'Brasil, penta'

Una vez que Brasil ha alcanzado la final, la torcida ya no tiene dudas, y as¨ª lo expres¨® con pancartas y murales distribuidos por las calles de distintas ciudades del pa¨ªs con el lema: 'Brasil, penta', es decir, que la canarinha ganar¨¢ a Alemania en la final y lograr¨¢ su quinto t¨ªtulo mundial.El pa¨ªs vivi¨® desde el alba una gran expectaci¨®n por el partido contra los turcos, que quer¨ªan la revancha del primer encuentro, en el que la victoria de Brasil fue m¨¢s discutida que nunca por la actuaci¨®n arbitral. Las calles de las grandes ciudades estaban ayer desiertas. Los autobuses pasaban completamente vac¨ªos y los cohetes retumbaron desde el inicio del encuentro, sin esperar el resultado. Brasil vivi¨® una jornada de fiesta. Fueron muchos los que no acudieron al trabajo y se dieron una gran fiesta despu¨¦s del partido. Ciudades como R¨ªo, S?o Paulo, Salvador de Bah¨ªa o Recife se inundaron de gente que se felicitaba por el exito de su selecci¨®n. De repente, el discutible y pol¨¦mico entrenador Scolari se convirti¨® en un ¨ªdolo al igual que Ronaldo y Rivaldo. En las favelas, se gritaba: 'Dios es 10, Dios es brasile?o'.

Todos los diarios, desde los deportivos a los de informaci¨®n general como O Globo, Jornal do Brasil o Folha de S?o Paulo, anunciaron ediciones especiales, mientras las televisiones dedicaban la mayor¨ªa de sus programas a comentar el partido y a expresar la alegr¨ªa que viv¨ªa el pa¨ªs. En los bares y entre las familias, el comentario era ¨²nico: 'Esta vez no vamos a perder la Copa como hace cuatro a?os en Francia'. A Brasil s¨®lo parec¨ªa preocuparle la posibilidad de jugar contra Corea, 'donde un ¨¢rbitro pod¨ªa hacer lo mismo que le hizo a Espa?a', de acuerdo al sentir de muchos aficionados. Alemania, en cambio, no inspira tanto temor. 'Nosotros tenemos t¨¦cnica y genio mientras que a ellos s¨®lo les avala la fuerza', coincid¨ªan algunos, que ya preparaban la fiesta para el pr¨®ximo domingo. '?Y si perdiera Brasil?, se les pregunta. 'Haremos la misma fiesta', responden. El deseo de ser felices est¨¢ por encima de todo, y mucho m¨¢s en estos momentos en que la selecci¨®n ha alcanzado un puesto en la final despu¨¦s de haber tenido problemas para clasificarse. Nadie apostaba por Brasil y, sin embargo, ahora los aficionados ni siquiera se plantean la posibilidad de perder la final contra Alemania, un equipo resultadista por excelencia.