Dos brazos para salir a flote
La Fundaci¨®n Tambi¨¦n crea una escuela de pirag¨¹ismo que persigue la integraci¨®n de atletas discapacitados
Juan Cerver¨®, de 32 a?os, se cay¨® al agua el domingo pasado practicando pirag¨¹ismo en el pantano del Burguillo (?vila). Le cost¨® trabajo volver a subir, 'como una foca', a su kayak de una plaza. Su voluntad no le dej¨® volver a la orilla y mirar c¨®mo los dem¨¢s continuaban. Lo mismo que le pas¨® el d¨ªa en que tuvo un accidente de moto que le at¨® a una silla de ruedas para siempre, cuando no se conform¨® con quedarse de espectador.
Como Juan Cerver¨®, Juan Antonio Ramos, Ignacio Garc¨ªa y Fernando ?lvarez son cuatro de los ocho alumnos de la reci¨¦n creada escuela de pirag¨¹ismo organizada por la Fundaci¨®n Tambi¨¦n, de ayuda a la integraci¨®n del discapacitado a trav¨¦s del deporte. Ninguno de ellos se conforma con mirar de lejos c¨®mo los dem¨¢s hacen deporte. Practican los lunes y mi¨¦rcoles en el lago del parque Juan Carlos I, y los fines de semana hacen excursiones fuera de Madrid.
Ayer fue el primer d¨ªa de Juan Antonio Ramos, de 30 a?os. Por motivos de trabajo no pudo asistir a las primeras clases, y uno de los monitores, Miguel Granados, le tuvo que explicar en cinco minutos lo que los dem¨¢s sab¨ªan de sobra. '?Est¨¢s nervioso?', le pregunt¨® Miguel. 'Un poquito'. El consejo del monitor tampoco le tranquiliz¨® mucho: 'T¨², con miedo. Mejor que empieces con miedo que con mucha decisi¨®n. As¨ª es m¨¢s dif¨ªcil caerse'.
Juan Antonio sufri¨® hace a?os un accidente de moto y s¨®lo tiene una pierna. Dentro del kayak, no hab¨ªa ninguna diferencia entre ¨¦l y los otros cuatro no discapacitados que son alumnos de la escuela. Despu¨¦s de dos horas practicando, la ¨²nica ca¨ªda de la tarde no la hab¨ªa protagonizado ¨¦l. Al final confes¨® su secreto: 'Ya hab¨ªa practicado antes pirag¨¹ismo, pero s¨®lo tres d¨ªas y sin monitores'.
Los cuatro alumnos discapacitados de la escuela practican tambi¨¦n otros deportes. A Fernando ?lvarez, paral¨ªtico desde que sufri¨® un accidente de monta?ismo, le atraen casi todos. Ayer se mont¨® por primera vez en una bicicleta adaptada, y le gust¨®. Las marchas y el freno, a los lados. Y delante, para las manos, los pedales y el manillar. Nada complicado para los m¨²sculos de sus brazos.
La Fundaci¨®n Tambi¨¦n est¨¢ esperando que lleguen m¨¢s bicicletas de Estados Unidos, adquiridas por sus patrocinadores, para montar un circuito en el parque. Teresa Silva, creadora de la organizaci¨®n, intenta demostrar a diario que uno de los objetivos de la escuela y del circuito es que las personas con cualquier tipo de discapacidad pueden practicar deporte y hacerlo con no discapacitados. Las bicicletas adaptadas tambi¨¦n son atractivas para los que no necesitan silla de ruedas. Mientras los alumnos estaban montados en el kayak, tres ni?os se acercaron hasta la bici y pidieron montarse en ella. Los tres probaron, y los tres llegaron a la misma conclusi¨®n: '?Esto mola!'.
Ajenos al nuevo descubrimiento de los chiquillos, los alumnos de la escuela de pirag¨¹ismo continuaban montados en sus peque?as embarcaciones. Mantener el equilibrio para una persona que no est¨¦ lesionada es una tarea dif¨ªcil, y a¨²n m¨¢s cuando el capit¨¢n y ¨²nico tripulante es una persona con la movilidad reducida, con medio cuerpo paralizado. Juan Cerver¨®, nervioso al principio por la mirada atenta de sus ¨²nicos espectadores -sus sobrinos-, se resarci¨® de lo que le hab¨ªa pasado el domingo. Esta vez tampoco fue ¨¦l quien se cay¨®.
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