Bienvenido, 'm¨ªster' Olivas
La primera visita del presidente del Consell en funciones a Castell¨®n congrega a decenas de cargos
Nunca una sala de exposiciones contuvo tantos cargos pol¨ªticos e institucionales ajenos a lo que colgaba de sus paredes. S¨®lo un anuncio publicitario rodado en un museo, y en el que el protagonista es el suelo, es comparable a lo ocurrido ayer en el Museu de Belles Arts de Castell¨®n, aunque en esta ocasi¨®n los ojos no se dirig¨ªan tan abajo. Y el propietario de la f¨¢brica que produce el suelo de ese anuncio, tambi¨¦n estaba. La visita de Jos¨¦ Luis Olivas a la capital de La Plana nunca hab¨ªa congregado tanto afecto y camarader¨ªa, en ocasiones ocultados, hacia el hasta hace unos d¨ªas vicepresidente del Gobierno valenciano. Claro que anteriormente hab¨ªa acudido, como mucho, en representaci¨®n del presidente del Consell, mientras que ayer lo hizo como futuro presidente, aunque sea por un a?o, o presidente en funciones. El reci¨¦n estrenado en el cargo aguant¨®, en cualquier caso con afabilidad, las palmadas, los apretones, las felicitaciones y todas las enhorabuenas recibidas, mientras media sonrisa, a ratos sarc¨¢stica, reluc¨ªa en su cara.
El motivo se busc¨® enseguida con el aparente fin de demostrar que en tres d¨ªas el nuevo presidente se ha preocupado de acudir a las tres capitales de las tres provincias de la Comunidad. Y aunque nadie le explicara exactamente qu¨¦ ven¨ªa a inaugurar, cuid¨® su imagen castellonera. Para ello, se atavi¨® con una corbata de la Diputaci¨®n de Castell¨®n, con peque?as casitas, las mismas que conforman el logotipo de la instituci¨®n provincial castellonense, que le rodeaba el cuello. Nada m¨¢s llegar, volvi¨® a ser rodeado, en este caso, precisamente, por el brazo del presidente de esta instituci¨®n, Carlos Fabra, quien le acompa?¨® y pase¨® con ¨¦l, cogidos cual pareja de desfilantes, hasta el final de la sala. Una vez all¨ª, Fabra, que al parecer hab¨ªa de ocuparse de otros asuntos, abandon¨® el recinto y cedi¨® su puesto. El consejero de Econom¨ªa, Vicente Rambla, quiz¨¢ en su condici¨®n de castellonero, tambi¨¦n acompa?¨® a Olivas. La subsecretaria de Promoci¨®n Cultura, Consuelo Ciscar, quien s¨ª es habitual de este espacio, fue otra de sus acompa?antes. Los diputados al Congreso populares, los diputados provinciales, los vicepresidentes de la misma instituci¨®n, algunos parlamentarios auton¨®micos y concejales de varias de las localidades colindantes a Castell¨®n tambi¨¦n acudieron al estreno presidencial. Incluso estaban los de Burriana, localidad a la que ten¨ªa que acudir el consejero de Cultura, Manuel Taranc¨®n, motivo por el que hubieron de abandonar la sala de exposiciones en menos tiempo del deseado.
El reelegido presidente de la patronal azulejera, Ascer, Fernando Diago, confi¨® en demas¨ªa en la habitual impuntualidad de Jos¨¦ Luis Olivas, lo que le oblig¨® a protagonizar una carrera por el claustro del museo, cuando el grueso del pelot¨®n ya se encontraba dentro de la sala. All¨ª, ya hab¨ªa alg¨²n que otro empresario azulejero, as¨ª como otros representantes de empresas como Iberdrola. El vicario general, Eloy Sanz, tambi¨¦n estuvo. Y el pintor Ripoll¨¦s.
Es lo que tiene la pol¨ªtica, que hay que estar presente para saber qu¨¦ se cuece. As¨ª, aunque el mensaje oficial es que, salvo la ausencia f¨ªsica de Zaplana, nada ha cambiado en el panorama ni en las identidades de los ocupantes de cargos p¨²blicos, tampoco se trata de correr riesgos innecesarios. Olivas, con el estampado de su corbata y su adem¨¢n, emit¨ªa se?ales de sinton¨ªa con Fabra, porque es sabido que entre los dos existen claras diferencias de criterio y los asistentes necesitaban conocer, de primera mano, si ya hab¨ªa llegado el momento de ver el canal con interferencias. As¨ª que acudieron en masa y, probablemente, volvieron a sus casas relajados al comprobar que se mantiene la misma programaci¨®n. Al menos, por un a?o.
El caso es que el trabajo que ha perdurado se encontraba colgado en la sala de exposiciones temporales del Museu de Belles Arts, donde se ha inaugurado una muestra de pintura valenciana de los siglos XIX y XX, compuesta por 25 obras de 16 autores diferentes, entre los que se encuentran Antonio Gisbert, Pinazo, Sorolla, Genaro Lahuerta o Juan de Ribera.
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