Siete semanas para cobrar el paro
La reforma del desempleo ha agravado la ineficacia de las oficinas del Inem, donde estos d¨ªas se producen largas colas
Son las ocho y media de la ma?ana y Rafael y Ana Aguilar, mellizos de 23 a?os, llegan a la oficina de empleo que les corresponde, en Vallecas, al sur de Madrid. Que haya una larga fila de gente a la puerta, a pesar de que la oficina no abre hasta dentro de media hora, no es casualidad: hace s¨®lo dos meses que entr¨® en vigor la reforma del sistema de protecci¨®n al desempleo, lo que se conoce como el decretazo, y los funcionarios se enfrentan a la aplicaci¨®n de todo un nuevo sistema. Pero es que, adem¨¢s, sus trabajadores est¨¢n al m¨ªnimo.
'El Inem ha tenido siempre poco personal, que se ha ido reduciendo paulatinamente, pero con las transferencias de parte de sus competencias a las comunidades aut¨®nomas se han dividido tambi¨¦n los funcionarios', explica Dolores Liceras, responsable de empleo de Comisiones Obreras.
Son dos inconvenientes que se unen a la queja de sindicatos y agrupaciones empresariales de que las oficinas del Inem no satisfacen la que deber¨ªa ser su funci¨®n b¨¢sica: relacionar a empleadores y parados y fomentar la contrataci¨®n.
'Depende mucho de la oficina y del funcionario', dice Juan Men¨¦ndez Vald¨¦s, responsable de relaciones laborales de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE). 'En general se echa en falta una atenci¨®n personalizada, con un seguimiento de la oferta. Deber¨ªa funcionar como una empresa de servicios, que hiciera un esfuerzo adicional para captar a quienes ofrecen trabajo. Porque al final se convierten en meras oficinas de registros'.
Rafael Aguilar se qued¨® en paro el pasado 26 de junio. Ese d¨ªa se termin¨® su contrato en una empresa de reparaci¨®n de m¨®viles, en la que llevaba dos a?os trabajando. 'Me ten¨ªan que hacer fijo', explica resignado. Sus c¨¢lculos le dicen que le corresponden ocho meses de la prestaci¨®n de desempleo. Por eso esta semana ha presentado los papeles. Pero un tr¨¢mite habitualmente sencillo estos d¨ªas es una tortura para muchos desempleados.
'Cada funcionario atiende a 135 desempleados en Espa?a. La media europea es de uno por cada 41 y en el Reino Unido la proporci¨®n es de 18', apunta Jes¨²s P¨¦rez, de la Secretaria Ejecutiva Federal de UGT. 'Es una carga insoportable para los trabajadores de las oficinas de empleo, que est¨¢n tras el mostrador y se enfrentan a las quejas de la gente'.
El madrug¨®n s¨®lo le sirve a Rafael Aguilar para que le den el n¨²mero 80. 'El funcionario calcula la gente que se puede atender antes de que cierren a las dos las oficinas. Si te quedas sin n¨²mero tienes que volver al d¨ªa siguiente', cuenta su hermana. En su caso equivale a tres horas y media de cola. Y eso que madrugaron porque ya les hab¨ªa advertido una vecina.
Pero lo peor es que siempre hay que volver otro d¨ªa. 'Haces cola para que te expliquen qu¨¦ papeles tienes que entregar: el DNI, el contrato, las ¨²ltimas n¨®minas... Eso deber¨ªan ponerlo en un cartel o que informara el que entrega el n¨²mero', se queja Maite Fern¨¢ndez, una maestra infantil desempleada de 29 a?os, que est¨¢ un poco m¨¢s atr¨¢s en la cola.
Ana y Rafael Aguilar han puesto la oreja junto a un mostrador. As¨ª se enteran de que les faltan fotocopias y se turnan para ir y estar pendientes del n¨²mero. Es como la cola del mercado, pero a lo bestia. Un aparato electr¨®nico que se?ala el n¨²mero y el mostrador que corresponde delata que deber¨ªa haber ocho puestos habilitados, pero en la sala no trabajan m¨¢s de cuatro funcionarios.
Javier, un amigo de los Aguilar, ha tenido que volver cinco veces. Es decir, cinco d¨ªas perdidos. En su desesperaci¨®n, pide a la gente que espera que presente reclamaciones. Y ¨¦l tambi¨¦n lo hace. Lo malo es que un funcionario tiene que ponerse a atenderles y eso ralentiza la cola.
Llega el turno de Rafael y despacha en dos minutos. 'Tienes que rellenar este impreso, que te lo selle el banco, y que la empresa te d¨¦ un TF2', le dice un funcionario muy amable. '?Qu¨¦ es un TF2?', se preguntan los hermanos. El resto del d¨ªa estar¨¢ tambi¨¦n consagrado al paro. Hay que ir al banco antes de que cierre y llamar a la empresa para que tenga listos los papeles esa tarde y pasar a recogerlos. Si no se entregan esta semana, se pasa el plazo de 15 d¨ªas.
Y un nuevo madrug¨®n. Al d¨ªa siguiente llegan media hora antes. Eso vale un 53.
A las 9.20 Jos¨¦ Manuel Gonz¨¢lez ha terminado. Es guitarrista de flamenco y hasta hace unos d¨ªas trabajaba en una academia de Fuenlabrada. Acaba pronto porque ten¨ªa el n¨²mero seis: es la segunda vez que viene y estaba en la puerta a las seis menos cuarto. Se va pronto, pero ha esperado tres horas y tres cuartos.
Los hermanos Aguilar llegan, por fin, al mostrador. Son las once. La cola ha sido hoy m¨¢s ¨¢gil. Lo tienen todo. Y eso que la empresa les ha dado un papelito en el que dicen que est¨¢ exenta del famoso TF2. Ahora toca firmar. Hay un impreso que dice: 'El desempleado se compromete a buscar activamente empleo'. Un poco m¨¢s abajo habla de aceptar los puestos que sean adecuados a su perfil. No queda m¨¢s remedio, Rafael firma. Y la funcionaria le dice lo mismo que a Maite Fern¨¢ndez el d¨ªa anterior:
-Recibir¨¢s una carta notific¨¢ndote si tienes derecho a recibir la prestaci¨®n.
-?Cu¨¢ndo?
-No antes de septiembre. Es que no tenemos capacidad para absorber esto -dice mirando a la gente que espera.
Son m¨¢s de siete semanas para cobrar. Si al final a uno le conceden ese derecho. A la salida, Rafael comenta: 'Yo puedo esperar. Vivo con mi familia, pero ?qu¨¦ hace quien necesita el dinero este mes?'.
'Se hab¨ªa conseguido una media de agilizaci¨®n de los tr¨¢mites entre seis y siete d¨ªas', afirma Jes¨²s P¨¦rez, de UGT. '?Aqu¨ª d¨®nde est¨¢ la promesa de cobrar desde el d¨ªa siguiente al fin del contrato?'.
La explicaci¨®n que ofrecen fuentes del Ministerio de Trabajo es que son casos puntuales. 'Es exactamente igual a hace un a?o. No es achacable a la nueva ley. Es una situaci¨®n coyuntural que coincide cuando hay funcionarios de vacaciones, y s¨®lo en algunas oficinas'.
'?Y por qu¨¦ las oficinas del Inem no contratan durante las vacaciones a los parados que vienen? ?Esto es alucinante!', se pregunta Ana Aguilar.
Pobre gesti¨®n de contratos
El Inem gestion¨® un 17,3% de los contratos que se firmaron en 2001. Una proporci¨®n no muy alta, aunque no est¨¢ mal si se piensa que la principal fuente de contrataci¨®n es la directa. Pero es raro el empleador que acude al Inem. 'Nos ralentiza mucho los procesos de selecci¨®n', dice el responsable de personal de una empresa de marketing telef¨®nico. 'Deber¨ªan mejorar la gesti¨®n'. La falta de comunicaci¨®n es una de las mayores quejas de los empleadores. 'Las empresas lo que necesitan es agilidad y que el perfil ocupacional sea el que piden', se?ala Maru Men¨¦ndez, de UGT. 'Pero el Inem usa un sistema en el que da un c¨®digo a cada ocupaci¨®n. Es tan obsoleto que no recoge las novedades, hay un caos en la clasificaci¨®n y muchas veces no se corresponden las ofertas con la gente a la que mandan'. 'Yo soy barnizador a mu?equilla. Ya casi no se hace', dice Miguel ?ngel Arana. 'Lo habitual es barnizar a pistola. Pero me mandan a todas las ofertas, aunque yo no sirva'. 'Pedimos un oficial de primera. Pero mandan a todos los que hayan trabajado en esto', dice la responsable de una empresa de fontaner¨ªa. 'Conseguimos que lo especificaran en las ofertas y lo malo es que ahora no responde nadie'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.