Vida p¨²blica de una vida secreta
El contenido y l¨ªmites precisos de este curioso, erudito y divertido libro est¨¢ perfectamente definido desde su mismo subt¨ªtulo, La vida secreta de Henry Spencer Ashbee, el probable e hipot¨¦tico autor de la monumental My secret life, el gran cl¨¢sico -por el momento an¨®nimo- ingl¨¦s de la literatura er¨®tica victoriana: se trata de una demorada y minuciosa investigaci¨®n sobre un tema ya conocido, que ha perseguido a ese estupendo y original escritor y bi¨®grafo que es Ian Gibson, ese hispanista irland¨¦s, ya ciudadano espa?ol por m¨¦ritos propios -desde hace ya mucho tiempo prefiere que le llamen 'Juanito'-, el disc¨ªpulo m¨¢s dilecto y convicto del gran Gerald Brenan, el protoap¨®stol de todos.
EL EROT?MANO
Ian Gibson Traducci¨®n de Luis Murillo Fort Ediciones B. Barcelona, 2002 350 p¨¢ginas. 19,50 euros
Gibson lleg¨® a Espa?a para estudiar sobre todo un tema que hasta hace poco (aunque hoy parezcan siglos) era tab¨², el del asesinato de Federico Garc¨ªa Lorca durante nuestra guerra civil, sobre el que ha arrojado ya las luces definitivas en una serie de libros que han convertido a su autor en la m¨¢xima figura internacional sobre el tema, aunque algunos (sobre todo espa?oles) no hayan cejado en sus empe?os de desvirtuarlo para acercarlo a sus intereses partidistas. Pues bien, una vez entrado Ian Gibson entre nosotros, no es que se apoderase de su querida Espa?a, sino que Espa?a se apoder¨® de ¨¦l hasta convertirlo en un ciudadano espa?ol m¨¢s. ?Un espa?ol m¨¢s? Bueno s¨ª, aunque los servicios que su nuevo ciudadano le ha prestado como reportero, historiador, bi¨®grafo y periodista son incalculables, como lo muestra su abundante obra: El asesinato de Federico Garc¨ªa Lorca (que empez¨® a poner las cosas en su sitio, Par¨ªs, 1971, y Barcelona, 1979, como La represi¨®n nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de Federico Garc¨ªa Lorca), En busca de Jos¨¦ Antonio, Un irland¨¦s en Espa?a, La noche que mataron a Calvo Sotelo, Paracuellos, c¨®mo fue, la monumental Federico Garc¨ªa Lorca en dos vol¨²menes (1987-1989), Gu¨ªa de la Granada de Federico Garc¨ªa Lorca, Espa?a, Vida, pasi¨®n y muerte de Federico Garc¨ªa Lorca, La vida desaforada de Salvador Dal¨ª (para mi gusto la mejor, apartando -aunque no del todo- la tem¨¢tica lorquiana), una novela Viento del sur y Lorca-Dal¨ª. El amor que no pudo ser forman hasta hoy el grueso de su obra 'espa?ola', siempre escrita en ingl¨¦s y en aquel pa¨ªs publicada -lo que le concede una importante repercusi¨®n internacional- mientras, tras su paso por Madrid, reside en la actualidad entre nosotros con su familia irlandesa, en un pueblecito granadino, como no pod¨ªa ser menos.
Sin embargo, este libro sobre
un extra?o y semisecreto personaje ingl¨¦s de la ¨¦poca victoriana, un gran burgu¨¦s y riqu¨ªsimo comerciante en la City, Henry Spencer Ashbee, nada o poco tiene que ver con el resto de su obra 'espa?ola', aunque alguna relaci¨®n tenga, ya que fue amigo del arabista y acad¨¦mico Pascual de Gayangos, public¨® con su nombre propio una excelente Una iconograf¨ªa de Don Quijote, 1605-1895 (1895), lo que le vali¨® ser correspondiente de nuestra Real Academia Espa?ola, y un valioso Viaje por T¨²nez (1887), acompa?ado de una buena bibliograf¨ªa dos a?os despu¨¦s. Pero el se?or Ashbee era tambi¨¦n un 'erot¨®mano' y refinado coleccionista de libros er¨®ticos y autor bajo el seud¨®nimo de Pisanus Fraxi, de tres grandes bibliograf¨ªas, Index librorum prohibitorum, Centuria librorum absconditorum y Catena librorum tacendorum, publicadas entre 1877 y 1885, que le convirtieron en una autoridad en la materia a escala europea entre los c¨ªrculos m¨¢s o menos clandestinos, burgueses y aristocr¨¢ticos, de bibli¨®filos, editores e ilustradores que as¨ª combat¨ªan, difundiendo a duras penas sus gustos, en el interior de un secreto -y lujoso- mercado, frente al puritanismo de la ¨¦poca, sobre todo en la Inglaterra victoriana. Ya en 1980 (edici¨®n espa?ola), el irland¨¦s Ian Gibson trat¨® con objetividad, aunque no sin recochineo, un tema similar en El vicio ingl¨¦s, sobre la 'flageloman¨ªa' en las escuelas inglesas de la etapa victoriana y posterior, pues esa pr¨¢ctica deformante s¨®lo se prohibi¨® del todo hace un par de a?os, hay que ver con los imperios cu¨¢n suyos son.
No es nueva, ni mucho menos, la hip¨®tesis que atribuye a Ashbee la autor¨ªa del gran cl¨¢sico de la literatura er¨®tica 'victoriana', My secret life (Mi vida secreta) publicada a finales del XIX clandestinamente y de manera an¨®nima en una monumental edici¨®n en 11 vol¨²menes, a todo lujo y tirada solamente a seis ejemplares. En la primera edici¨®n p¨²blica y car¨ªsima (Nueva York, 1962, y abreviada en 1966), ya su preparador americano Gershom Legman se?alaba que Ashbee era su m¨¢s que posible autor. Y a?ado que la versi¨®n abreviada fue publicada entre nosotros ya en 1978, en nuestra mejor colecci¨®n er¨®tica, La Sonrisa Vertical, que Luis Garc¨ªa Berlanga dirig¨ªa (y dirige) para Tusquets. Bien traducida e introducida adem¨¢s por Antonio Escotado, formando los vol¨²menes 8 y 9 de la colecci¨®n, que hoy parecen agotados (?o no?). Con su radical formaci¨®n anglosajona, Gibson ha seguido estas pistas, con el a?adido de haber descubierto los diarios in¨¦ditos de Ashbee, parciales pero significativos, confirmando las tesis citadas. Y a?adiendo una vuelta de tuerca m¨¢s, pues para ¨¦l, Mi vida secreta no es una autobiograf¨ªa, sino una ficci¨®n. M¨¢s le?a al fuego y otro buen fogonero (aunque tambi¨¦n sea a veces otra contradicci¨®n m¨¢s) para un 'infierno' inmortal que sigue dando que hablar.
Yo, Rub¨¦n Dar¨ªo. Ian Gibson. Aguilar. Madrid, 2002. 248 p¨¢ginas. 16,50 euros.
Un sue?o hisp¨¢nico
SUPONGO QUE la mayor felicidad de un hispanista ser¨¢ la de convertirse en un espa?ol de verdad, algo que Ian Gibson ya lo es tanto por sus m¨¦ritos como por su naturalizaci¨®n legal. Pero en este libro, escrito 'a la manera de' un escritor espa?ol -o hisp¨¢nico-, sin aparato bibliogr¨¢fico, ni notas, ni apoyo documental alguno y al parecer directamente en espa?ol (pues no consta, contra su costumbre, ni su publicaci¨®n previa en ingl¨¦s, ni traducci¨®n alguna), Gibson se ha lanzado a tumba abierta y quiz¨¢ haya escrito m¨¢s una novela que una biograf¨ªa al uso o un libro de historia propiamente dicho, como Planeta puso de moda en su colecci¨®n Memoria de la Historia, que bajo su color azul enunciaba (al principio) todos sus t¨ªtulos de la misma manera Yo, fulano de tal. Gibson ya sac¨® en su primera novela -Viento del sur, 2000- un personaje que era bi¨®grafo de Rub¨¦n Dar¨ªo, y dedica este libro a su maestro Donald Shaw, experto conocedor del tema y de la literatura latinoamericana. En este libro hay algunos agradecimientos, pero ninguna nota, ni ficha, ni apoyo documental, porque en una novela todo eso sobra. Ha sido acusado de plagio, pues entra a saco en toda la documentaci¨®n anterior, sobre todo en los textos del propio Rub¨¦n, que cita literalmente sin entrecomillar nada, pues para dar la palabra al poeta mejor sus palabras que todas las dem¨¢s. As¨ª resulta especialmente saqueada y muchas veces de manera literal su 'autobiograf¨ªa' (1912), pero tambi¨¦n muchos otros de sus textos period¨ªsticos. Para cr¨ªticos e historiadores los plagios son evidentes, y la ausencia de comillas escandalosa. Pero bueno, si es una novela todo desaparece, y adem¨¢s, la figura de Rub¨¦n Dar¨ªo sigue careciendo de una buena biograf¨ªa y hasta de unas obras medianamente completas, pues las agotadas e inencontrables de Afrodisio Aguado de 1950-1955 (San Mart¨ªn y Pablo Antonio Cuadra) apenas incrementan las de Alberto Ghiraldo y E. Gonz¨¢lez-Blanco para Renacimiento (1917-1918). Un esc¨¢ndalo m¨¢s, en estos tiempos de literatura 'cl¨®nica' en los que vivimos. R. C.
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