La osteoporosis, el enemigo furtivo
La p¨¦rdida de densidad ¨®sea causa 25.000 fracturas anuales con una elevada mortalidad en el primer a?o
La menopausia es un hecho f¨ªsico y no s¨®lo psicol¨®gico o cultural. No afecta por igual a todas las mujeres y los matices socioculturales o psicol¨®gicos que la rodean pueden reducir o acentuar sus efectos. Pero hay algo inocultable: el cese de la actividad ov¨¢rica. Esta frontera hoy se puede dilatar y vivir con calidad de vida pero no escamotear, ya que acarrea ciertos riesgos, entre ellos la osteoporosis, o p¨¦rdida de masa ¨®sea, debida a la progresiva descalcificaci¨®n de los huesos.
'No permitas que los huesos rompan tu vida'. ?ste es el lema elegido este a?o por el CIM (Centro de Informaci¨®n de la Menopausia) para centrar la atenci¨®n de las mujeres en la osteoporosis, esta epidemia silenciosa que no tiene s¨ªntomas y que convierte a sus pacientes en personas fr¨¢giles y vulnerables. En Espa?a la padecen dos millones de mujeres y el objetivo de la campa?a es alertarlas sobre los riesgos de fractura, una de sus m¨¢s fatales consecuencias. Aunque a menudo las pacientes hacen hincapi¨¦ en el dolor o en la p¨¦rdida de calcio, la osteoporosis causa 25.000 fracturas anuales, con una elevada mortalidad en el primer a?o tras la rotura y un gasto adicional que sobrepasa los 150, 2 millones de euros (25.000 millones de pesetas).
Cada mujer tiene un capital de salud distinto y precisa un tratamiento a la carta
El combate contra la osteoporosis no hay que reducirlo s¨®lo a la terapia hormonal
Una consulta realizada entre mujeres de 49 a 75 a?os en todas las comunidades aut¨®nomas arroja el dato de que incluso las que ya padecen esta dolencia se sienten m¨¢s preocupadas ante el dolor, el cansancio o la merma de actividad que ante el riesgo de ca¨ªdas, su principal factura. De acuerdo con estos datos, el 93% de las ya afectadas confiesa que esta dolencia limita su actividad diaria, y el 37% sufre repercusiones emocionales, desde cambios de car¨¢cter o alteraciones de sue?o hasta depresi¨®n. Como sucede en este tipo de encuestas, m¨¢s del 90% de las aquejadas admite que de haber sido informada hubiera seguido un tratamiento preventivo, pero las mujeres que adoptan terapias de reemplazo en la menopausia son todav¨ªa pocas.
En Espa?a hay entre cuatro y cinco millones de mujeres entre 54 y 64 a?os, y a ellas va dirigido el mensaje preventivo: cuidar la dieta, hacer ejercicio y seguir un tratamiento que contrarreste la p¨¦rdida de estr¨®genos son buenos m¨¦todos para paliar las consecuencias menos gratas de la menopausia.
La prevenci¨®n m¨¢s eficaz, sin embargo, debe empezar a una edad m¨¢s temprana. Y no fiar el combate contra la osteoporosis exclusivamente a la terapia hormonal. 'Hay una estrecha dependencia entre la osteoporosis y el metabolismo del calcio y la vitamina D', afirma la doctora Carmen Valls-Llovet. 'No hay que olvidar que hay mujeres que tienen ya osteoporosis a los 35 a?os, mucho antes de que se produzca la menopausia, y esto es especialmente frecuente en las fumadoras', a?ade.
'La osteoporosis forma parte del proceso de envejecimiento y el 30% de la poblaci¨®n la padece. En las mujeres el deterioro del hueso es m¨¢s llamativo porque se concentra en un periodo bien definido, a los 55 a?os, mientras que el hombre pierde hueso en torno a los 65', recuerda Valls-Llovet. 'La controversia reside en cu¨¢l es el papel de los estr¨®genos: parece claro que impiden la descalcificaci¨®n, sobre todo en el hueso de las v¨¦rtebras, pero no forman masa ¨®sea, por lo que la terapia hormonal no supone una mejora a largo plazo. Por el contrario, la progesterona, el calcio y la vitamina D s¨ª influyen de forma decisiva en la formaci¨®n del hueso', contin¨²a Valls-Llovet. ?sa es la raz¨®n por la que han surgido diferentes generaciones de f¨¢rmacos complementarios, entre ellos el raloxifeno, destinados a prevenir la osteoporosis.
'Cada mujer tiene una historia y un capital de salud distinto y es a ella a quien hay que dise?arle el tratamiento id¨®neo', asegura el doctor Eduardo Villoria, especialista de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz. 'La oferta es amplia', a?ade. Valls-Llovet es m¨¢s cauta: 'La cuesti¨®n es determinar qu¨¦ tratamiento es el adecuado y en qu¨¦ dosis', reflexiona. Los fitoestr¨®genos, compuestos vegetales con una acci¨®n similar a los hormonales, aunque no tengan su estructura bioqu¨ªmica, representan una alternativa a la terapia hormonal. Pero ¨¦stos tampoco est¨¢n libres de debate y de sospechas. Mientras que algunos estudios describen sus beneficios para la salud cardiaca y la calidad del hueso, a condici¨®n de que se tomen de forma sistem¨¢tica y continuada, Valls-Llovet se muestra esc¨¦ptica. 'No tenemos evidencias cient¨ªficas de que aumenten la densidad del hueso, aunque s¨ª hemos observado que aten¨²an los sofocos. Sabemos que las asi¨¢ticas los padecen en menor medida, pero lo que toman es soja directamente, no isoflavonas. Para probar su eficacia tendr¨ªamos que tener a un grupo consumiendo s¨®lo isoflavonas y a otro con suplementos de calcio, y comparar los resultados', afirma.
En cualquier caso, Carmen Valls-Llovet considera que los fitoestr¨®genos son una opci¨®n a tener en cuenta, y con menos inconvenientes que la terapia de reemplazo hormonal. 'No reniego del tratamiento hormonal, pero hay que valorar sus beneficios y sus inconvenientes: es un buen aliado para evitar la sequedad hormonal y los sofocos, pero no se puede concluir que incrementa el riesgo de c¨¢ncer de mama en pacientes con alguna predisposici¨®n y que incide igualmente en la trombosis coronaria. Los fitoestr¨®genos no concitan tantas objeciones, pero no son del todo inocuos: las isoflavonas, tomadas regularmente, a raz¨®n de 100 miligramos por d¨ªa durante un periodo de tiempo, fomentan la proliferaci¨®n de c¨¦lulas mamarias, lo que en algunas mujeres podr¨ªa provocar o activar el c¨¢ncer de mama'.
El acierto en la terapia de reemplazo parece crucial para atender a una poblaci¨®n cada vez m¨¢s informada que se ve abocada a una dilatada posmenopausia que a menudo convive con un estilo de vida joven. 'Los estudios se suceden y el pr¨®ximo a?o aparecer¨¢ en EEUU uno esclarecedor en este asunto, pero, con los datos de que disponemos, me inclino a dar una combinaci¨®n de dosis bajas de estr¨®genos, o determinados fitoestr¨®genos y suplementos de calcio y vitamina D', concluye Carmen Valls-Llovet.
(Las mujeres m¨¢s desorientadas cuentan con un tel¨¦fono de informaci¨®n para prevenir la osteoporosis: 902 10 10 12).
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