Himnos
Ahora vamos de nombramientos, ceses, y juramentos ante crucifijo de una Constituci¨®n laica. No de himnos, sino de trovas y loores palaciegos a los que vienen o se van. Pero quisiera relatarles an¨¦cdotas recientes que no siempre han sido recogidas por las cr¨®nicas de urgencia. Una es la cara de desconcierto que pintaron las autoridades en Sant Miquel dels Reis cuando, tras solemne conmemoraci¨®n de los 20 a?os de Estatut, se pas¨® al canap¨¦ sin cantar a las victories gegantines, y eso que la ley de s¨ªmbolos casi obliga. F¨ªjese usted: tantos a?os de murga blavera para que olvidemos entonar c¨¢ntics d'amor en fechas se?aladas, cuando adem¨¢s acabamos de ofrendar a Espa?a un ministro que da gloria (Por cierto, cuentan que a Zaplana le pusieron en D¨¦nia el himno de Murcia).
Otra sorpresa, en pleno Certamen Internacional de Bandas de M¨²sica en Valencia, cuando vibraron los acordes que el maestro Teller¨ªa le pusiera a aquella composici¨®n de Primo de Rivera y su escuadra de poetas de Falange: el Cara al Sol. Parec¨ªa tratarse de un despiste de extranjeros, y no ser¨¢ la primera vez que en competiciones internacionales suenan el Himno de Riego o Els Segadors (en los 80, en la URSS de Breznev, nos colocaron banderitas franquistas en el comedor). Pero luego aflor¨® la intenci¨®n ecum¨¦nica del programa al atacar, aunque m¨¢s t¨ªmidamente, el himno republicano y hasta ?La Internacional!.
Los norteamericanos invocan a Dios en su juramento a la bandera, ya se ha visto que intocables ambos. Y todos los himnos -menos los rojos- hacen la pelota a sus dioses verdaderos, ya se encuentren en ?frica o Latinoam¨¦rica. Tambi¨¦n a los h¨¦roes libertadores, pues todos datan de revoluciones independentistas.
Ciertamente, los c¨¢nticos patri¨®ticos o partidistas, para los que unos y otros siguen buscando letras 'modernizadas', no son precisamente obras de arte musical o literario; todo lo m¨¢s arengas en 'verso' (ripiosos, de mal gusto) a las que la izquierda parece ir renunciando. Dicen que resucita la clase obrera, pero hasta los chavales de Unificaci¨®n Comunista cantaban sus consignas , el 20-J, al son de El barquito chiquitito.
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