Eloy.
En Italia 90, tambi¨¦n a bal¨®n parado, pero de falta, el yugoslavo Stojkovic fue el torturador. Antes, enganchado a Michel, el equipo hab¨ªa derrotado a Corea. Lo que no consigui¨® en el deb¨² con Javier Clemente en Estados Unidos 94 (2-2) antes de que Salinas hiciera de Carde?osa frente a Italia.
Clemente sali¨® chamuscado de Francia 98 y el testigo lleg¨® a Camacho. Con ¨¦l la cosa estuvo m¨¢s f¨¢cil que nunca jam¨¢s, pero se patin¨® como siempre. Como sucede desde hace 68 a?os, tras once ediciones disputadas con otros tantos t¨¦cnicos y 657 jugadores.
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