M¨²sculos de 'sprinter'
Una de las caracter¨ªsticas fisiol¨®gicas que distinguen a los ciclistas profesionales es lo econ¨®micos que son sus m¨²sculos. Es decir, que son capaces de generar mucha potencia consumiendo relativamente poco ox¨ªgeno: cada litro que consumen por minuto les sirve para generar una potencia de unos 85 vatios. As¨ª, en una contrarreloj disputada a tope o en la subida a un puerto, son capaces de mantener una alt¨ªsima potencia media, unos 400 vatios, consumiendo menos de 5 litros de ox¨ªgeno por minuto. Esta gran econom¨ªa no es s¨®lo un regalo de la gen¨¦tica. Sobre todo se obtiene tras largos a?os acumulando kil¨®metros y m¨¢s kil¨®metros en entrenamientos y carreras (hasta llegar a 40.000 por temporada). Las c¨¦lulas (o fibras) que pueblan los m¨²sculos se adaptan a tanto kilometraje del modo m¨¢s inteligente posible: se convierten casi todas ellas en las llamadas fibras tipo I o fibras lentas. Es decir, muy econ¨®micas y resistentes a la fatiga. Tipo diesel, para entendernos.
El ¨²nico problema para estas fibras viene en los bruscos cambios de ritmo que se suceden en cada etapa y, sobre todo, en esa tremenda explosi¨®n de fuerza llamada sprint. En los segundos finales del sprint final, como el que gan¨® Freire el lunes, los grandes especialistas son capaces de alcanzar, solos y contra el viento, alt¨ªsimas cadencias de pedaleo (a veces, hasta 180 pedaladas por minuto) y velocidades de 70 ¨® m¨¢s kil¨®metros por hora. Y sus m¨²sculos llegan a generar picos de potencia de hasta 1.500 vatios. En esos momentos de nada sirven las fibras tipo I, incapaces de contraerse con tanta fuerza y velocidad. En el mejor de los casos (Armstrong y alguno m¨¢s) ser¨ªan capaces de llegar a generar 500 vatios. S¨®lo las llamadas fibras tipo IIX (o r¨¢pidas) son capaces de sobrepasar 1.000 vatios. A diferencia de las fibras lentas, no necesitan consumir ox¨ªgeno para contraerse y las reacciones qu¨ªmicas de las que obtienen su energ¨ªa son mucho m¨¢s r¨¢pidas.
As¨ª, los m¨²sculos de aquellos sprinters que, como ?scar Freire, tambi¨¦n son resistentes y se defienden bien en casi todos los terrenos, han de compatibilizar con ¨¦xito dos tareas antag¨®nicas e incluso excluyentes: por una parte, pasar bien la media monta?a y aguantar largas horas de trabajo sin despilfarrar combustible -algo que s¨®lo consiguen las fibras tipo I-, y por otra, conservar un buen n¨²mero de fibras tipo IIX, capaces de ganarle al sprint al mism¨ªsimo Eric Zabel. Dicho de un modo simple, es como si a un atleta se le exigiese tener la econom¨ªa y resistencia de un fondista keniano y la explosividad de Maurice Greene. ?C¨®mo entrenar ambas cualidades, adem¨¢s, si la mejora de la velocidad -m¨¢s fibras r¨¢pidas- va en detrimento de la econom¨ªa -m¨¢s fibras lentas-, y viceversa? ?scar Freire parece haberlo conseguido. Para mayor m¨¦rito, su morfotipo -con 173 cm de estatura y 63 kilos de peso, es m¨¢s bien bajito y ligero- difiere bastante del de los sprinters puros -Cipollini, Steels, etc-, bastante m¨¢s altos y corpulentos. ?stos juegan con cierta ventaja. Aunque exponen una mayor superficie corporal al aire que tienen enfrente, la relaci¨®n entre su superficie corporal y su peso es menor. Por ello deben gastar menos energ¨ªa con relaci¨®n a su peso para vencer al principal enemigo al que se enfrentan los ciclistas cuando se desplazan a altas velocidades: la resistencia del aire.
Alejandro Luc¨ªa es fisi¨®logo de la Universidad Europea de Madrid.
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