Ronaldo 'afeita' a Scolari en el ensayo del tiro de faltas
El ejercicio propuesto por Luiz Felipe Scolari en el entrenamiento brasile?o era de parvulario. Los diez jugadores titulares ocuparon medio campo; se ubicaron cada uno en su posici¨®n, sin rivales de por medio. Todos parados, en calma. Caf¨², en una banda; Roberto Carlos, en la otra; los tres centrales, en su aparcamiento... Con esta disposici¨®n, Scolari orden¨® que Lucio pasara la pelota a Caf¨², que, sin moverse, deb¨ªa d¨¢rsela a dos metros a Kleberson, que hac¨ªa lo propio con Rivaldo en la media punta, que, a su vez, la deb¨ªa trasladar a la primera para Roberto Carlos, que llegaba caminando para tirar un centro raso a Ronaldo. Vamos, una simple jugada asociativa. Bueno, pues no hubo forma de que saliera a la primera. Ni a la segunda, ni a la tercera, ni a la cuarta...
Rivaldo, de espaldas, la pisaba como le gusta, olvidando que en el ensayo nadie le custodiaba. No hab¨ªa defensas. Ronaldinho remataba antes de tiempo, Roberto Carlos chutaba salt¨¢ndose el cap¨ªtulo de buscar a Ronaldo... Las pruebas eran evidentes: los brasile?os no saben jugar en grupo ni en los entrenamientos. Para ellos no hay jugada sin regate, sin culebreos, sin amagues. Lo complejo les resulta natural. Lo sencillo les parece pura paja. No han nacido para ello.
Del tedio de los ensayos s¨®lo les rescata la pelota cuando todos juegan con ella en el trapecio. Hasta los porteros, como Dida, el suplente, un descarado capaz de competir con Ronaldinho a la hora de columpiar el bal¨®n de una palma de la mano a otra, con los brazos en cruz, haciendo una parada en la nuca antes de deslizarlo por el tobog¨¢n del estern¨®n hasta el empeine, donde se abanica un rato largo para finalmente revolotear de un tac¨®n a otro. Ni una vez tuvo que ordenar Scolari que se repitiera este ejercicio.
Otra cosa muy diferente fue a la hora de practicar los lanzamientos de las faltas. No por culpa del ejecutor, Ronaldo sin ir m¨¢s lejos, sino por la barrera. Sin voluntarios para ser fusilados, el propio seleccionador tuvo que dar ejemplo y colocarse ¨¦l antes de llevar de una oreja a Rivaldo, Caf¨² y alguno m¨¢s. Tan perfecto es Ronaldo que la primera la col¨® por el ¨¢ngulo izquierdo de Dida, la segunda se la escupi¨® la misma escuadra y la tercera... afeit¨® a Scolari. Para un brasile?o no hay obst¨¢culos. Cuanto m¨¢s dif¨ªcil sea la carambola, mucho mejor.
Una vez que Scolari dio por concluido el ensayo, los dos porteros suplentes firmaron una inopinada postdata. Ceni y Dida decidieron permanecer sobre el c¨¦sped afinando sus reflejos. Uno lanzaba y el otro trataba de detener. Scolari les conmin¨® a que pusieran punto y final al ejercicio. Enfrascados en su mano a mano, hicieron caso omiso de las ¨®rdenes del seleccionador. Hasta que Scolari adopt¨® una actitud m¨¢s disuasoria. 'Cuento hasta tres', les advirti¨®. Y levantando su mano derecha empez¨® a contar: 'Uno, dos... '. No hizo falta m¨¢s. Los dos guardametas enfilaron camino del vestuario para reunirse con el resto del equipo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.