El Bellas Artes enriquece su fondo del siglo XX con el pr¨¦stamo de un 'picasso' del Reina Sof¨ªa
'Figure' permanecer¨¢ hasta septiembre junto a las esculturas de Julio Gonz¨¢lez y Oteiza
La pintura Figure, un ¨®leo pintado por Pablo Picasso en 1928 con rasgos que le acercan al surrealismo, se encuentra expuesto desde ayer en las salas de arte contempor¨¢neo del Museo de Bellas Artes de Bilbao, donde permanecer¨¢ hasta septiembre. El cuadro ha sido cedido temporalmente por el Museo Reina Sof¨ªa, de Madrid, para enriquecer la colecci¨®n de arte del siglo XX del centro bilba¨ªno y se presenta junto a las obras de Julio Gonz¨¢lez, el artista que en su taller de Par¨ªs inici¨® a Picasso en la creaci¨®n de esculturas de metal, y Jorge Oteiza.
La cesi¨®n de Figure (tambi¨¦n llamada T¨ºte) se enmarca en el programa La obra invitada, que la pinacoteca bilba¨ªna puso en marcha el a?o pasado tras las obras de reforma y ampliaci¨®n para acercar a sus visitantes piezas singulares de otras colecciones. La primera pieza invitada fue la escultura Bilbao, de Richard Serra, propiedad de un coleccionista privado.
El director del Reina Sof¨ªa, Juan Manuel Bonet, reconoci¨® ayer su 'especial devoci¨®n' por Figure, una obra que el museo madrile?o compr¨® a una galer¨ªa norteamericana en 1994. Bonet enmarco el lienzo en un per¨ªodo 'convulso e intranquilizador, cruel y descoyuntado' de la trayectoria de Picasso, en el que hubo 'rabia, humor y violencia'. El pintor cerr¨® en aquellos a?os la vuelta al neoclasicismo y se acerc¨® a la est¨¦tica surrealista en lo que Bonet denomin¨® 'una de las tantas piruetas de Picasso'.
La amistad del pintor malague?o con Andr¨¦ Breton y los surrealistas se remonta a 1919, y en 1925 particip¨® en la primera exposici¨®n del movimiento. Se abri¨® entonces una etapa en la que su humor, violencia y caracter on¨ªrico participan de los rasgos surrealistas.
Breton consideraba a Picasso 'surrealista en el cubismo', pero el autor de Figure no comparti¨® el inter¨¦s program¨¢tico del movimiento por el mundo de los sue?os y el inconsciente. Su capacidad creativa le permiti¨®, sin embargo, utilizar parte de la influencia surrealista para poner fin al retorno al orden del neoclasicismo de principios de los a?os 20.
Cabeza de perfil
En Figure, Picasso sintetiz¨® al m¨¢ximo la composici¨®n y el cromatismo. La disposici¨®n vertical de los ojos, a menudo tres, en una cabeza vista, de forma esquem¨¢tica, de perfil, sobre la que se siluetea otra forma indefinida es recurrente en obras de esa ¨¦poca, como ocurre en las pinturas El taller o El pintor y su modelo, ambas de la colecci¨®n del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Los estudiosos de su obra a¨²n encuentran referencias m¨¢s evidentes en otras dos piezas de 1928: la escultura Cabeza y el ¨®leo Figura y perfil, ambas del Museo Picasso de Par¨ªs. Son trabajos de una ¨¦poca que no ha susciatdo grandes elogios, pero el director del Reina Sof¨ªa subray¨® su importancia de un estilo que culmin¨® en 1930 con La crucifixi¨®n.
En el momento de realizaci¨®n de Figure, Picasso inici¨® una etapa de dedicaci¨®n intensa a la escultura. Frecuentaba entonces el taller de Julio Gonz¨¢lez en Par¨ªs, quien le inici¨® en la creaci¨®n de piezas de metal. Ahora la pintura se exhibe junto a las esculturas de Gonz¨¢lez y Oteiza. 'Est¨¢ en el contexto adecuado junto a su amigo Julio Gonz¨¢lez', agreg¨® JUan Manuel Bonet.
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