Una polic¨ªa amenazada
La Ertzaintza celebra su 20? aniversario mirando a Europa y con todos sus agentes en la diana de ETALa Ertzaintza celebra su 20? aniversario mirando a Europa y con todos sus agentes en la diana de ETA
La Ertzaintza (polic¨ªa vasca) llegar¨¢ al pr¨®ximo 24 de octubre, fecha en la que celebra su 20 cumplea?os, con 200 nuevos aspirantes a llevar la txapela roja tras pasar por el horno de la Academia de Arkaute (?lava). Y sin embargo nadie oculta ya el abismo que existe entre los aprendices de polic¨ªas de entonces, que pensaban m¨¢s en convertirse en unos bobbys a la vasca, y los que para este oto?o estar¨¢n tachando los d¨ªas en su calendario para una licenciatura, m¨¢s que nunca, de fuego, cristales rotos y nueve mil¨ªmetros parabellum.
Uno de aquellos agentes de las primeras promociones asegur¨® hace dos a?os en plena precampa?a vasca -donde la ineficacia de la Ertzaintza contra ETA y la acusaci¨®n de complacencia con ese mundo fueron caballo de batalla electoral- que 'en Arkaute nos vendieron la idea de que ¨ªbamos a formar una maravillosa polic¨ªa de un pa¨ªs id¨ªlico (...) Ibamos a ser agentes que se pasear¨ªan desarmados porque el simple uniforme y la ikurri?a bastar¨ªan y sobrar¨ªan para ser respetados y queridos'.
La realidad, sin embargo, ha convertido a todos y cada uno de los 7.300 ertzainas en objetivo directo de la organizaci¨®n terrorista. Fue la propia ETA la que dej¨® por escrito en el zutabe (bolet¨ªn interno) de diciembre de 2000, en el que abr¨ªa la posibilidad de atentar indiscriminadamente contra la polic¨ªa vasca, que los ertzainas hab¨ªan pasado de 'ayudar a cruzar la carretera a los aitites [abuelos] a asumir un car¨¢cter represivo, y ese car¨¢cter lo han adquirido de la Guardia Civil y de la Polic¨ªa Nacional'.
Desde 1985, a?o en el que ETA asesin¨® al teniente coronel del Ej¨¦rcito y mando de la polic¨ªa vasca Carlos D¨ªaz Arcocha, han sido 13 los ertzainas asesinados y muchos m¨¢s los que han sufrido ataques con c¨®cteles, han visto sus coches particulares calcinados o los negocios de sus familiares pintarrajeados con la palabra maldita preferida por los aprendices de etarra: cipayos.
Hoy, al abrir un peri¨®dico o al sintonizar la radio el ciudadano puede seguir una campa?a de publicidad gubernamental animando a la poblaci¨®n a unirse a la polic¨ªa vasca como si de una versi¨®n revisada del T¨ªo Sam se tratara. Interior intenta as¨ª suplir la falta de vocaciones para ertzaina, algo que en la pasada promoci¨®n dej¨® vacantes, tras la pruebas y renuncias de ¨²ltima hora, 80 de los 281 plazas convocadas.
Aquellos 603 primeros ertzainas -278 dedicados a proteger las instituciones y 325 a regular el Tr¨¢fico (aunque ¨¦stos ¨²ltimos a¨²n tardar¨ªan otros cuatro meses en hacerse cargo del Tr¨¢fico y hacer desaparecer definitivamente a los benem¨¦ritos motoristas de las carreteras vascas) y todos los que les han seguido hasta la decimos¨¦ptima promoci¨®n, que espera ahora su primer desfile en la academia, nunca sospecharon el coste que iba a tener llevar la txapela roja del orden en el Pa¨ªs Vasco. Tampoco Ana Isabel Arostegi y Francisco Javier Mijangos, los dos patrulleros que fueron tiroteados y rematada ella en el suelo mientras regulaban el tr¨¢fico en Beasain (Guip¨²zcoa) en noviembre pasado.
Perder la inocencia
El colectivo pronto empez¨® a perder su inocencia. Primero fueron las enormes dificultades para arrancar del Gobierno central una polic¨ªa auton¨®mica, encabezada desde antes de su creaci¨®n formal por el entonces todopoderoso consejero peneuvista e ¨ªntimo amigo de Xabier Arzalluz, Luis Mar¨ªa Retolaza. Luego llegar¨ªan los primeros esc¨¢ndalos y las acusaciones de enchufismo en la polic¨ªa a favor de personas afines al nacionalismo, una aureola, la de 'polic¨ªa pol¨ªtica' que todav¨ªa planea en muchas de las comisiones de Interior que se celebran en la C¨¢mara vasca o en algunos comunicados sindicales. En el verano de 1986, en plena crisis sin retorno en el PNV, la Ertzaintza recibi¨® su bautismo en operaciones encubiertas al margen de la ley: las escuchas ilegales al entonces lehendakari, Carlos Garaikoetxea, a manos de dos ertzainas que fueron finalmente condenados en los tribunales. Y, finalmente, el durante un tiempo retrasado enfrentamiento directo contra ETA como polic¨ªa integral en la etapa de Juan Mar¨ªa Atutxa.
El actual consejero vasco de Interior, Javier Balza, prefiere no bajar tanto al detalle, hacer un balance mucho m¨¢s gen¨¦rico. Y, sobre todo, mirar m¨¢s al futuro y a la posici¨®n que, a su juicio, deber¨ªa tener la polic¨ªa vasca en el espacio de seguridad creado en la Uni¨®n Europea (UE) tras el 11-S si no 'queremos convertirnos en una gran y muy bien preparada polic¨ªa local'.
'Si los a?os 80 fueron los de la creaci¨®n de nuestra polic¨ªa y la d¨¦cada de los 90 la del despliegue en todo el territorio, el nuevo milenio debe ser el de la participaci¨®n directa en el espacio com¨²n europeo de Seguridad', dice Balza.
Aquel oto?o sombr¨ªo del 82, justo unos d¨ªas antes de que los socialistas ganaran las elecciones generales con m¨¢s de 10 millones de votos, dar¨¢ paso el martes 25 de junio a una celebraci¨®n en la sede del Gobierno vasco. Habr¨¢ discurso del lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, y Balza realizar¨¢ tambi¨¦n un balance de estas dos d¨¦cadas. Ser¨¢n dos muestras de respaldo institucional a un colectivo que atraviesa por uno de sus momentos m¨¢s bajos de moral. Algo que ni la estad¨ªstica puede oculta: una tasa de absentismo en el primer trimestre por encima del 10% y un crecimiento inusitado de las bajas por ansiedad y depresi¨®n, que han pasado de 20.751 d¨ªas perdidos por ambos motivos en 2000, a 35.643 jornadas perdidas el pasado a?o.
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