Espa?a aprueba en Europa
El semestre espa?ol de la UE concluye hoy entre el ¨¦xito de la puesta en marcha del euro y la sombra de la ampliaci¨®n
A Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar le amargaron el final de la presidencia un ¨¢rbitro egipcio que ech¨® a Espa?a del Mundial, la huelga general, Jacques Chirac rebajando el tono del plan contra la inmigraci¨®n ilegal y, sobre todo, ETA, con cinco coches bomba. El jefe del Gobierno espa?ol concluye hoy su primer, y seguramente ¨²ltimo, semestre europeo con un aprobado alto a tenor de lo que se hab¨ªa marcado al comenzar el pasado enero la aventura con el lema 'M¨¢s Europa'. Lo mejor ha sido la luz verde a Galileo, el proyecto de navegaci¨®n por sat¨¦lite que tantos recelos despierta en EE UU, y la puesta en marcha con ¨¦xito del euro. Lo peor, la falta de apoyo a una verdadera pol¨ªtica social europea, la escasez de iniciativas en la pol¨ªtica exterior y la imposibilidad, aunque quiz¨¢s no por su culpa, de encauzar la negociaci¨®n de los cap¨ªtulos financieros para la ampliaci¨®n.
Espa?a logr¨® que los Quince bendijeran el proyecto Galileo de navegaci¨®n por sat¨¦lite
'No estoy dispuesto a torear con lo imposible', dijo Aznar antes de asumir la presidencia
'Lo que no estoy dispuesto es a torear con lo imposible', dijo el presidente antes de tomar el relevo de B¨¦lgica el pasado 31 de diciembre. Y pr¨¢cticamente as¨ª ha sido, pese a que el programa espa?ol estaba cargado con objetivos dif¨ªciles de compatibilizar con un calendario electoral inmediato en Francia, Portugal y Holanda, y m¨¢s tarde en Alemania. La presidencia espa?ola no ha tenido errores de bulto, ha sido pragm¨¢tica, sin brillantez, fiel a la filosof¨ªa y al car¨¢cter de su principal responsable. Tuvo la ventaja de no tener que afrontar circunstancias imprevisibles como el 11 de septiembre o el ingreso de un partido de ultraderecha en un Gobierno europeo. Ha soportado dos crisis internacionales -Oriente Pr¨®ximo y Argen-tina-, pero en ninguna de ellas ha sabido, o podido, implantar un sello propio.
En la crisis palestino-israel¨ª, Aznar acept¨® sin mucho entusiasmo la sugerencia de Chirac de ir a la zona, pero se encontr¨® con el veto de Ariel Sharon. En la argentina, opt¨® por enviar precipitadamente a Josep Piqu¨¦ y luego por presionar a las nuevas autoridades a que aceptaran un programa de ajuste del Fondo Monetario Internacional (FMI). El ministro de Exteriores, sin embargo, no escatim¨® esfuerzos para tratar de encontrar una posici¨®n com¨²n sobre Oriente Pr¨®ximo y avanzar m¨¢s en el proceso de ampliaci¨®n. No le fue posible, pero Piqu¨¦ mostr¨® en este semestre grandes dotes de persuasi¨®n, as¨ª como empat¨ªa con Javier Solana, el representante de la pol¨ªtica exterior de la UE y rival de partido.
Con la presidencia espa?ola se firmaron los acuerdos de cooperaci¨®n con Argelia y L¨ªbano (falta s¨®lo Siria para completar la lista de los pa¨ªses de la cuenca mediterr¨¢nea) y un ambicioso acuerdo comercial con Chile. Pero ni Piqu¨¦ ni Rato consiguieron convencer a sus colegas para fundar un Banco Mediterr¨¢neo de Desarrollo.
La presidencia espa?ola supo solventar el pulso entre la Comisi¨®n y Alemania sobre las condiciones marcadas por el Pacto de Estabilidad en materia de d¨¦ficit presupuestario, apoyando el ministro Rodrigo Rato las tesis de Berl¨ªn en detrimento de la carta de advertencia del comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios, Pedro Solbes. Al final la misiva del comisario europeo no fue admitida por los Quince, si bien los alemanes se comprometieron a lograr el equilibrio de sus cuentas p¨²blicas en 2004.
Aznar sali¨® de la Cumbre de Barcelona, en marzo, relativamente airoso, si se tienen en cuenta las circunstancias electorales francesas. Consigui¨®, gracias a la comisaria de Transportes y Energ¨ªa, Loyola de Palacio, que los Quince bendijeran el Proyecto Galileo de navegaci¨®n por sat¨¦lite que competir¨¢ directamente con el GPS norteamericano tras vencer la oposici¨®n de Alemania, Holanda y Reino Unido. Y sobre todo logr¨® sustanciales avances, pese a las resistencias galas, en la liberalizaci¨®n de los mercados de electricidad y gas. Para este ¨²ltimo hay un compromiso para la apertura del mercado profesional, que representa el 60% del mercado europeo, en 2004.
Sin embargo, para muchos, Barcelona fue una oportunidad perdida para suscribir verdaderas pol¨ªticas de dimensi¨®n social conforme a lo marcado en la cumbre de Lisboa en 2000 antes que promover medidas para la liberalizaci¨®n del mercado laboral en sinton¨ªa con los intereses del empresariado.
En el campo de la lucha antiterrorista, objetivo prioritario de su presidencia, Aznar explot¨® el camino abierto por B¨¦lgica el semestre anterior, cuando los Quince aprobaron la llamada orden europea de detenci¨®n y entrega. El Gobierno espa?ol logr¨® que esta medida, que en principio entrar¨¢ en vigor en 2004, empiece aplicarse un a?o antes en Espa?a, Alemania, Francia, B¨¦lgica y Portugal. Igualmente, se ha decidido reforzar la labor de Europol.
La qu¨ªmica entre Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y George W. Bush sirvi¨® para que europeos y norteamericanos acordaran en mayo abrir negociaciones para un acuerdo de cooperaci¨®n judicial, que Dinamarca conf¨ªa cerrar en nombre, de la UE durante el pr¨®ximo semestre, del que estar¨¢n excluidas las extradiciones de condenados a muerte. En la lista de organizaciones terroristas a las que congelar fondos se incluy¨® como quer¨ªa Espa?a la guerrilla de las FARC colombianas.
Semanas antes del final de su presidencia, Aznar sorprendi¨® a todos al anunciar en Londres, con el apoyo de Tony Blair, que la prioridad de la cumbre de Sevilla ser¨ªa la lucha contra la inmigraci¨®n clandestina antes que la ampliaci¨®n, despu¨¦s de haber captado las se?ales preocupantes de xenofobia y populismo venidas de Holanda y Francia, y probablemente consciente de que el proceso de ampliaci¨®n no quedar¨¢ desbloqueado hasta que se celebren las elecciones alemanas en septiembre. Espa?oles y brit¨¢nicos quer¨ªan ir demasiado lejos, en contra de la oposici¨®n de franceses y suecos, principalmente, al sugerir la suspensi¨®n de acuerdos de cooperaci¨®n con pa¨ªses que no colaboren en la lucha. Al final se acord¨® esbozar una vaga bater¨ªa de medidas sobre cuyo verdadero impacto habr¨¢ que esperar al futuro. De todos modos, no soplan buenos vientos para los inmigrantes extranjeros en la UE.
Aznar gana peso en la UE
En seis meses el prestigio de Aznar ha crecido en Europa m¨¢s que en los ¨²ltimos seis a?os en La Moncloa. Inversamente proporcional al pulso que tienen ¨²ltimamente los espa?oles. No ha exhibido grandes reflexiones (tampoco abundan entre sus colegas), su adusto car¨¢cter no siempre es bien entendido, tampoco sus bromas o meteduras de pata ('vaya co?azo he metido', dijo a micr¨®fono abierto en el Parlamento despu¨¦s de la cumbre de Barcelona) y su limitaci¨®n de idiomas es patente. Sin embargo, ha sabido estar en la foto, ser tenaz defendiendo los intereses nacionales y sobre todo convertirse por la fuerza de los hechos y de las urnas en uno de los principales l¨ªderes de la corriente liberal conservadora que hoy gobierna ampliamente en la UE. Adem¨¢s, ha forjado una alianza, sobre el papel poco natural, con otro dirigente en auge, el laborista Tony Blair. Ambos han suscrito iniciativas conjuntas sobre la reforma laboral, la inmigraci¨®n y la necesidad de potenciar las relaciones entre la UE y la OTAN. Hasta el ¨²ltimo minuto Espa?a trat¨® en vano de cerrar el acuerdo con la Alianza Atl¨¢ntica, que permitir¨¢ a los europeos el acceso a los medios de planificaci¨®n de la organizaci¨®n militar y posibilitar¨¢ las misiones de la futura Fuerza de Reacci¨®n R¨¢pida, en principio operativa a partir de 2003. Aznar y Blair comparten la tesis de Jacques Chirac de crear la figura de un presidente del Consejo de la UE, cargo al que secretamente aspiran. Sus nombres no despiertan rechazos frontales entre los pa¨ªses peque?os, aunque s¨ª la idea de institucionalizar ese ¨®rgano por temor a que los grandes controlen m¨¢s si cabe los asuntos comunitarios.
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