"Nos hemos quitado el peso del 98"
Ronaldo, que iguala los goles (12) mundialistas de Pel¨¦, recuerda la derrota de hace cuatro a?os
'?Qu¨¦ le ha costado m¨¢s: ganar el Mundial o estar cuatro semanas sin hacer el amor?'. 'Las dos cosas son dif¨ªciles, pero un Mundial se juega cada cuatro a?os y enseguida tendr¨¦ sexo'. Pudo ser, pero nadie habr¨ªa apostado por Ronaldo a tenor de sus bostezos durante su primera comparecencia ante la prensa como campe¨®n del mundo, de nuevo como el mejor jugador del planeta, y con su cara y nombre en todas las portadas del firmamento.
Sin apear la sonrisa un segundo, Ronaldo, que el 22 de septiembre cumplir¨¢ 26 a?os y ya tiene tantos goles mundialistas, 12, en su curr¨ªculo como Pel¨¦ -algo grande, muy grande- dijo sentirse el hombre m¨¢s feliz. No le faltan motivos, sobre todo cuando uno fija la mirada en el kilom¨¦trico costur¨®n de su rodilla derecha. 'Soy feliz, muy feliz, y tengo que dar gracias a Dios, a mi familia y a los doctores que han luchado dos a?os y medio conmigo sin saber si podr¨ªa volver a jugar al f¨²tbol', afirm¨® uno de los pocos futbolistas brasile?os que tuvieron el privilegio de abandonar el estadio de Yokohama sin cargar con la ropa sucia y las botas estrujadas en una bolsa de pl¨¢stico de la lavander¨ªa del hotel de concentraci¨®n.
'Ahora s¨¦ que puedo jugar, que puedo volver a marcar. Es fant¨¢stico'
'Si hubi¨¦ramos perdido, estar¨ªa triste, pero yo habr¨ªa tenido una victoria personal'
Ronaldo quiso echar un vistazo al futuro. Nada de especular con que si ya es el que fue y toda esa cantinela: 'No voy a pensar en nada hasta que me tranquilice. Ahora tengo mucho que celebrar y luego ya veremos. Todo lo que me est¨¢ ocurriendo es fant¨¢stico, muy dulce. Pero hay que ir despacio, muy despacio'. 'Ahora s¨¦ que puedo jugar, que puedo marcar goles. Es fant¨¢stico', enfatiz¨® el delantero del Inter, ganador ya de dos Mundiales, uno como actor secundario en Estados Unidos 94 -no jug¨®, pero all¨ª estuvo- y otro como cabeza de cartel en Corea y Jap¨®n.
Sin embargo, insisti¨® una y otra vez en pasar p¨¢gina a sus registros personales: 'Ninguna conquista individual supera lo que ha logrado todo el colectivo, porque tenemos un grupo maravilloso, muy batallador'. S¨®lo un apunte individual, un mensaje al mundo: 'Soy muy ambicioso, a¨²n tengo muchas metas que lograr'. Hasta la fecha, su mayor ¨¦xito diario ha sido pisar un campo de f¨²tbol. ?ste es su reto, por eso dijo tras haber conquistado la Copa: 'Si hubi¨¦ramos perdido, estar¨ªa triste, claro, pero igualmente habr¨ªa obtenido una victoria personal'.
Un triunfo que Ronaldo ten¨ªa grapado en su cabeza desde que sufriera aquellas convulsiones poco antes de medirse a Zidane en la final de hace cuatro a?os. Brasil fue goleado (3-0) y todo el pa¨ªs se sinti¨® profundamente herido. Ronaldo, si cabe, m¨¢s que nadie: 'Hoy nos hemos quitado un peso de nuestras conciencias. Lo he hablado en el vestuario con algunos de los que jugaron aquel d¨ªa, Caf¨² y Roberto Carlos. Pero es evidente que el destino estaba escrito'.
Lo que ni por asomo estaba tan predeterminado, ni siquiera en sus mejores sue?os seg¨²n reconoci¨® ¨¦l mismo, es que el futuro le reservara un papel tan estelar. M¨¢xime tras sus grav¨ªsimas lesiones de 1999 y 2000, cuando se sinti¨® sepultado para siempre. Desde ayer es otro, por el quinto t¨ªtulo de Brasil y por su ¨¦xito personal; no por los goles, sino por mantenerse de pie durante un torneo tan exigente. Tan excitante que algunos pierden el hilo por muy enchufados que est¨¦n a la l¨¢mpara m¨¢gica.
Agotado como estaba tras un mes estresante, Ronaldo, guiado por su necesidad de sosiego, se congratul¨® por otro motivo: 'La victoria nos evita los problemas de las eliminatorias de clasificaci¨®n para 2006'. Para nada, la FIFA decidi¨® el pasado mes de diciembre que, por primera vez en la historia del Mundial, el ganador no tenga la plaza asegurada.
Al conocer el dato, Ronaldo torci¨® el morro por primera vez. 'Ufff..., qu¨¦ pena', solt¨® antes del bostezo final del octavo jugador de la historia que marca dos goles en una final, tras los italianos Coloussi y Piola (1938), el alem¨¢n Rahn (1954), sus compatriotas Vav¨¢ y Pel¨¦ (1958), el argentino Kempes (1978) y el franc¨¦s Zidane (1998). A todos ellos les supera el ingl¨¦s Hurst, con tres tantos en la final de Wembley de 1966. Pero Ronaldo ha vuelto y ya nadie est¨¢ seguro, ni siquiera Pel¨¦. Mucho menos si, una vez recuperado el trono, el delantero proclama: 'Soy muy ambicioso'.
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