R¨ªo verde
El Guadiato, a su paso por la Trasierra de C¨®rdoba, ofrece gratos ba?os y paseos
El Guadiato es un r¨ªo amable que cruza el noroeste de la provincia de C¨®rdoba, esculpiendo un valle f¨¦rtil, habitado por el hombre desde muy antiguo. Y poco antes de unirse al Guadalquivir aparece como un curso de agua limpio, lleno de vida y de atractivo, que avanza entre montes de formas impactantes, recubiertos por un rico bosque mediterr¨¢neo. Una ventaja adicional: est¨¢ muy cerca de la ciudad. Otra: se puede combinar el placer de la caminata o el paseo en bicicleta de monta?a con el del un agradable ba?o.
Para llegar de C¨®rdoba a la aldea de Santa Mar¨ªa de Trasierra no hacen falta m¨¢s de veinte minutos de coche. Y a la salida de este pueblo, tomando la primera pista que se abre hacia la derecha, uno se va acercando al Guadiato. Este camino est¨¢ flanqueado por pinos pi?oneros, encinas, alcornoques, acebuches y lentiscos.
Se trata de una formaci¨®n vegetal muy variada; en las vaguadas m¨¢s h¨²medas se ven tambi¨¦n madro?os, quejigos, tilos y brezos, y en cualquier lugar aparecen higueras y parras asilvestradas. All¨ª viven tambi¨¦n jaras, junto con toda clase de hierbas arom¨¢ticas, como lavanda, tomillo, romero, hinojo e incluso or¨¦gano, muy buscado. Todo esto poblado por herrerillos, picapinos, currucas y pinzones.
Playa fluvial
A poco m¨¢s de dos kil¨®metros del inicio del camino se llega a un puente y a una playa fluvial peque?a pero vistosa. Si uno se asoma a las aguas del r¨ªo, verdes y claras a la vez, se ven peces: hay barbos, bogas y percasoles. Y aunque no resulta nada f¨¢cil encontrar nutrias, animales tan escurridizos como discretos, s¨ª se ha documentado su presencia en este lugar. La vegetaci¨®n se enriquece seg¨²n se va aproximando al cauce: existe un bosque-galer¨ªa de sauces, con los pies en el agua, y adem¨¢s grandes manchas de juncos, de zarzas y de adelfas de colorido festivo.
Por debajo del puente pasan aviones y vencejos a toda velocidad, haciendo estragos entre los mosquitos, y, m¨¢s tranquilamente, t¨®rtolas y rabilargos. Esta no es la ¨²nica playa de r¨ªo en este trayecto: si se sigue la pista hasta el final, llegando a las Solanas del Pilar y al puente de los Arenales, se pasa al menos por otras dos m¨¢s, tan doradas como la primera.
Pero a la hora de meterse en el agua hay que tener en cuenta que el flujo que trae el Guadiato en este punto est¨¢ regulado por una presa, y que los fines de semana la cierran, de modo que baja menos agua. De lunes a viernes es frecuente que haya m¨¢s volumen de agua, que va destinada a los regantes de la vega del Guadalquivir cordob¨¦s; el r¨ªo crece y est¨¢ m¨¢s fr¨ªo, el agua baja m¨¢s fuerte, y el cauce se vuelve m¨¢s espumoso en las zonas r¨¢pidas. Esta circunstancia, la de las crecidas semanales, est¨¢ se?alizada en varios lugares: pero no est¨¢ de m¨¢s recordarlo y poner cuidado a la hora del ba?o.
En el entorno de Santa Mar¨ªa de Trasierra tampoco faltan para el excursionista los puntos de inter¨¦s hist¨®rico-arqueol¨®gico. Cerca de la aldea est¨¢ la Fuente del Elefante; dicen los lugare?os que se llama as¨ª porque antiguamente, encima del ca?o, que sigue manando agua fresca, hab¨ªa uno de estos animales tallado en piedra blanca. Ahora ya no est¨¢, pero s¨ª queda un naciente que vierte sobre una hermosa acequia de origen ¨¢rabe, en cuya construcci¨®n se alternan la piedra caliza y los ladrillos rojos y blancos.
Hay, adem¨¢s, una curiosa alberca cuadrangular, con los ¨¢ngulos redondeados. Algunos estudiosos creen que los restos de este conjunto pertenecen a lo que fue una villa de recreo de Abderram¨¢n III.
Y un detalle importante. La Trasierra est¨¢ llena de alambradas, cancelas, puertas m¨¢s o menos rudimentarias y carteles de 'Prohibido el paso' que no son necesariamente legales; hay muchos caminos p¨²blicos que han sido cerrados de modo il¨ªcito por los propietarios de las fincas circundantes, y caminantes y ciclistas pierden su derecho de paso y del disfrute de este paraje.
V¨ªas de paso
Para combatir esta situaci¨®n se ha constituido en C¨®rdoba la Plataforma 'A desalambrar', que trabaja para reabrir las v¨ªas que son patrimonio com¨²n de los ciudadanos, y que recomienda a todos los excursionistas que se encuentren el paso injustificadamente cerrado que lo denuncien ante la autoridad competente, que se salten los obst¨¢culos (vallas, zanjas o cercados) si pueden hacerlo con seguridad, y que no pierdan de vista que ¨¦sta es una lucha que se gana legalmente y a largo plazo.
Feria de la Avellana
- D¨®nde: Desde C¨®rdoba, hay que tomar la carretera de Trasierra, y avanzar hasta la aldea de Santa Mar¨ªa del mismo nombre: el camino est¨¢ se?alizado y no tiene p¨¦rdida, y no supera los 18 kil¨®metros de longitud. Una vez all¨ª, pasando el pueblo, hay que tomar el primer camino a la derecha. Se trata de unos 7,5 kil¨®metros de pista hasta llegar al puente de Los Arenales. - Cu¨¢ndo: Para ba?arse, el verano es el momento correcto; para pasear prolongadamente, a pie o en bici, convendr¨ªa esperar al oto?o, cuando las temperaturas sean m¨¢s clementes. Y si le interesan las fiestas populares, en torno al 15 de agosto se celebra en la aldea la Feria de la Avellana. - Alrededores: Si no ha pasado nunca por la ciudad de Medina Azahara, no deje escapar la oportunidad, porque est¨¢ muy cerca. Aunque este enorme yacimiento arqueol¨®gico merece una visita detenida, m¨¢s que un pase¨ªto complementario. En cuanto a la mesa, los aficionados a la carne de caza pueden aprovechar para probar el venado y el jabal¨ª de Santa Mar¨ªa de Trasierra. Pero no hay que olvidar que el centro de C¨®rdoba, con su cremoso salmorejo, sus quebradizas berenjenas fritas, sus asadillos de pimientos y su vino de Montilla-Moriles, entre otras delicias, a menos de 20 minutos.
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