Los adioses
Hwang marca; Hierro iguala. Park enga?a; Baraja, tambi¨¦n. Seol marca colocado; Xavi, a la escuadra izquierda. Ahn no falla; Joaqu¨ªn imita a Kubala y se equivoca. Hong marca el gol del triunfo coreano; Espa?a, a casa. Adi¨®s. Un alivio. Qu¨¦ bien. Seg¨²n como se mire, les debemos a los liniers de Uganda y Trinidad y Tobago habernos sacado un gran peso de encima. Hemos quedado los quintos, tampoco est¨¢ tan mal.
Si Juan Benet dec¨ªa 'nunca llegar¨¢s a nada', de Espa?a podr¨ªamos decir que nunca llegar¨¢ a las semifinales. El balance al fin de los siglos ser¨¢: 'S¨®lo tuvimos a Zarra una vez'. Pero ?hay que llegar a las semifinales? Lo han hecho Corea y Alemania, equipos horribles e insufribles. ?Debemos desear alcanzar las cotas de mediocridad de esas selecciones? Ser¨ªa mejor que nos propusier¨¢mos alcanzar metas m¨¢s altas en otros campos (no necesariamente futbol¨ªsticos) e incluso ser¨ªa conveniente recuperar el sentido del humor y aprender a decir adi¨®s. Villar, por ejemplo, en vez de dimitir de un cargo que no sab¨ªamos que ten¨ªa, deber¨ªa pasar sus vacaciones en Trinidad y Tobago y en Port of Spain descubrir la calidad humana del agricultor de origen hind¨², ese juez de l¨ªnea que se trag¨® el gol de oro de Morientes y ha jorobado al decretador de la Moncloa y dem¨¢s afici¨®n. Espa?a va bien, pero los jueces de ex¨®ticos pa¨ªses tratan de ocultarlo. ?Qu¨¦ habr¨ªa sucedido si hubieran sido de Estonia o Lituania? Podr¨ªa haber ocurrido esto perfectamente y ahora estar¨ªamos reclutando aficionados para la Divisi¨®n Azul.
He dicho que hay que aprender a decir adi¨®s y lo ideal ser¨¢ hacerlo con mucho humor, aunque en serio. ?O no nos despediremos en serio de Aznar cuando le llegue la bendita hora? Adi¨®s, le dije a la selecci¨®n el s¨¢bado. En el fondo, todo un alivio. Llevo d¨ªas, como en una novela de Onetti, dedicado a los adioses. Por ejemplo, me he despedido para mucho tiempo de los informativos de la primera cadena. Llevaban a?os manipulando la informaci¨®n, de modo que lo ocurrido con la huelga general no ha sido m¨¢s que una versi¨®n m¨¢s de lo mismo, pero se confiaron demasiado y se les ha ido la mano, no midieron la magnitud de la mentira. Todo tiene un l¨ªmite. Hay que empezar a ejercitarse en los adioses y decirle adi¨®s a la cumbre racial de Sevilla, a los informativos de la primera, al lenguaje campechano de Camacho, a don P¨ªo-P¨ªo, a todo. Qu¨¦ alivio. Con la mano les digo adi¨®s, se lo han ganado a pulso. Adi¨®s a Jap¨®n y Corea con un beso. Del Mundial s¨®lo ver¨¦ la camiseta de Brasil. Le digo adi¨®s al Corea-Alemania de hoy; no pienso verlo, faltar¨ªa m¨¢s; es la cr¨®nica de un tormento anunciado. Adi¨®s.
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