Dos leyendas del 'blues', B. B. King y Taj Mahal, nutren la semana
Desde que comenz¨® el mes, Madrid es un foco de artistas consagrados que llenan de diversidad musical las noches de la ciudad. La programaci¨®n del patio del Conde Duque tiene buena parte de culpa, pero hay que a?adir tambi¨¦n las estrellas que pasan por La Riviera gracias a Heineken Directo. Ser¨¢ una semana en la que se junten nada menos que Alpha Blondy, Taj Mahal, Omara Portuondo, B. B. King y Bryan Ferry, entre otros.
En otros puntos hay electr¨®nica de alto voltaje, con Jeff Mills y Richie Hawtin, o la confirmaci¨®n como solistas de dos m¨²sicos muy vinculados a Joaqu¨ªn Sabina: el recio Pancho Varona y la dulce Olga Rom¨¢n.
El gran Vicente Soto Sordera cierra el ciclo dedicado al flamenco en La Vaguada
- Latinidad y negritud. En esta especie de utop¨ªa musical que vive Madrid desde hace unas semanas se junta ahora un plantel de m¨²sicos con el denominador com¨²n de su origen latino y/o raza negra. El blues m¨¢s f¨¦rreo y a?ejo, por ejemplo, viene de la mano de dos de sus leyendas m¨¢s importantes: B. B. King y Taj Mahal. Para cada uno de ellos la guitarra es como la prolongaci¨®n de su propio cuerpo. Coinciden sus actuaciones en la misma noche, lo que har¨¢ dudar a los aficionados al blues que tengan que decidirse por el clasicismo del Rey o por la incorrecci¨®n de Taj Mahal. Aunque se intente contraponer los estilos de ambos (el academicismo de B. B. King frente a la fuerza de Taj Mahal), lo cierto es que son dos inmensas figuras que ha dotado al blues de toda la armadura con la que se sustenta.
Pero la negritud se manifiesta hoy mismo en La Riviera con Alpha Blondy, el rey del reggae africano. Nacido en Costa de Marfil hace casi 50 a?os, abraz¨® la doctrina rastafari y la m¨²sica reggae cuando en los a?os sesenta y setenta escuchaba los discos de The Wailers, el grupo del que sali¨® Bob Marley. A la m¨²sica jamaicana le a?adi¨® su voz dulce, no exenta de rabia, las melod¨ªas de la kora (especie de arpa) y percusiones africanas. Es un cantante comprometido y de denuncia, en el estricto sentido de la palabra, que no duda en hablar de 'conspiraciones de imb¨¦ciles' cuando menciona a los dirigentes africanos. Luchador eterno contra el apartheid y otras injusticias, en Merci, su reciente disco, llega a decir que buena parte de la culpa de la situaci¨®n en ?frica la tiene tambi¨¦n los propios africanos.
La gran dama de la canci¨®n cubana, Omara Portuondo, arranca la semana del Conde Duque con su voz oscura y evocadora pero llena de latinidad, que es el otro factor dominante estos d¨ªas en el patio. El piano de Bebo Vald¨¦s, la trompeta de Paquito D'Rivera o los trombones de Giovanni Hidalgo dan forma a Calle 54, el elenco formado con algunos de los m¨²sicos que participaron en la pel¨ªcula documental del mismo t¨ªtulo que Fernando Trueba rod¨® en las calles de Nueva York como reconocimiento a su otra pasi¨®n tan intensa como el cine: el jazz latino.
Jazz con cierto toque tanguero lo pone la argentina Gabriela Anders, acompa?ada nada menos que por el guitarrista Robben Ford, que form¨® parte de los m¨ªticos The Yellow Jackets. Daniela Mercury trae el samba-reggae de las calles de Salvador, la capital del Estado brasile?o de Bah¨ªa, de donde ella procede.
Por los bares de Madrid la latinidad y negritud se hace realidad con Gema y P¨¢vel, que vuelven a cantar juntos; Buddy Miles, al que se sigue presentando como el bater¨ªa de Jimi Hendrix aunque tenga personalidad propia; Justin Tchatchoua, el madrile?o-camerun¨¦s; el cubano Athanai o ese festival de reggae y ska que junta a Peeping Toms, la Thorpe Band y New York Ska Jazz En-semble en Aqualung gracias al garito Gruta 77.
- Pop con sentimientos. Bryan Ferry es la figura inmaculada que se cuela en el Conde Duque. Elegante como pocos y discreto, ha hecho de su carrera desde que desapareci¨® su grupo, Roxy Music, un ejemplo de coherencia. En Frantic, adem¨¢s de sus propias composiciones llega a enfrentarse a dos de las canciones m¨¢s viejas de Bob Dylan, que ¨¦l transforma a su antojo haci¨¦ndolas parecer nuevas sin perder su esencia.
Llorca, en La Riviera, arrima el pop a la electr¨®nica, algo parecido a lo que har¨¢ en Moby Dick el dublin¨¦s David Kitt. La electr¨®nica m¨¢s vanguardista y el house tendr¨¢n esta semana un t¨¢ndem de lujo que por primera vez pinchan juntos: Jeff Mills y Richie Hawtin.
El pop madrile?o suena en el concierto de Santi Campos y el ex Mam¨¢ Jos¨¦ Mar¨ªa Granados, adem¨¢s del que ofrece hoy Pancho Varona, guitarrista y autor inseparable de Sabina. Olga Rom¨¢n vuelve a mostrar esta semana su proyecto en solitario, que cabalga entre el soft pop, la bossa, la electr¨®nica y el jazz c¨¢lido.
- Con fusi¨®n o no, flamenco. Termina en La Vaguada el ciclo Ese arte que duele dedicado al flamenco, y lo hace con una de sus m¨¢s grandes figuras: Vicente Soto Sordera. De ¨¦l parten ciertos aspectos de la ¨²ltima evoluci¨®n del g¨¦nero, que trae de cabeza y mete en discusiones a herejes y ortodoxos. Por ejemplo, puede que Estopa o Ea! no hubieran existido jam¨¢s si antes otros no se hubieran adelantado en mezclar la rumba o la buler¨ªa con otras cosas.
Ea! presentan de nuevo La vida, un disco que, seg¨²n ellos, no es flamenco pero 's¨ª aflamencadito'. Lo de Estopa, que act¨²an el domingo en Getafe, tampoco lo es, pero su rumba suena con descaro y gracia al mezclarse con un rock de barrio.
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