El nuevo equipo de Aznar anuncia m¨¢s firmeza frente al Gobierno vasco
El presidente hizo m¨¢s cambios de los previstos para reforzar su equipo en el final de su mandato
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ampli¨® la magnitud de la crisis de Gobierno hasta cambiar ocho ministerios como una prueba de fuerza hacia el PSOE que lidera Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero 'para demostrarle que su etapa final en el Gobierno no ser¨¢ de tr¨¢nsito ni de decaimiento, sino otro aceler¨®n en el impulso de las reformas centristas'. Lanz¨® as¨ª un mensaje en clave interna para el propio partido y los candidatos a la sucesi¨®n: Nadie debe relajarse. Aznar se arma tras esta crisis de 'su Gobierno m¨¢s fuerte y m¨¢s pol¨ªtico' para encarar su etapa final en el poder.
'Estamos s¨®lo en el ecuador de la legislatura y resulta rid¨ªculo pensar, como intenta hacer el PSOE, que Aznar no va a agotar el mandato hasta el ¨²ltimo d¨ªa porque hayamos decidido no ocuparnos del asunto interno de la sucesi¨®n hasta dentro de un a?o', concluye uno de los dirigentes habituales de los maitines semanales de La Moncloa donde se fija la estrategia pol¨ªtica del Gobierno y el PP.
Fue precisamente el n¨²cleo duro del Gobierno y el PP, los pesos pesados mejor situados ante la sucesi¨®n, el que demand¨® a Aznar hace tiempo que no postergase la crisis si ten¨ªa pensado hacerla para encarar su etapa final como presidente. Varios ministros y dirigentes relevantes del PP le aconsejaron, adem¨¢s, que si quer¨ªa ajustar el funcionamiento del Gabinete para ese 'aceler¨®n final' lo m¨¢s conveniente era mover las fichas cuanto antes. Incluso antes de celebrar el anual debate sobre el estado de la naci¨®n donde el Gobierno pasa examen a su gesti¨®n.
El debate de la naci¨®n tiene fecha fijada hace algo m¨¢s de un mes para el 15 y 16 de julio, lo que ya provoc¨® en su d¨ªa las quejas de la oposici¨®n, que critic¨® su aplazamiento a un periodo muy estival. Entonces se cuestion¨® esa estrategia. Alguno de los ministros m¨¢s cercanos y de mayor influencia con Aznar ha revelado ahora que la crisis viene gest¨¢ndose hace muchas semanas con una fecha predeterminada.
El entorno de Aznar le recomend¨® resolver la remodelaci¨®n de ministerios antes del debate de la naci¨®n con varios argumentos. En primer lugar, para que nadie pudiese achacar los cambios si se produc¨ªan m¨¢s tarde a las reclamaciones y las invectivas del PSOE en ese debate contra los ministros m¨¢s desgastados. El lema de ese consejo ser¨ªa 'las crisis de mis gobiernos las hago yo y no me las hace nadie'. Idea que se refuerza con la decisi¨®n de destituir precisamente a los ministros m¨¢s debilitados no cuando la oposici¨®n o la opini¨®n p¨²blica lo exige con m¨¢s fuerza, sino en el momento que el presidente lo considera conveniente. Pero el an¨¢lisis m¨¢s extendido de por qu¨¦ Aznar ha aprovechado precisamente este momento para ejecutar la mayor crisis en su Gobierno y reforzar el perfil pol¨ªtico de su equipo tiene un alcance m¨¢s lejano que abarca hasta el final de la legislatura.
'Esa idea de no querer limitarse simplemente al parcheado de sustituir un ministro m¨¢s flojo por otro con nuevos impulsos es la que indica su voluntad inequ¨ªvoca de gobernar de verdad y aplicar proyectos importantes hasta el ¨²ltimo d¨ªa y no esperar al ralent¨ª que termine su mandato sin mayores contratiempos', corrobora uno de los m¨¢ximos dirigentes populares.
El presidente pretende con todos estos movimientos recuperar la iniciativa pol¨ªtica del Gobierno, muy afectada en las ¨²ltimas semanas y especialmente tras el conflicto con los sindicatos y la huelga general del 20 de junio.
Entorno de confianza
Para resucitar ese impulso pol¨ªtico perdido en este primer semestre de 2002 en el que buena parte del Gobierno y el propio Aznar han dedicado muchos de sus esfuerzos a la presidencia de la Uni¨®n Europea, el l¨ªder del PP ha querido volver a rodearse en el Consejo de Ministros de su entorno de m¨¢xima confianza y de pol¨ªticos con peso propio en el partido. Porque quiere que las carteras m¨¢s importantes las representen dirigentes con una respetada trayectoria pol¨ªtica y no independientes (P¨ªo Cabanillas o Ana Birul¨¦s) o ministros de perfil tecn¨®crata; y porque entiende que en esta fase final de la legislatura, en la que deber¨¢ resolverse la inc¨®gnita de la sucesi¨®n, deben estar m¨¢s o menos en la misma posici¨®n de salida todos los que tendr¨¢n algo que decir sobre el candidato del PP a las generales de 2004.
Este nuevo retoque de ministros permite deducir que salvo la excepci¨®n de Jaime Mayor Oreja, que no ha querido ahora regresar al Gobierno por su compromiso con el Pa¨ªs Vasco, todos los dem¨¢s posibles aspirantes a la sucesi¨®n de Aznar est¨¢n ya sentados en despachos ministeriales. Aunque no todos, ahora, con las mismas cartas.
Un relevante dirigente del PP apunt¨® ayer, en este sentido, que un a?o en pol¨ªtica es un mundo que puede permitir hundirse al pol¨ªtico mejor situado e irrumpir al que demuestre su capacidad para arreglar o al menos encauzar problemas tan complicados como la ruptura del di¨¢logo social (Eduardo Zaplana es el nuevo ministro de Trabajo, adem¨¢s del bar¨®n del PP en la Comunidad Valenciana) o el fen¨®meno del terrorismo (que ahora supervisar¨¢ ?ngel Acebes como ministro de Interior, adem¨¢s de presidente del Comit¨¦ Electoral).
El liderazgo pol¨ªtico de este remozado gabinete se le supone, de partida, al vicepresidente primero y ministro de Presidencia y portavoz, Mariano Rajoy, al que Aznar ha empujado un poco m¨¢s que a los otros aspirantes en la carrera de la sucesi¨®n. Rajoy tambi¨¦n conoci¨® detalles de esta crisis, como el otro vicepresidente Rodrigo Rato y el secretario general del PP, Javier Arenas, con alguna anticipaci¨®n a los dem¨¢s ministros. Pero la sensaci¨®n que transmite Aznar, tras tantos movimientos, es que ni Rajoy ni Rato ni Mayor salen ganando m¨¢s prestigio para ese cometido del que ya tienen.
Otros s¨ª han recuperado posiciones y casualmente pertenecen a un sector muy determinado del PP que no surge de la vieja guardia de Alianza Popular. Nadie en el PP quiere admitir la existencia de familias o corrientes. Pero 'el estilo' de las figuras m¨¢s emergentes, como Arenas, Zaplana y Acebes, procede del sector m¨¢s centrista y heredero de la UCD. Muchos de los descartados, como Juan Jos¨¦ Lucas, Jes¨²s Posada, Celia Villalobos o Juan Carlos Aparicio, son tan veteranos de AP como el a¨²n ministro Francisco ?lvarez-Cascos.
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