'A Bergman le sobra sentido del humor'
Es imposible separar el nombre de Erland Josephson del de su viejo amigo y colega Ingmar Bergman. Josephson (Estocolmo, Suecia, 1923) es de las pocas personas que tienen acceso a la compleja personalidad del autor de Fresas salvajes. Son amigos desde la adolescencia ('yo ten¨ªa 16 a?os cuando ¨¦l, con 21, lleg¨® a nuestra compa?¨ªa de la escuela. Estaba lleno de fantas¨ªa y temperamento. Las mujeres estaban locas por ¨¦l. Me qued¨¦ fascinado'). Juntos han escrito obras de teatro y las han dirigido, han compartido poder (Josephson sustituy¨® a Bergman al frente del Dramaten, una de las instituciones teatrales m¨¢s importantes de Europa) y han sido director y actor en Fanny y Alexander, En presencia del clown, Gritos y susurros y Secretos de un matrimonio, entre otras. 'Tambi¨¦n nos hemos dejado de ver muchas veces, pero los conflictos son buenos para la amistad'.
'Ingmar conoce todos mis l¨ªmites como actor, y yo conozco todos sus anhelos como director'
'Tarkovski no era misterioso, pero s¨ª era un hombre en contacto con un misterio'
'Despu¨¦s de tantos a?os, Ingmar conoce todos mis l¨ªmites como actor y yo conozco todos sus anhelos como director. Para m¨ª, sus complejidades no son tan complejas. ?l tiene mucho sentido del humor'. La afirmaci¨®n provoca un abierto asombro y ¨¦l a?ade socarr¨®n: 'Le aseguro que se r¨ªe mucho de s¨ª mismo, y juntos nos re¨ªmos mucho tambi¨¦n. Hace a?os escribimos una comedia y no paramos de re¨ªrnos, luego la llevamos a escena y tambi¨¦n nos re¨ªmos much¨ªsimo. Al p¨²blico no le hizo ninguna gracia, fue un fracaso absoluto. Pero nosotros nos divertimos'.
Josephson est¨¢ sentado en la biblioteca de la Embajada de Suecia. Un maravilloso espacio abierto a un viejo patio del barrio madrile?o de Chamber¨ª. Fuerte y alto, con el pelo blanco y una voz profunda y grave, ma?ana impartir¨¢ en los cursos de verano de El Escorial una conferencia sobre otro de los grandes de la historia del cine con los que ha trabajado: el ruso Andr¨¦i Tarkovski, al que, adem¨¢s, la Filmoteca Nacional dedica un ciclo este mes de julio.
'Tarkovski no era un hombre misterioso, pero s¨ª era un hombre en contacto con un misterio', afirma Josephson. 'Si el cine de Bergman es un reto a los sue?os del hombre, al inconsciente, Tarkovski retaba a la eternidad. Ten¨ªa una personalidad muy rica y complicada, pero era abierto y amable y jam¨¢s manipulaba a los actores. Lo m¨¢s que me llegaba a decir si no le gustaba un plano era una t¨ªmida queja. S¨®lo dec¨ªa: 'Qu¨¦ extra?a es la vida, Erland', y yo sab¨ªa que algo fallaba. Era muy inspirador trabajar con ¨¦l'.
Josephson interpret¨® Nostalgia en 1983 y Sacrificio, testamento cinematogr¨¢fico de Tarkovski, en 1986. '?ramos personas muy distintas, pero nos entendimos muy bien. ?l era muy religioso y yo no lo soy, y ¨¦l naci¨® en un pa¨ªs socialista, y yo no. ?l cre¨ªa muy firmemente en los secretos del hombre y cre¨ªa que el cine no deb¨ªa mostrar esos secretos. La mayor¨ªa de los directores con los que he trabajado quieren decir todo lo posible de los personajes, darles mucha informaci¨®n a los espectadores, pero Andr¨¦i cre¨ªa que los espectadores ten¨ªan que adivinar la mayor¨ªa de las cosas. Andr¨¦i hablaba del alma y por eso sus pel¨ªculas son tan hipn¨®ticas, pueden ser largas y aburridas, pero est¨¢n llenas de un misterio indescriptible. Tarkovski me busc¨® para trabajar con ¨¦l cuando yo rodaba otra pel¨ªcula en Roma. Creo que lo hizo porque tengo un sentido especial para expresar experiencias religiosas. En Italia me dijeron una vez que los actores suecos parecemos m¨¢s profundos que los dem¨¢s, pero eso s¨®lo es porque somos lentos en los gestos y eso nos hace parecer m¨¢s espirituales'.
La ¨²ltima pel¨ªcula de Josephson estrenada en Espa?a fue Infiel, filme dirigido por Liv Ullman en 2001 que escarba en la dolorosa visi¨®n que del amor, la pareja y la familia tiene Bergman. En Infiel, el actor interpreta a un anciano director retirado en una isla (la de Faro, c¨®mo no), donde se enfrenta al fantasma de la mujer a la que am¨® y traicion¨® hasta desintegrar toda su existencia. 'Es una pel¨ªcula dolorosa, pero no lo fue hacerla. Lo era para Ingmar, y por eso no quiso rodarla ¨¦l. Yo no pretendo parecerme a ¨¦l en la pantalla, no tengo su cuerpo, ni su cara'. El actor se levanta y camina, taconeando de forma extra?a alrededor de la mesa donde se desarrolla la entrevista. '?Ve? As¨ª camina ¨¦l. La pel¨ªcula tiene alg¨²n gui?o, como este caminar, pero son chistes entre nosotros'.
Bergman volver¨¢ en septiembre a dirigir una pel¨ªcula. Ser¨¢ la continuaci¨®n de Secretos de un matrimonio, con el propio Josephson y Liv Ullman delante de la c¨¢mara. 'Durante el rodaje de Infiel, a Liv y a m¨ª nos gustaba burlarnos de aquella pel¨ªcula e imaginarnos qu¨¦ ser¨ªa de esa pareja 30 a?os despu¨¦s, y ¨¦l ha decidido contarlo. Yo interpreto a un hombre muy cruel y mezquino y ella a una mujer muy buena. Ser¨¢ divertido hacerlo, es mucho m¨¢s f¨¢cil ser el malo que ser el bueno'.
Durante nueve a?os, Josephson dirigi¨® el Royal Drama Theater de Estocolmo, el legendario Dramaten. 'Aprend¨ª mucho durante aquellos a?os, sobre todo de m¨ª mismo. Aprend¨ª que me gusta el poder, y que no pod¨ªa ser amigo de todo el mundo, que ten¨ªa que tomar decisiones, aunque fueran malas decisiones. El contacto con el poder es una experiencia peligrosa. Estar al frente del Dramaten es un poder enorme y todo cambia a tu alrededor, los amigos, la propia percepci¨®n del teatro. Pero a pesar de todo no fue dif¨ªcil volver a ser s¨®lo otro actor m¨¢s del Dramaten. Es bueno ser el l¨ªder de una compa?¨ªa para luego volver al mismo sitio. En aquella ¨¦poca perd¨ª muchos amigos. Ingmar me ayud¨® mucho'.
Autor de media docena de novelas y de obras de teatro, Josephson asegura que necesita retirarse de cuando en cuando de la actuaci¨®n. 'Mi ¨²ltimo trabajo en el teatro ha sido el rey de Ivonne, de Gombrovich, est¨¢ lleno de infantilismo, de crueldad. Es de mis obras favoritas, un ejemplo de lo que ahora me gusta hacer. Es una obra brillante. Pero igualmente necesito alejarme de la actuaci¨®n. Es un riesgo actuar demasiado, es una profesi¨®n extra?a, se puede malgastar el gesto y agotar los recursos. Yo tengo mis expresiones para el amor y para el dolor, y a veces me asusta c¨®mo se puede uno acercar a la prostituci¨®n mental al despilfarrar esos recursos. Necesito protegerme de eso y retirarme para luego volver limpio. Es s¨®lo una defensa'.
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