El Fandi y Ferrera salen a hombros

Decimos que salieron a hombros El Fandi y Ferrera, poniendo a El Fandi en primer lugar porque, a¨²n siendo el tercero de la terna, cort¨® tres orejas en tanto que Ferrera, que iba en segundo lugar, s¨®lo cort¨® dos. Ambos j¨®venes se han convertido en la pareja ideal para cualquier empresario inteligente. Cada uno de ellos hace del tercio de banderillas todo un espect¨¢culo de masas. Como adem¨¢s son muy variados con el capote, se puede decir que son como r¨ªos que siguen juntos el mismo itinerario de verano. Es cierto que cada uno de ellos creer¨¢ que el cielo s¨®lo existe para ¨¦l.

Como quiera que los dos son banderilleros, fueron ofreci¨¦ndose los pares uno a otro en los dos primeros toros. Luego cada uno, como es norma, fue por su cuenta. Excepto en el sexto y ¨²ltimo de la tarde, que El Fandi coloc¨® un cuarto par de propina, en la modalidad del viol¨ªn, que fue esplendoroso. Ese par sirvi¨® para rematar la suerte de banderillas a ese toro. Fue tan espectacular el tercio que puso en pie a toda la plaza. Tan inevitable como gozosamente, el torero tuvo que dar la vuelta al ruedo como premio a esos cuatro pares que dej¨® prendidos no solamente en el morrillo del toro sino en la retina de un p¨²blico enfervorizado.

No le anduvo a la zaga Antonio Ferrera en los pares de banderillas que le tocaron en suerte. El torero citaba de rodillas y despu¨¦s quebraba. O bien saltaba espectacular delante de la cara del toro para clavar a continuaci¨®n en todo lo alto los rehiletes.

La cr¨®nica de esa tarde anunciada ten¨ªa su punto culminante en el tercio de banderillas. Precediendo a ese tercio, los capotes de Ferrera y El Fandi repartieron su enorme variedad. Unas veces El Fandi se fue a porta gayola y recib¨ªa al toro, para despu¨¦s lancear y rematar con chicuelinas, adem¨¢s de pasar a fabricar otra larga cambiada. O despu¨¦s hac¨ªa un quite por lopecinas y remataba con una media muy ajustada. Por otro lado, Ferrera quitaba por chicuelinas, y a continuaci¨®n le replicaba El Fandi con unas chicuelinas rodilla en tierra. Otra vez Ferrera se inventaba una larga cambiada y remataba despu¨¦s a pie con dos medias ver¨®nicas excelentes. Pues bien, todo eso en un vaiv¨¦n de vor¨¢gine era lo que uno y otro torero derramaron sobre el albero pamplon¨¦s.

Sus faenas no tuvieron la majeza que esper¨¢bamos. Evidentemente hubo pases redondos, algunos de calidad, m¨¢s bien por el lado de Ferrera que por El Fandi. Cabe arg¨¹ir que, con la labor muleteril de ayer en sus cuatros toros, no llegaron a culminar una de esas faenas de las que quedan en la memoria. Esas faenas macizas, erradas como puertas g¨®ticas, bastaron para acompa?ar la labor capotera y banderillera de estos dos espadas.

A V¨ªctor Puerto, torero que tiene calidad como para competir con cualquiera, ayer le encontramos ausente de s¨ª mismo. Ap¨¢tico. Un estar sin estar. Como si estuviera esperando que alguien le lea el porvenir en los posos de su ¨²ltimo caf¨¦.