Powell asegura que Arafat es incapaz de 'llegar hasta la paz'
Mitchell advierte de que un radical de Ham¨¢s o Yihad puede suceder al l¨ªder palestino
Casi nadie se atrev¨ªa ayer a definir el discurso de Bush como un 'plan de paz' para Oriente Pr¨®ximo. Las propuestas son gen¨¦ricas y las menciones al calendario son superficiales, pero la Casa Blanca insist¨ªa anoche en que la 'visi¨®n' de Bush -elecci¨®n de nuevos l¨ªderes palestinos a cambio de la semilla de un futuro Estado independiente- es la ¨²nica soluci¨®n al conflicto. Bush parti¨® hacia la cumbre del G-8 en Canad¨¢ sin enviar a la zona a su secretario de Estado, como algunos esperaban.
Hoy y ma?ana, Bush tratar¨¢ de ganar aliados a su planteamiento. Entre los flecos que nadie aclara en Washington est¨¢ el futuro inmediato de la relaci¨®n EE UU con Yasir Arafat. Bush no s¨®lo aboga por su destituci¨®n como l¨ªder palestino: le vincula indirectamente con actividades terroristas y pide su remoci¨®n a cambio de empezar a pensar en un hipot¨¦tico Estado palestino.
Es cierto que Bush nunca habla con Arafat y, desde que es presidente, jam¨¢s le ha invitado a Washington, una ciudad que Ariel Sharon visita pr¨¢cticamente cada mes. Pero Colin Powell, el secretario de Estado, mantiene conversaciones frecuentes con Arafat en su calidad de representante palestino, por mucho que a Bush le pese esa condici¨®n. El Departamento de Estado no quiso confirmar ayer si Powell se dispone a cortar tajantemente esa v¨ªa de comunicaci¨®n. En una entrevista en una emisora de radio, Powell se limit¨® a hablar de Arafat como un l¨ªder incapaz de dar al pueblo palestino 'el liderazgo que se necesita para avanzar y para llegar hasta la paz'.
Son interesantes los detalles sobre la preparaci¨®n del discurso de Bush en los d¨ªas y horas anteriores a su pronunciamiento. Powell desvel¨® que quienes participaron en la redacci¨®n (¨¦l mismo; el vicepresidente, Dick Cheney; el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y la consejera de seguridad nacional, Condoleezza Rice) se mostraban en todo momento 'reticentes' a llegar a la conclusi¨®n de que Arafat es el mayor impedimento en el camino de la paz. 'Pero fue la ¨²nica conclusi¨®n a la que logramos llegar', dijo Powell.
Sin embargo, en el texto final que Bush repas¨® no se inclu¨ªa una menci¨®n expl¨ªcita a la destituci¨®n de Arafat como condici¨®n inexorable. Fuentes de la Casa Blanca aseguran que fue Bush personalmente quien, sobrecogido por los ¨²ltimos atentados suicidas contra Israel, insert¨® la frase que ahora se debate en el resto del mundo.
Ayer, los portavoces de la Casa Blanca trataban de remarcar que la menci¨®n de Bush a un posible acuerdo dentro de tres a?os no es un compromiso y no est¨¢ sujeta tampoco a hechos concretos. Han de avanzar al mismo ritmo las dos condiciones: control de las actividades terroristas por parte de los responsables palestinos y retirada paulatina de los territorios ocupados por parte del Gobierno israel¨ª. 'Lo vemos como dos v¨ªas paralelas que deben avanzar al mismo tiempo, no en una secuencia', dijo un portavoz.
Una voz algo esc¨¦ptica ante el plan de Bush es la de quien ha dise?ado varios en los ¨²ltimos a?os, el ex senador y mediador de paz George Mitchell, que sugiri¨® una posible contrariedad: que Arafat sea sustituido por alguien peor: 'Hay un riesgo de que alguien de Ham¨¢s o de la Yihad Isl¨¢mica suceda a Arafat, y eso empeorar¨ªa mucho, mucho la situaci¨®n actual'. En declaraciones a la NBC, Mitchell insisti¨® en esa teor¨ªa de la secuencia paralela: 'Si el plan se interpreta como que los palestinos tienen que hacer todo lo que les hemos pedido antes de que los israel¨ªes hagan algo de lo que les hemos pedido, no avanzaremos nada'.
Bush, hoy en Canad¨¢ para la cumbre del G-8, se dispone a buscar apoyos entre los socios incondicionales y a buscar comprensi¨®n en los aliados m¨¢s reticentes, especialmente los de la Uni¨®n Europea.
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