Contra la ley
Procuro estar siempre dentro de la ley. Para un espa?ol es dif¨ªcil, porque el cuerpo legal es casi infinito, no se sabe cu¨¢les est¨¢n abolidas o modificadas. Hasta con Franco viv¨ªa dentro de su ley: pero como me parec¨ªa falsa, canallesca, cruel, conspiraba contra ella. Mal: soy muy mal conspirador porque tiendo a la transparencia. En este Estado de derecho del posfranquismo cumplo porque s¨¦ que tengo que cumplir, pero no me privo del derecho de estar en contra. Dicen que eso es lo democr¨¢tico, pero no lo creo: la neodemocracia o posfranquismo se ha atrincherado de tal forma que ya no basta descubrir todo lo ilegal que hay dentro de la ley: ellos siguen. La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal: 'Para que un delincuente no vuelva a delinquir mientras est¨¢ a la espera de sentencia firme hay que revisar el sistema de libertad provisional'. ?C¨®mo saben que es un delincuente si no hay sentencia? ?Y la suposici¨®n de inocencia? Supongamos que redacto yo ese principio: 'Para que un inocente no pase largo tiempo en prisi¨®n preventiva, hay que extender la libertad provisional'.
La diferencia entre estos dos criterios no es, claro, una cosa entre Aznar y yo, sino entre dos principios pol¨ªticos opuestos. Entre un concepto psicol¨®gico autoritario y otro libertario. Com¨²nmente se dice entre derecha e izquierda; pero ya no estoy seguro de la izquierda.
Cambiar¨¢ tambien el C¨®digo Penal: 'Para impedir que se pueda acceder al tercer grado desde el primer d¨ªa de condena. En penas superiores a cinco a?os se exigir¨¢ al menos la mitad de la condena; ampliar la duraci¨®n de la prohibici¨®n al agresor de acercarse a la v¨ªctima de violencia dom¨¦stica; castigar m¨¢s la reincidencia'. Y las nuevas leyes de inmigraci¨®n: porque al extranjero hay que tratarlo peor que al espa?ol. Y m¨¢s despu¨¦s del robo del islote. De esta forma, las c¨¢rceles espa?olas est¨¢n hacinadas. Hay m¨¢s presos que en cualquier otro pa¨ªs de la CE, seg¨²n estad¨ªsticas, y supongo yo que la direcci¨®n general de asuntos penales est¨¢ fuera de la ley por este hacinamiento y por la creaci¨®n de delincuentes -al menos, de la droga-; y por la prisi¨®n preventiva al inocente.
No parece, en cambio, que sea el pa¨ªs con mayor delincuencia, a no ser por delitos que en otros pa¨ªses no lo son. Pero eso complace a la nueva clase azn¨¢rida, a la burgues¨ªa que gan¨® la transici¨®n y ha ido ganando m¨¢s con el paso del tiempo.
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