La reforma de la religi¨®n: ?preparar para la cobard¨ªa?
La foto se ha repetido en distintos peri¨®dicos. El presidente Aznar, con paso firme y sonriente, sabi¨¦ndose querido y aplaudido, entraba, triunfalmente escoltado por el cardenal Rouco, en el congreso de obispos celebrado en San Lorenzo de El Escorial. Era una 'prueba' m¨¢s de que Iglesia y Estado no pueden darse la espalda. Piropos y m¨¢s piropos entre monse?or y nuestro presidente: 'El cristianismo tiene sobrados t¨ªtulos de grandeza', ¨¦ste. 'Responde a lo que venimos pidiendo desde hace m¨¢s de una d¨¦cada', aqu¨¦l. Se miraban embelesados y, en alg¨²n momento, corbata y sotana se fundieron en un abrazo. No era para menos, pues la Iglesia reconquistaba posiciones perdidas (al fin y al cabo, como ha recordado recientemente Peces-Barba en Por encima de las leyes, EL PA?S, 1 de junio de 2002, Rouco Varela ya le hab¨ªa recordado directamente al rey Juan Carlos qui¨¦n era realmente: Su Majestad Cat¨®lica; no tanto una identidad pol¨ªtica constitucional cuanto el resultado que debe seguirse de la propia tradici¨®n cristiana de la Monarqu¨ªa espa?ola) y, por fin, en el sistema educativo espa?ol se volv¨ªa a hacer la luz. El logro hist¨®rico consist¨ªa, ¨¢nimo Pilar del Castillo que te est¨¢s ganando la gloria, en la dignificaci¨®n de la clase de religi¨®n en la escuela p¨²blica. Dignidad, suponemos, a la altura de la dignidad de nuestro Rey cat¨®lico tal y como exig¨ªa el m¨¢ximo representante Rouco, monse?or y obispo de Madrid. La Iglesia hab¨ªa ganado algo fundamental: no s¨®lo que esta santa materia sea equiparable en nota para el curr¨ªculum escolar del alumno, sino, y sobre todo, que la alternativa de la ¨¦tica se difumina. M¨¢xime cuando, 'la verdad nos har¨¢ libres', 'Juntos para el bien com¨²n universal', 'La globalizaci¨®n en la solidaridad', etc¨¦tera, la din¨¢mica de este noviazgo estaba cantada. La ret¨®rica y mutua adulaci¨®n fue absolutamente transparente. Aznar echa las campanas al vuelo felicit¨¢ndose como espa?ol de la tradici¨®n cristiana (?cat¨®lico-mon¨¢rquica?) que evangeliz¨®, y de qu¨¦ forma, a las infieles y b¨¢rbaras Am¨¦ricas. Fuerte ovaci¨®n episcopal. Mientras que el Congreso de centenares de eclesi¨¢sticos europeos y latinoamericanos (doce cardenales, nada m¨¢s y nada menos) se lo devuelve traspasando las fronteras y, como presidente europeo, se le hace 'padrino de las propuestas episcopales' (El Mundo, 14 de mayo de 2002).
Da verg¨¹enza a estas alturas tener que recordar algunos detalles ominosos que olvidamos. El padre Bartolom¨¦ de las Casas, cl¨¦rigo y colono, famoso defensor de los indios, ten¨ªa esclavos negros en Cuman¨¢. Se trataba de una piadosa idea gracias a la que el comercio de esclavos con los indios ser¨ªa sustituido por el de los negros capturados en ?frica. Pero, ¨¢nimo ministra, si acaso la Iglesia se quedara sin candidatos ¨¦ste es el momento para hablar con el Papa: Aznar a los altares.
En esto reaparece Gescartera que no cesa. De nuevo los han cogido con las manos santificadoras en la masa. En el cielo de Jersey el obispado de Bilbao coloca entre 1998 y 2000 la suma tonta de 1.330.171 euros; eso s¨ª, para velas. Es comprensible. Dado que la di¨®cesis tiene mucho por lo que orar, los espa?oles de a pie, cristianos y cat¨®licos, mon¨¢rquicos o no, pero normalmente contribuyentes, deben aceptar con buen ¨¢nimo la palabra de Dios. ?Inmoral, ¨¦ticamente raro para una religi¨®n basada en la pobreza y en la lucha por la igualdad de oportunidades?, ?Jesucristo no expuls¨® del templo a los que especulaban con el dinero?... No, responden nuestros pastores (Rouco certificando las buenas conductas), debemos interpretar correctamente el evangelio. Como Dios est¨¢ en todas partes, ?acaso no puede estar transfigurado de oro en los para¨ªsos fiscales? No es mala fe, sino un acto de humildad y generosidad para con los pobres del mundo que, gracias al soplo del Esp¨ªritu Santo, se ver¨¢n beneficiados. La globalizaci¨®n en la solidaridad debe comenzar por la buena econom¨ªa: hemos puesto este dinero (que nos ha ca¨ªdo del cielo de las herencias sin origen propio en la tierra) en tan bondadosas manos 'por raz¨®n de mejor gesti¨®n administrativa'. Y, hoy por hoy, en donde mejor se administran las velas de la Iglesia -que conste: una entidad sin el menor ¨¢nimo de lucro- es en Gescartera y en BBVA Privanza cuyas cuentas opacas tienen su sede en las islas Brit¨¢nicas, geograf¨ªa bancaria que conocen en la di¨®cesis de turno y lo utilizan ¨²nica y exclusivamente como estrategia para la devoluci¨®n de Gibraltar.
El juez Garz¨®n debe entender la relaci¨®n evang¨¦lica entre 'libertad' y 'verdad'; como cristiano obediente a la Santa Madre Iglesia debe ponderar la relaci¨®n tan especial que tiene esta Iglesia con el Estado y no dejarse llevar en su af¨¢n investigador por la ola de calumnias que, desde los medios de comunicaci¨®n social (MCS), azota la fe de Espa?a, pa¨ªs modernizado que ha olvidado sus verdaderos or¨ªgenes teol¨®gicos y suprahist¨®ricos: la Reina Cat¨®lica, a punto de beatificaci¨®n, y la Contrarreforma. ?Un respeto por las velas!
Y la tercera estaci¨®n nos sorprende a (casi) todos cuando los obispos vascos preparan pastoralmente la paz: 'Cada partido ha de someter sus propuestas al bien superior de la paz'. En un ataque de hermen¨¦utica los obispos de Bilbao (mire usted por donde), San Sebasti¨¢n y Vitoria acaban de dar con la soluci¨®n a los problemas que arrastran en el Pa¨ªs Vasco los que est¨¢n amenazados de muerte por ETA. Ni que decir tiene que la violencia etarra es muy pero que muy mala; pero si los que ponen la nuca tuvieran la generosidad de mermar su idea de naci¨®n y sus libertades que amenazan la cultura vasca, la lengua, por ejemplo que, como todo el mundo sabe, se trata de una lengua que no se puede hablar en Euskadi, si fueran capaces de darse cuenta de que lo que importa por encima de todos los asesinatos es llegar a la plaza de la paz, entonces el conflicto desaparecer¨ªa. ?C¨®mo es posible que nuestros pol¨ªticos no se hayan dado cuenta de esto en veinte a?os! Raz¨®n de m¨¢s para que la Iglesia siga siendo quien es respecto del Estado.
Y como de lo que se trata es de dialogar puesto que si el Gobierno espa?ol ilegaliza a los fascistas resulta que el ogro a¨²n puede enfadarse m¨¢s, pensemos en clave obispal Rh negativo y reconsideremos, por amor a la paz, que sean las que sean las relaciones entre ETA y Batasuna de lo que se trata es de seguir dialogando. Y es que la historia no ense?a nada a quien no quiere: ?de qu¨¦ sirvi¨® dialogar con Hitler? Aunque, mejor pensado, despu¨¦s de todo el Estado Vaticano tuvo con el ogro un trato exquisito. ?O no?
Es verdad que la Oficina de Informaci¨®n de la Conferencia Episcopal Espa?ola ha reaccionado ante las cr¨ªticas del Gobierno cuya dureza comparto, ya que de esta carta pastoral se sigue, en resumidas cuentas, que para estos obispos la identidad vasca es m¨¢s importante que la identidad cristiana, no hablemos de la espa?ola. Pero ?qu¨¦ reacci¨®n?: 1. Que se trata de una responsabilidad exclusiva 'como pastores de sus propias Iglesias particulares'. 2) Que el contenido de la misma no la conocieron hasta momentos antes de publicarse en los MCS. Esto ¨²ltimo es contradictorio, ya que han reaccionado despu¨¦s de escuchar las cr¨ªticas del Gobierno. 3. Que lo importante del comunicado obispal vasco es, por encima de todo, la firme condena de ETA. ?Todo aclarado? Aqu¨ª paz y luego gloria.
Pues bien, nosotros creemos lo siguiente. Que en vez de empe?arse el PP en la reforma de la religi¨®n, los hombres y mujeres que creemos en la democracia (con todos sus problemas) deber¨ªamos concentrar nuestros esfuerzos en lo principal que ata?e a un pa¨ªs moderno: reformar la religi¨®n. Porque seg¨²n la Constituci¨®n este Estado es aconfesional y su poder no lo impone Dios, ni sus leyes salen de la Biblia, ni de una reuni¨®n episcopal. Es la clave, como se ha dicho en tantas ocasiones, para entender hist¨®ricamente por qu¨¦ nos diferenciamos del fundamentalismo isl¨¢mico o, en nuestro propio pa¨ªs, del nacional-fundamenta-lismo vasco. Porque es un escupitajo que se nos echa a la cara el que nuestras eminencias pongan el dinero de la Iglesia en cuentas opacas al mismo tiempo que pasan por la vida como pastores del alma, exentos de los compromisos fiscales a los que estamos obligados los espa?oles. Y, la circunstancia manda, porque nuestra religiosidad castiza sigue sin aprender nada de Hume ( Di¨¢logos sobre la religi¨®n natural) ni de Kant (Sobre el fracaso de todos los ensayos filos¨®ficos en la teodicea). Esta forma de preparar la paz a¨²n no habr¨ªa rechazado, en palabras del escoc¨¦s, la relaci¨®n de servidumbre que se establece entre la Divinidad y los hombres atemorizados ante las posibles represalias 'algunas consecuencias sombr¨ªas' se dice en la carta pastoral. Por lo que los concejales del PP y PSOE o de cualquier otra formaci¨®n pol¨ªtica que padecen en el Pa¨ªs Vasco (ocasi¨®n que se extiende puntualmente al resto de Espa?a) el calvario pol¨ªtico de Job, deben tener cuidado de estos 'amigos', 'tribunal de te¨®logos', 's¨ªnodo' o 'inquisici¨®n' (eran palabras de Kant) que intentar¨¢n socavar la conciencia del que est¨¢ convencido que no ha hecho nada malo. En mi opini¨®n, esta carta aborrecible en donde la falta de inteligencia se cita con la ausencia de valor y de nobleza, se parece a lo que le ocurri¨® a Job seg¨²n aquellos guardianes de la religi¨®n del favor que, por encima de todos los males, quer¨ªan dejar intacta la honra de Dios: 'Algo habr¨¢s hecho'.
En las di¨®cesis particulares de la Iglesia vasca Job puede ser cualquiera que no piense como ETA y sus correligionarios. Y un mal d¨ªa se puede quedar sin piernas o sin vida. Entonces salen a la plaza p¨²blica estos obispos, seguidos por sus curas, advirtiendo de que Job tiene que recapacitar; pero al ser Kant republicano este Job no s¨®lo es una buena persona ante los ojos de Dios, sino un ciudadano que asevera con indignaci¨®n que su conciencia nada le reprocha porque no es ¨¦l quien pone las bombas lapas, ni quien se niega al di¨¢logo.
Julio Quesada es escritor y catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la UAM.
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