Cuatro hijos y dos nietos forman su dinast¨ªa

Camar¨®n tiene un nieto de nueve meses, que se llama Jos¨¦, tiene los ojos celestes y se le parece. Otro Jos¨¦, el hijo peque?o de Jos¨¦ Monge Cruz y Dolores Montoya, La Chispa, rompi¨® a cantar con cinco o seis a?os, ahora tiene 11. Dicen que lo hac¨ªa muy bien por buler¨ªas. Cantaba para todo el que se lo pidiera, hasta que su abuelo Diego le dijo que tuviera cuidado. Nadie le ha vuelto a o¨ªr. Ahora estudia m¨²sica, tercero de guitarra en el conservatorio de La L¨ªnea, donde le llev¨® su hermano Luis, el mayor, que con 23 a?os es un tocaor rancio, hondo, especialmente con las seguiriyas, las soleares o las buler¨ªas.

Luis est¨¢ convencido de que su hermano acabar¨¢ cantando y ser¨¢ de los buenos. El primog¨¦nito de Camar¨®n ha tocado junto a Raimundo Amador, en un disco de homenaje a su padre (Por Camar¨®n) que sale estos d¨ªas a la venta. La copla en la que interviene son unos tanguillos de Pata Negra, ?Ay Jos¨¦!, yo te canto, Camar¨®n, que tiene el embrujo de lo ¨²nico: la cantan a d¨²o las hermanas Gema (de 20 a?os) y Roc¨ªo (18 a?os) Monge Montoya en su primera y ¨²ltima incursi¨®n profesional. Ellas empezaron a cantar en la Iglesia Evang¨¦lica y no quieren dedicarse a esto. Tampoco le parece bien a sus parejas, ni a su madre. Gema est¨¢ feliz como ama de casa con dos hijos que cuidar y Roc¨ªo ha hecho esteticista y ahora estudia peluquer¨ªa. Gema est¨¢ acostumbrada a los d¨²os. En familia canta por Lole y Manuel con su marido, Jos¨¦ Heredia, Nen¨¦, con el que se cas¨® hace dos a?os. Son los padres de Abigail, que tiene los ojos verdes como su abuelo, y de Jos¨¦, el ¨²ltimo -de momento- de la dinast¨ªa de Camar¨®n. Roc¨ªo se casa en agosto.

La familia de Camar¨®n vive unida como una pi?a en La L¨ªnea (C¨¢diz), el pueblo originario de La Chispa, y donde conoci¨® a quien ser¨ªa su marido -ella se cas¨® con 16 y ¨¦l con 25-, cuando Jos¨¦ Monge ven¨ªa a esta localidad con su amigo Manuel Molina (el de Lole y Manuel). A la cabeza del clan est¨¢ Dolores que tiene una mercer¨ªa, Bazar Chispa, en la calle Teatro. Este lugar es un punto de encuentro para la familia, los amigos y los admiradores del genio que no paran de entrar con una foto o una grabaci¨®n.

?ste es tambi¨¦n un lugar de peregrinaci¨®n: 'Un muchacho australiano vendi¨® su moto y con el dinero se vino para conocer a la familia de Camar¨®n', cuenta La Chispa. La leyenda tambi¨¦n se conserva en el bajo de la casa, en donde Luis cuida las 60 guitarras que ten¨ªa Camar¨®n. 'Mi padre me ve¨ªa tocar, me escuchaba, pero no me dec¨ªa nada. ?l no quer¨ªa que yo fuera artista, quer¨ªa que estudiara'. Su madre tampoco quiere que sus hijos sean artistas.

Jos¨¦ Monge sigue manteniendo a su familia. La Chispa menciona que, en vida, le daba todos los caprichos a sus hijos. Luis dice que, econ¨®micamente, ahora no les falta de nada. Camar¨®n se vende muy bien y los porcentajes suponen ingresos importantes. 'Se parec¨ªa mucho a mi padre, era igual de raro y callado', afirma Dolores. Recuerda que la enfermedad de Jos¨¦ 'fue muy r¨¢pida, se fue enseguida' y c¨®mo ella estuvo cuatro a?os llorando, 'porque no sab¨ªa qu¨¦ hacer sin ¨¦l'. Su padre y su hermana Curra se ocuparon de los ni?os hasta que un d¨ªa sus hijos la sacaron de la depresi¨®n: 'Me dijeron que si yo no com¨ªa, ellos tampoco, incluso el chiquitito, con cinco a?os...'

El chiquitito ahora es su nieto Jos¨¦, a quien su t¨ªo Luis sienta en sus rodillas y le lleva la mano para que haga comp¨¢s sobre la mesa. La dinast¨ªa contin¨²a.