La cumbre de la no violencia
La cita de Sevilla, menos masiva que la de Barcelona, pasar¨¢ a la historia como la m¨¢s pac¨ªfica de la antiglobalizaci¨®n
La cumbre alternativa de Barcelona pasar¨¢ a la historia del movimiento antiglobalizaci¨®n por su capacidad movilizadora, pero tambi¨¦n porque marc¨® un giro en la estrategia que hasta entonces hab¨ªan seguido los colectivos que combaten el actual modelo de globalizaci¨®n econ¨®mica. Aunque esa tendencia ya se hab¨ªa iniciado en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, en Barcelona se sacudi¨® la imagen de los antiglobalizaci¨®n asociada a los disturbios de Seattle en 1999 con la incorporaci¨®n de organizaciones pol¨ªticas y sindicales de la izquierda tradicional a la marcha. A pesar de ello, los destrozos vand¨¢licos ocurridos al final de la protesta empa?aron una pizca el tono pac¨ªfico que presidi¨® la cita. En Sevilla se han soltado definitivamente las amarras con la violencia.
Queda la sensaci¨®n de una ciudad igual de pasiva ante la cumbre y su rev¨¦s
En la capital andaluza no se han marcado hitos hist¨®ricos. La contracumbre no atrajo, ni de lejos, la marea humana que recorri¨® las calles de la capital catalana (250.000 seg¨²n la Guardia Urbana, 495.000 seg¨²n los organizadores), ni tampoco logr¨® un desplazamiento tan masivo desde otros pa¨ªses europeos, como evidenci¨® la acampada en el parque del Alamillo, preparada para un m¨¢ximo de 10.000 personas y que s¨®lo acogi¨® a unas 2.500. Por las calles de Sevilla marcharon el s¨¢bado menos de la mitad (50.000 seg¨²n la Polic¨ªa Local, 250.000 seg¨²n el Foro Social de Sevilla), pero hay algo que representa un logro: la ausencia de incidentes. Por vez primera una contracumbre se desarroll¨® sin violencia y con s¨®lo tres detenidos al finalizar la manifestaci¨®n.
En Sevilla se quebr¨® por completo la asociaci¨®n entre antiglobalizaci¨®n y violencia, aunque ¨¦sta ya s¨®lo fuera obra de minor¨ªas radicales en las ¨²ltimas citas. El Foro Social de Sevilla, que se ha quejado reiteradamente de la 'criminalizaci¨®n' que han sufrido durante las semanas previas al Consejo Europeo, cree que algunos responsables p¨²blicos deber¨ªan explicar ahora sus mensajes 'intimidatorios'. 'Que nos diga ahora el delegado del Gobierno d¨®nde est¨¢n los 3.000 violentos que iban a venir y para qu¨¦ hacen falta las vallas y 9.000 polic¨ªas', espet¨® el portavoz del Foro Social de Sevilla, Joaqu¨ªn Ur¨ªas.
La sensaci¨®n de la plataforma sevillana, que aglutina a m¨¢s de 60 colectivos pol¨ªticos, sindicales, ecologistas, feministas y personas a t¨ªtulo individual, es de orgullo despu¨¦s de momentos de pesimismo en los que llegaron a temer que juntar¨ªan pocos miles en su gran marcha. A la contra jugaban, en su opini¨®n, la lejan¨ªa de Europa, el car¨¢cter conservador de la poblaci¨®n y los mensajes oficiales sobre el riesgo de incidentes. Por eso consideran que la movilizaci¨®n, a la que se han desplazado miles de ciudadanos de otros lugares de Espa?a, ha sido un ¨¦xito, aunque reconocen que algunas actividades han contado con menos participaci¨®n de la esperada. 'Creemos que han influido la huelga y el ambiente de miedo', dijo Ur¨ªas.
Algunas actividades programadas durante los dos d¨ªas se suspendieron -el Forito para ni?os y la exposici¨®n de fotograf¨ªas sobre la inmigraci¨®n en el Estrecho-, pero la asistencia a los ejes tem¨¢ticos de inmigraci¨®n y alternativas econ¨®micas rebosaron p¨²blico. La inmigraci¨®n, puesta en el ojo del hurac¨¢n por la decisi¨®n de la presidencia espa?ola de convertirla en el plato fuerte de la cumbre de Sevilla, ha tenido un peso especial en la cumbre paralela, m¨¢s relacionado con el impacto medi¨¢tico que tuvo el encierro inesperado de un centenar de antiglobalizaci¨®n en la iglesia de El Salvador, en solidaridad con los extranjeros que est¨¢n en el campus de la Universidad Pablo de Olavide, que por la difusi¨®n de los debates.
En contra del Foro Social tambi¨¦n ha jugado la dispersi¨®n de espacios, alejados entre s¨ª, en los que han celebrado actividades: parque del Alamillo, campus de Reina Mercedes, albergue juvenil y centro de Pino Montano. Y tal vez influy¨® la ausencia de los grandes referentes ideol¨®gicos e intelectuales del movimiento para que las alternativas pol¨ªticas y sociales que defienden los antiglobalizadores hayan salido poco a la luz y haya predominado el car¨¢cter l¨²dico de sus protestas callejeras. Aunque lo que puede evaluarse como una deficiencia, desde el Foro lo respaldan como un criterio que subraya a¨²n m¨¢s el car¨¢cter asambleario. 'Nadie puede sintetizar el movimiento', se?ala Ur¨ªas.
Lo que no ha logrado el Foro ha sido implicar a la ciudad en sus actos de forma masiva. Ha predominado la estampa pasiva y de meros espectadores en las actividades callejeras. Un participante de la manifestaci¨®n, procedente de Barcelona, criticaba la escasa implicaci¨®n sevillana: 'Toda la gente que hay aqu¨ª es de fuera, mientras que en Barcelona se volc¨® la ciudad'.
La sensaci¨®n que queda, finiquitadas la cumbre y su rev¨¦s, es la de una ciudad igual de pasiva ante ambos acontecimientos, que se han desarrollado bajo un riguroso dispositivo de seguridad, en el que participaron 9.000 agentes. Los sevillanos no marcharon en masa contra la Europa del capital, como pretend¨ªan los organizadores, pero su contracumbre gener¨® menos incidentes que un vulgar s¨¢bado noche.
Tal vez, la escena m¨¢s simb¨®lica del car¨¢cter de esta cumbre paralela fue la conversaci¨®n mantenida en un bar entre un agente antidisturbios y un manifestante:
- Es la manifestaci¨®n m¨¢s bonita que he visto nunca- dijo el agente.
- Anda ya, que est¨¢s deseando sacar la porra- replic¨® el anti-globalizaci¨®n.
- Esperemos que no la fastidien ni los tuyos ni los m¨ªos- concluy¨® el polic¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.