Un hombre de adi¨®s f¨¢cil
La trayectoria de Camacho, s¨®lo destituido del Sevilla, se caracteriza por abandonar el cargo pronto, antes siquiera de llegar a ser cuestionado
Si alguien reh¨²ye de las medias tintas, ¨¦se es Camacho. Lo tiene a gala. Si algo le molesta, si no se siente a gusto, si observa flaquezas o conformismo, su reacci¨®n es fulminante. Lo hab¨ªa demostrado sobre el c¨¦sped, cuando era jugador. El mal juego o un mal resultado le sublevaban. Eran proverbiales sus arengas. Llegaron a ser de tal calibre que se hac¨ªan poco menos que insufribles para sus propios compa?eros. Ya como entrenador, un d¨ªa destroz¨® las vallas publicitarias situadas junto a su banquillo en Vallecas; otro d¨ªa, en el Espanyol, expuls¨® a seis jugadores porque 'se relajaron' durante un entrenamiento voluntario; y, en el Real Madrid, el club de toda su vida, no lleg¨® a ejercer de entrenador porque 22 d¨ªas despu¨¦s de firmar lo envi¨® todo a fre¨ªr esp¨¢rragos por no estar de acuerdo con las condiciones que la directiva impon¨ªa en los contratos de sus ayudantes. En la selecci¨®n ya hab¨ªa hecho m¨¢s de un amago de dimisi¨®n. Hace dos a?os, poco antes de un amistoso ante Croacia, cansado de las protestas de los clubes por sus convocatorias, manifest¨®: 'Si no estoy a gusto me voy, y no estoy a gusto'.
Camacho accedi¨® al cargo en septiembre de 1998, tras la derrota de Espa?a en Chipre en la fase de clasificaci¨®n para la Eurocopa. A la selecci¨®n se le exig¨ªa un salto de calidad en consonancia con la categor¨ªa de sus jugadores y con el potencial de sus clubes. Se respiraba en torno a la selecci¨®n un ambiente de cierta frustraci¨®n. Se encallaba a menudo en momentos previos a los m¨¢s excitantes: cuartos de final en la Eurocopa 96 y en el Mundial 94, adem¨¢s de la prematura eliminaci¨®n en el Mundial 98.
Camacho no ha logrado superar ninguno de los listones ante los que ya Clemente se estrell¨®. En la Eurocopa de 2000, Espa?a se despidi¨® tras perder en cuartos de final ante Francia en un partido que perdi¨® por 2-1 y en el que Ra¨²l fall¨® un penalti en los minutos finales. Y la historia del Mundial es sabida. Espa?a cay¨®, otra vez en cuartos de final, ante Corea del Sur, en un partido en el que fue perjudicada por los errores arbitrales y que se decidi¨® por un fallo de Joaqu¨ªn en la tanda de penaltis. Pero queda la sensaci¨®n de que Espa?a perdi¨® una ocasi¨®n inmejorable para haber igualado, cuanto menos, su mejor clasificaci¨®n en la historia de los Mundiales, el cuarto puesto obtenido en 1950. El fuste de los rivales -Eslovenia, Paraguay, Sur¨¢frica, Irlanda y Corea del Sur- demandaba y hac¨ªa presagiar un mejor balance final.
Camacho es igual ante el jugador o ante el directivo que ante el periodista. Con su nombramiento se cerraron las heridas abiertas y la divisi¨®n que hab¨ªa dejado en herencia la ¨²ltima etapa de Clemente. Era visto como un entrenador con el que todos pod¨ªan entenderse mejor y que no iba a discrimar entre adeptos y cr¨ªticos como, por diferentes motivos, hab¨ªa acabado haciendo su antecesor. Sin embargo, en v¨ªsperas del Mundial reproch¨® a la prensa, con malas maneras, porque entend¨ªa que s¨®lo hac¨ªa que buscarle los tres pies al gato. Atribuy¨® sus reproches, en una rueda de prensa, a 'un calent¨®n' y logr¨® de nuevo una distensi¨®n en las relaciones.
La etapa del t¨¦cnico de Cieza concluye con siete derrotas y nueve empates en 44 partidos. Siempre ha pretendido ser lo m¨¢s competitivo posible y por eso intent¨® organizar amistosos ante las mejores selecciones del mundo, aunque s¨®lo pudo ganar el que disput¨® ante Francia en Mestalla (2-1).
Camacho es un entrenador de ciclos cortos. Prefiere evitar que se deterioren las relaciones o que las tensiones se hagan demasiado intensas. As¨ª consigue tambi¨¦n dejar la puerta abierta a un posible retorno como sucedi¨® cuando volvi¨® al Espanyol en 1997 despu¨¦s de un par¨¦ntesis en el que fue destituido como entrenador del Sevilla. Con su decisi¨®n de abandonar ahora la selecci¨®n corrobora su estilo.
Sorpresa y agradecimiento de los internacionales
El adi¨®s de Camacho ha sorprendido en el mundo futbol¨ªstico El b¨¦tico Joaqu¨ªn, una de las revelaciones dijo que su marcha "es una pena porque se trata de un hombre muy trabajador, con mucha ilusi¨®n y con tremendas ganas". "No creo que se deba a las cr¨ªticas, porque es un hombre que no hac¨ªa mucho caso a esto", a?adi¨®. "Nadie esperaba que abandonase el cargo porque en estos ¨²ltimos a?os ha demostrado que es un gran t¨¦cnico, derroch¨® ilusi¨®n con el equipo nacional y le dio una entidad propia", coment¨® el deportivista Juan Carlos Valer¨®n. Albert Luque, debutante con Camacho, declar¨® que siempre le estar¨¢ muy agradecido por incluirme "en la lista de mundialistas".
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