El cambio necesario
Cada provincia espa?ola tiene su propio Colegio de M¨¦dicos y muchas han celebrado su primer siglo. As¨ª pues han pasado 100 a?os desde su fundaci¨®n. Ni la medicina ni la sociedad espa?ola son los mismos, pero los Colegios apenas han cambiado. La colegiaci¨®n sigue siendo obligatoria para ejercer la profesi¨®n, y para la inmensa mayor¨ªa de los m¨¦dicos los Colegios, tal como est¨¢n, no nos aportan nada ¨²til a la profesi¨®n ni a la sociedad.
Sin embargo, todas las sociedades avanzadas consideran necesario que los m¨¦dicos y los miembros de otras profesiones -entendiendo por tales aquellas a las que la sociedad otorga legalmente el monopolio de ejercicio de una actividad que exige garant¨ªa de conocimientos altamente especializados- pertenecezcan obligadamente a su organizaci¨®n correspondiente, en beneficio de la sociedad y de los propios profesionales. Es la esencia de el 'contrato social' de las distintas profesiones: monopolio de ejercicio a cambio de seguridades y garant¨ªas para la sociedad, ofrecidas por la correspondiente organizaci¨®n 'colegial' de cada 'profesi¨®n'.
Todo esto es la teor¨ªa, lo que funciona, m¨¢s o menos bien (para la sociedad y los m¨¦dicos) en los pa¨ªses m¨¢s avanzados. Sin embargo, en Espa?a hace muchas d¨¦cadas que los Colegios de M¨¦dicos han perdido la noci¨®n de por qu¨¦ fueron creados. No sirven ni a los m¨¦dicos ni a la sociedad. No se han adaptado a los cambios en el ejercicio de la medicina ni a los cambios sociales, de modo que no es exagerado decir que subsisten ¨²nicamente porque la colegiaci¨®n es legalmente obligatoria.
Desde hace veinte o treinta a?os, casi todos los m¨¦dicos espa?oles, para mantenernos al d¨ªa, para compartir nuestra experiencia profesional y los avances cient¨ªficos, nos asociamos, voluntariamente, en la Sociedad Cient¨ªfica de nuestra especialidad. Con ello, respondemos a una necesidad imprescindible de socializaci¨®n cient¨ªfica-profesional, descuidada clamorosamente por unos Colegios que han vivido al margen del gran cambio que ha experimentado la medicina y la sanidad en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Estas sociedades cient¨ªfico-m¨¦dicas de cada especialidad son una de las muestras m¨¢s interesantes del dinamismo y vitalidad de la medicina espa?ola
Por otro lado, la mayor¨ªa de los m¨¦dicos somos profesionales al servicio del sector p¨²blico, empleados. Por eso, muchos est¨¢n afiliados sindicalmente, ya que corresponde a los sindicatos -no a los Colegios- defender sus derechos laborales y son los sindicatos los que, seg¨²n las leyes, representan a los trabajadores. Esto es un hecho, por m¨¢s que el marco de su representaci¨®n laboral-sindical en Espa?a est¨¦ de tal modo distorsionado que somos (quiz¨¢s) el ¨²nico pa¨ªs del mundo donde los m¨¦dicos no pueden negociar directamente con la administraci¨®n sanitaria sus condiciones de trabajo ya que en el conjunto de los trabajadores sanitarios con la actual legislaci¨®n nunca tendr¨¢n el peso de una representaci¨®n adecuada.
Resumiendo: los Colegios se han quedado obsoletos, pero sigue siendo obligatoria la afiliaci¨®n para el ejercicio profesional; las Sociedades Cient¨ªficas de especialidad, voluntarias, han venido a llenar el vaci¨® de lugares de encuentro profesionales constituyendo una realidad pujante, con implantaci¨®n entre los profesionales, y los sindicatos tienen un papel claro e insustituible en nuestra profesi¨®n, como sucede en otros pa¨ªses desarrollados.
De esta sucinta reflexi¨®n sobre el escenario en el que se enmarca el debate sobre los Colegios de M¨¦dicos, surge la conveniencia de plantearse la conveniencia de renovar a fondo el papel actual de los Colegios m¨¦dicos, aprendiendo de nuestra propia realidad y de las mejores experiencias de otros pa¨ªses. Con todos sus defectos los Colegios actuales son herederos de una historia ya centenaria, que m¨¢s que destruir y arrinconar hay que poner al d¨ªa. Hoy se precisa un Colegio de M¨¦dicos que se transforme en una nueva organizaci¨®n cient¨ªfico-profesional, colegial (es decir: democr¨¢tica). ?til, para la profesi¨®n m¨¦dica y la sociedad a la que los m¨¦dicos servimos. Por eso, queremos un nuevo Colegio, legitimado social y profesionalmente, que contribuya a un mayor prestigio de nuestra profesi¨®n.
Un nuevo Colegio, centrado en los temas profesionales, cient¨ªficos y ¨¦ticos, que propicie un mayor impacto de la opini¨®n de los m¨¦dicos en las decisiones que nos afectan. Nos permita expresar colectivamente, con la mayor autoridad profesional y rigor, nuestra opini¨®n sobre todos los temas sanitarios y sobre todo aquello que interese a la salud de la poblaci¨®n de la que nos sentimos profesionalmente responsables. Un nuevo Colegio que tenga el prestigio y la fuerza para hablar con autoridad en los temas de ordenaci¨®n de las profesiones sanitarias, de la demograf¨ªa m¨¦dica; para reformar, fortaleci¨¦ndolo, el sistema MIR de formaci¨®n de especialistas, haciendo posible de una vez en Valencia la planificaci¨®n adecuada de la demograf¨ªa m¨¦dica.
Queremos un Colegio de M¨¦dicos que tenga una nueva presencia social, asumiendo mayor responsabilidad en relaci¨®n con la protecci¨®n de la salud p¨²blica, con la promoci¨®n de la salud y la educaci¨®n sanitaria. Un Colegio que prestigie a la profesi¨®n m¨¦dica y proteja con eficacia sus intereses leg¨ªtimos.
Deseamos un Colegio de M¨¦dicos abierto a la sociedad contribuyendo a su bienestar con participaci¨®n activa en todos los debates sociales en los que nuestros conocimientos profesionales y los valores de la medicina tengan algo que aportar a la defensa de los intereses sanitarios de la poblaci¨®n y a la equidad en el acceso a los servicios sanitarios.
Un escenario al que se deber¨¢ llegar tras un profundo debate profesional, aunque no s¨®lo m¨¦dico. Un escenario en el que las actuales Sociedades Cient¨ªficas de especialidad se integrar¨¢n en el Colegio, constituy¨¦ndose como el embri¨®n de la nueva estructura de colegiaci¨®n m¨¦dica, fundi¨¦ndose en los actuales Colegios y revitaliz¨¢ndolos. Es necesaria la modernizaci¨®n de la organizaci¨®n colegial de la medicina. Para lograrlo ser¨¢ preciso promover un debate riguroso y profesional de los m¨¦dicos que de lugar a una reforma democr¨¢tica y participativa de los actuales Estatutos del Colegio, pero tambi¨¦n, y sobre todo, de nuestra cultura profesional y de la responsabilidad social de la medicina.
Ma?ana se celebraran elecciones para elegir una nueva Junta Directiva del Colegio de Medicos de Valencia, es imperioso optar por el cambio. La Junta actual representa: la obsolescencia, el inmovilismo, la carencia de ideas, la connivencia con el poder pol¨ªtico, y como gestores lo m¨¢ximo que pueden ofrecer es que son una mediocre agencia de viajes.
J. Mayans Ferrer y J. M. Freire son m¨¦dicos.
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