Van a por ti, Rivaldo
Por lo que se ve, o al menos se interpreta de cuanto acontece, en el Barcelona hay una campa?a que consiste en poner a salvo a Riquelme de cualquier eventualidad o posible cesi¨®n, y si Van Gaal accede, como viene cediendo ya a otras cosas, habr¨¢ que comenzar a pensar a quien de los otros cuatro extracomunitarios le tocar¨¢ la china. Geovanni parec¨ªa el m¨¢s d¨¦bil, pero el entrenador se ha puesto de su parte y dice que no tiene otro diestro como ¨¦l, as¨ª que o le fichan ese jugador de banda derecha que viene pidiendo cada d¨ªa o el brasile?o tiene plaza fija. Nadie ha hablado tampoco de quitarse de encima a Rochemback, aunque sea s¨®lo porque desde hace tiempo que en el Camp Nou no se hab¨ªa visto un extranjero con tantas ganas de jugar a f¨²tbol. Ni que decir tiene que Saviola es intocable, pues si Rochemback viene a ser la mascota, el pibito es el amuleto, y adem¨¢s est¨¢ tramitando la doble nacionalidad. As¨ª que s¨®lo queda Rivaldo.
De Rivaldo se cuentan muchas cosas, pero la mayor¨ªa tienen un tufillo a desaf¨ªo. El presidente, por ejemplo, ha anunciado que antes que nada quiere verle la cara, como si no le conociera de nada, tal que el jugador que gan¨® la final de la Copa del Mundo con Brasil no tuviera nada que ver con el del Bar?a, cosa falsa pues jug¨® igual de bien y de mal en un sitio que en el otro. Puesto que no se f¨ªa de Rivaldo, se est¨¢ poniendo a cubierto, haciendo ver que como no da de comer a nadie no vale la pena pagarle tanto gasto. En lugar de recibirle como un campe¨®n del mundo, el Bar?a act¨²a como un samaritano. Acoge al brasile?o porque no le queda m¨¢s remedio, pero le har¨¢ pagar la estancia, de manera que a la que se equivoque, si le da como el a?o pasado por pedir lo que le deben, le podr¨¢n de patitas a la calle.
Ocurre, sin embargo, que Rivaldo parece por una vez m¨¢s manso que nunca, dispuesto a no enredar, siempre que Hacienda no le toque la caja de caudales. La suya es una situaci¨®n envidiable: cobra 10,8 millones de euros, para traspasarle no s¨®lo se necesita su consentimiento sino que hay que indemnizarle y el 30 de junio queda libre. No es extra?o que el Bar?a le busque comprador por la misma regla de tres que el club azulgrana ha incorporado a Riquelme, cuyo contrato venc¨ªa igualmente la pr¨®xima temporada. Rivaldo es un estorbo porque lo que recibe no guarda relaci¨®n con lo que entrega.Objetivamente, pues, el Bar?a est¨¢ en su derecho de procurar traspasarle por una necesidad econ¨®mica y hasta deportiva, si se quiere, en tanto que jugador que condiciona el despliegue natural de cualquier equipo.
Lo que no procede es que para eliminarle se procure enfrentarlo a Riquelme, a¨²n cuando ambos vistan el 10 y les guste jugar de enganche. La actitud de la directiva, responsable al fin y al cabo de la coyuntura Rivaldo por no resolverla a tiempo, apunta a que el argentino puede acabar descabalgando al brasile?o a la que se descuide. Al club le conviene que Rivaldo personifique los males del barcelonismo, y con ¨¦l Minguella y todos los dem¨¢s demonios, a sabiendas de que eliminando el problema ya no necesitar¨¢ la soluci¨®n. Que a nadie le sorprenda, pues, que le acaben aborreciendo y le larguen como a Maradona, Ronaldo o tantos otros.
Llegados a tal extremo, aguardando a ver quien es el primero que mete la pata, a Rivaldo s¨®lo le queda una salida, por descabellada que parezca: aliarse con Van Gaal, al que Gaspart tampoco tiene en consideraci¨®n, y juntos hacerle la pirula a la junta como venganza. Pidi¨® el entrenador un ariete, un portero y dos jugadores de banda y le han tra¨ªdo a Riquelme, como si valiera por todos. Y eso est¨¢ por ver. Para bien o para mal, el t¨¦cnico bien sabe que el Barcelona ha vivido largo tiempo de los goles de Rivaldo, y de momento no se vislumbra alternativa al brasile?o. Quiz¨¢ por ello, Van Gaal ha dicho de momento que prefiere a Rivaldo con la camiseta del 11 a no tenerlo. Habr¨¢ que ver cuanto dura, pues le van a proponer cambiarlo por Mendieta.
Por lo dem¨¢s, sin novedad en el Camp Nou: Kluivert lleg¨® tarde al primer entrenamiento, Overmars sigue lesionado y a Frank de Boer le han salido agujetas nada m¨¢s pisar el campo. Hay cosas que no cambian nunca.
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