Un icono del siglo XX
'No se trata tanto del mercado de la fotograf¨ªa como del mercado de Marilyn Monroe', comentaba en 1997 Philippe Garner, un responsable de Sotheby's, a prop¨®sito de una subasta de im¨¢genes de la actriz.
Lo cierto es que el icono de Marilyn ha marcado la historia de la fotograf¨ªa del pasado siglo: desde las instant¨¢neas de Richard Avedon, Cartier-Bresson, Weegee, Milton, George Barris, Eve Arnold, Bert Stern, Alfred Eisenstaedt, Elliot Erwitt o Arnold Newman (posiblemente, la m¨¢s significativa fue la que capt¨® en Beverly Hills en 1962, y que se publica en esta p¨¢gina), hasta las de Ed Feingers, Jock Carroll, Bruno Bernard o William Wegman. A las im¨¢genes de estos nombres de referencia hay que a?adir todas las que realiz¨® un amplio repertorio de artistas menores -como Sam Shaw, John Florea, Milton Greene, Bob Henriques, Douglas Kirkland...-, que realizaron tomas y retratos bell¨ªsimos de la actriz.
El caso es que Marilyn estuvo en el objetivo de toda suerte de autores, independientemente del g¨¦nero que cultivaran. Desde operarios de la c¨¢mara especializados en fotograf¨ªa pol¨ªtica o de guerra, pasando por documentalistas o publicistas hasta llegar a los que reciclan la realidad con sus composiciones pl¨¢sticas, todos quisieron hacer su especial versi¨®n de la actriz en su correspondiente clave est¨¦tica. Para algunos, fotografiar a Marilyn Monroe constitu¨ªa un ejercicio de estilo, como lo eran ocuparse de un paisaje, una noticia de actualidad o un bodeg¨®n. No hay que perder de vista que eran a?os en los que la fotograf¨ªa a¨²n no estaba segura de sus propios recursos, y los fot¨®grafos, salvo excepciones, se esforzaban por registrar cuanto estuviera a su alcance. De hecho, agencias como M¨¢gnum, que tienen archivada toda la memoria del fotoperiodismo rom¨¢ntico de los a?os cincuenta y sesenta, muestran como tarjeta de visita algunas de las im¨¢genes de Marilyn Monroe m¨¢s representativas, orgullosos de que figuren en sus archivos.
M¨¢s adelante, Marilyn Monroe se convirti¨® en objeto de m¨²ltiples homenajes que recrearon, con un marcado toque cultural, las poses y el estilo de esta rubia universal. Michel Comte retrat¨® a Daryl Hannah, que imitaba a Marilyn, en la famosa suite J. Edgar Hoover del hotel Plaza de Nueva York. Herb Ritts enfoc¨® a una sensual Cindy Crawford semidesnuda haciendo un gui?o a la actriz. Albert Watson la reinterpret¨® con Heather Locklear. Y, en clave gay, Greg Norman capt¨® a Jimmie James como una Norma Jean sexualmente indefinida.
Babelia
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