La natalidad crece en Espa?a por tercer a?o consecutivo gracias a la inmigraci¨®n
Los 403.859 nacidos en 2001 confirman la primera alza sostenida desde los a?os setenta
La natalidad aument¨® en 2001 por tercer a?o consecutivo, algo que no ocurr¨ªa desde hace un cuarto de siglo. Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), se registraron 403.859 nacimientos (8.103 m¨¢s que en 2000). El alza se debe a la inmigraci¨®n. No obstante, el aumento es casi la mitad del registrado en 2000. El promedio de hijos por mujer en edad f¨¦rtil, hasta ahora el m¨¢s bajo de la Uni¨®n Europea, pasa de 1,23 a 1,24. En nueve comunidades hubo m¨¢s muertes que nacimientos. Descendieron las bodas (en 3.600) y las muertes (292 menos).
Ha tenido que pasar una d¨¦cada para que Espa?a vuelva a superar los 400.000 nacimientos anuales, nivel que perdi¨® en 1991. 'Es un dato llamativo. Los nacimientos ya est¨¢n en una situaci¨®n similar a la de 1989-90', afirma Anna Cabr¨¦, directora del Centro Demogr¨¢fico de Catalu?a. El avance de datos del movimiento natural de la poblaci¨®n en 2001, difundido ayer por el INE, confirma el aumento ligero pero sostenido de la natalidad. Crece por tercer a?o consecutivo, algo que no ocurr¨ªa desde que, en 1977, comenz¨® una fort¨ªsima ca¨ªda.
- Aumento menor. La subida del a?o pasado (8.103 nacimientos m¨¢s) fue inferior en casi la mitad a la registrada en 2000 (17.947). 'Son oscilaciones propias de una fecundidad tan baja como la espa?ola, pero parece apuntarse una tendencia moderad¨ªsima al alza', se?ala Margarita Delgado, dem¨®grafa del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas.
- M¨¢s fecundidad. El promedio de hijos por mujer de 15 a 49 a?os (tasa de fecundidad) ha subido de 1,23 a 1,24, un nivel perdido a partir de 1993. Aunque no hay datos comparativos con la Uni¨®n Europea para el a?o 2001, es previsible que Espa?a mantenga su ¨²ltimo lugar en la fecundidad comunitaria (1,53 de media), donde se situ¨® en 1996. La tasa espa?ola toc¨® fondo en 1998 (1,15 hijos).
- La influencia de la inmigraci¨®n. El INE considera que el aumento de los nacimientos se debe 'en buena medida' a los inmigrantes, pero a¨²n desconoce cu¨¢ntos nacidos en 2001 eran hijos de extranjeros. Desde que en 1999 se inici¨® la recuperaci¨®n de la natalidad, el peso de la inmigraci¨®n es evidente. Ese a?o nacieron casi 15.000 beb¨¦s m¨¢s que en 1998 y los hijos de madre extranjera alcanzaron los 17.815 ( el 4,7%). Sin ellas, la natalidad habr¨ªa seguido en descenso. Dado que en 2000 Espa?a registr¨® su mayor aumento de poblaci¨®n en 30 a?os (617.000 personas m¨¢s) por la llegada de extranjeros, es muy posible que el peso de la inmigraci¨®n en los nacimientos sea mucho m¨¢s relevante en 2001. 'La inmigraci¨®n influye, pero no es el ¨²nico factor que determina el alza de la natalidad', dice Cabr¨¦. 'A ella se suma el auge de la maternidad a partir de los 30 a?os', puntualiza Delgado. 'Adem¨¢s, el peso de la inmigraci¨®n es muy distinto seg¨²n las zonas', a?ade.
- Mortalidad estable. El a?o pasado se registraron 358.856 defunciones, 292 menos que en 2000. El crecimiento vegetativo (nacidos menos defunciones) fue de 45.003 personas, una cifra m¨¢s alta que la del a?o anterior (36.608). Ya se ha alcanzado un nivel similar al de 1993.
- Crecimiento desigual. Andaluc¨ªa y Madrid son, con diferencia, las zonas con mayor crecimiento vegetativo. Las muertes superaron a los nacimientos en nueve comunidades: La Rioja, Extremadura, Pa¨ªs Vasco, Castilla-La Mancha, Cantabria, Arag¨®n, Asturias, Castilla y Le¨®n y Galicia.
- Menos bodas. En 2001 se celebraron 206.254 bodas, 3.600 menos que el a?o anterior. La proporci¨®n m¨¢s alta de matrimonios por 1.000 habitantes correspondi¨® a Melilla (6) y Andaluc¨ªa (5,82). La m¨¢s baja fue para Canarias (3,8) y Ceuta (4).
- Cautela y previsi¨®n. 'Con los datos actuales no se pueden echar las campanas al vuelo ni hablar a¨²n de recuperaci¨®n de la natalidad. Sin embargo, parece evidente que se ha frenado el descenso', afirma Margarita Delgado. 'No son cifras para la euforia, pero creo que el repunte al alza se mantendr¨¢', concluye Anna Cabr¨¦.
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