La decisi¨®n de no tener hijos
Conocen cu¨¢l es el mejor procedimiento para que 40.000 ni?os o m¨¢s no contin¨²en muriendo de hambre diariamente? La respuesta de la organizaci¨®n VHEMT (Movimiento por la Extinci¨®n Voluntaria de la Humanidad) es ¨¦sta: dejar de tener ni?os. A su lado se encuentran otras varias organizaciones con el mismo fin que no se tienen a s¨ª mismas por mort¨ªferas, sino por muy humanitarias. 'La extinci¨®n voluntaria de la humanidad', se?alan los miembros de VHEMT, 'es la alternativa m¨¢s humana para resolver los problemas de la humanidad'. ?Una consecuencia, por tanto, que denota un p¨¦simo concepto de los seres humanos? Tampoco. La extinci¨®n de la humanidad podr¨ªa carecer de importancia a la luz de que ha desaparecido el 99,9% de las especies -dicen- desde la creaci¨®n del mundo. ?Qu¨¦ importar¨ªa una ¨ªnfima parte m¨¢s? ?Incluso la que m¨¢s partido ha sacado ya a la Tierra?
Para el a?o 2010, el n¨²mero de parejas sin ni?os supondr¨¢ un 44% m¨¢s que 15 a?os antes e, incluso, no continuando con esa tasa, empezar¨¢ a ser normal renunciar a la descendencia
Un ingl¨¦s de 32 a?os: 'Nuestra relaci¨®n la hemos planteado entre dos personas adultas. No veo qu¨¦ papel vendr¨ªa a jugar aqu¨ª un ni?o. Me imagino que ser¨ªa un desastre'
La concepci¨®n de este movimiento al que puede agregarse cualquiera, incluso habiendo sido padre alguna vez, se repite en varias agrupaciones m¨¢s que est¨¢n poblando Internet a trav¨¦s de los nombres de Zero Population Growth (Crecimiento Cero de Poblaci¨®n), ahora reconvertida en Population Connection con los mismos fines y una bater¨ªa de sociedades que llevan el t¨ªtulo de Childless by Choice (Sin Ni?os por Decisi¨®n Propia).
?xito de ventas
Un libro, entre muchos, aparecido hace un a?o lleg¨® a ser un ¨¦xito de ventas en Estados Unidos con la exposici¨®n de una posible sociedad avanzando hacia la no reproducci¨®n total. En Espa?a no es noticia la baja natalidad, pero aqu¨ª se trata de no ser padres en absoluto y a cosa hecha, no como consecuencia de estar en paro, carecer de vivienda o permanecer solteros. La creciente decisi¨®n de no tener hijos registrada en Francia, en Noruega, en Irlanda, en el Reino Unido, en Estados Unidos o en Australia proviene principalmente de la decisi¨®n de la mujer. Un hombre, en general, antes y ahora, afirman los sondeos, tiende a sentirse triunfador completo si adem¨¢s de haber alcanzado un estatus profesional se ve casado y convertido en padre. Pero con las mujeres est¨¢ sucediendo un fen¨®meno nuevo. La dificultad para prosperar notablemente en la profesi¨®n y ser a la vez buena madre se encuentra al alcance de muy pocas, y especialmente entre las que han cumplido 40 a?os prima la primera opci¨®n cada vez m¨¢s. Cifras de la Oficina del Censo norteamericana han mostrado que el porcentaje de mujeres entre 40 y 44 a?os sin hijos ha ascendido hasta el 20% en 2000, cuando era del 10% hace 20 a?os.
La base del cambio radica en la ruptura del v¨ªnculo tradicional entre femineidad y maternidad. Las mujeres sin hijos han sufrido una estimaci¨®n social menor producida en parte por la piedad y en parte por el recelo. Sin que las cosas hayan registrado un vuelco completo, han aparecido, sin embargo, razones para evitar la maternidad. Un factor es el recurso a medios anticonceptivos que pueden retrasar o eliminar definitivamente la concepci¨®n, pero otros m¨¢s son las dificultades econ¨®micas susceptibles de provocar, en la apreciaci¨®n de la pareja, problemas de infelicidad. Finalmente, la menor presi¨®n social ha permitido no tener hijos a quienes se han sentido indiferentes respecto a los beb¨¦s.
Grupos antinatalistas
En consecuencia, el n¨²mero de parejas sin hijos sobrepasa ya a las parejas con ellos hasta en un 5%. Y la deriva apoya los manifiestos de los grupos antinatalistas, seguros de que 'cada vez que uno de nosotros decide no agregar un habitante m¨¢s al superpoblado y ya muy afligido planeta, otro rayo de esperanza brilla sobre el oscuro futuro de la Tierra'. As¨ª, Madlyn Cain, en su libro The chidless revolution (La revoluci¨®n de no tener ni?os), calcula que para el a?o 2010 el n¨²mero de parejas sin ni?os supondr¨¢ un 44% m¨¢s que 15 a?os antes, y aun no continuando con la misma tasa, empezar¨¢ a ser m¨¢s que normal renunciar a la descendencia. Efectivamente, contin¨²a en vigor el deseo de prolongarse simb¨®licamente en el linaje y todo lo dem¨¢s que el amor paterno-filial comporta, pero los voluntarios del VHEMT, que dicen amar a los beb¨¦s como cualquier persona tierna, est¨¢n persuadidos de que el bienestar social actuar¨¢ en su favor. A fin de cuentas, tener hijos no forma parte de los instintos. 'Nuestro impulso biol¨®gico', afirman, 'nos conduce a hacer el amor, pero no a engendrar. Nuestro instinto procreativo es equivalente al instinto de una ardilla de plantar ¨¢rboles: su necesidad es almacenar comida, los ¨¢rboles son una consecuencia. Deseos inducidos por el condicionamiento cultural pueden ser tan fuertes como para parecer biol¨®gicos, pero no existe alg¨²n mecanismo evolucionario para el instinto de procrear'.
M¨¢s descre¨ªdos que ellas, m¨¢s ego¨ªstas, menos sentimentales, el hijo no tenido viene a ser como una carga eludida, un bulto sin demasiado significado que podr¨ªa haber entorpecido los asuntos m¨¢s centrales de sus vidas. Un representante ingl¨¦s de productos farmac¨¦uticos, de 32 a?os, declaraba: 'Nuestra relaci¨®n la hemos planteado entre dos personas adultas. No veo qu¨¦ papel vendr¨ªa a desempe?ar aqu¨ª un ni?o. Me imagino que ser¨ªa un desastre'.
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