El Gran Hermano de Turkmenist¨¢n
El dictador de la ex rep¨²blica sovi¨¦tica promueve un enfermizo culto a s¨ª mismo
El presidente de Turkmenist¨¢n, Saparmurat Niy¨¢zov, como tantos gobernantes, ha escrito un libro. Y, como suele suceder con los dictadores, no se trata de un libro corriente, sino de uno genial, dictado por Dios, en el que cada turcomano encontrar¨¢ inspiraci¨®n para llevar una vida recta y ser ¨²til a la patria. Las 400 densas p¨¢ginas de Ruhnam¨¢ (Libro espiritual) tienen de todo un poco: autobiograf¨ªa, historia -revisada por Niy¨¢zov para engrandecer a Turkmenist¨¢n-, reflexiones sobre la patria, filosof¨ªa simplista... El objetivo es inculcar el amor por las tradiciones turcomanas y ayudar al lector a convertirse en un ciudadano ejemplar.
La obra de Niy¨¢zov se ha convertido en pr¨¢cticamente el ¨²nico manual que todav¨ªa existe en las escuelas turcomanas, ya que todos los textos de la ¨¦poca sovi¨¦tica fueron prohibidos, pero no se escribieron otros para reemplazarlos. Los ni?os no son los ¨²nicos que deben estudiar el Ruhnam¨¢; tambi¨¦n lo deben hacer los soldados, los trabajadores y los funcionarios p¨²blicos. Para ello, en todas las oficinas hay una hora semanal consagrada a profundizar en los pensamientos expuestos en el libro del Turkmenbash¨ª, nombre oficial con que es conocido Niy¨¢zov y que significa Padre de los Turcomanos.
El retrato de Niy¨¢zov est¨¢ en los billetes, el vodka, los paquetes de t¨¦ y en los dos canales de televisi¨®n
El presidente turcomano ha seguido en esto el ejemplo de Mustaf¨¢ Kemal, el gran reformador de Turqu¨ªa, que adopt¨® el nombre de Ataturk (Padre de los Turcos). Pero dif¨ªcilmente se pueden comparar las reformas de Niy¨¢zov con las de Kemal. Niy¨¢zov pr¨¢cticamente ha destruido el sistema educativo que ten¨ªa Turkmenist¨¢n, ha obligado a emigrar a los profesionales -en su mayor¨ªa rusos-, ha asustado a los extranjeros, por lo que las inversiones son escasas, y se ha convertido en un monarca absoluto y vitalicio, que gobierna con mano de hierro a los cinco millones que habitan un territorio un poco menor que el de Espa?a.
No hay pr¨¢cticamente ning¨²n rinc¨®n en Ashjabad, la capital turcomana, en el que uno pueda sentirse libre de la mirada de Niy¨¢zov; su retrato adorna pr¨¢cticamente cada casa. Tambi¨¦n abundan sus bustos y estatuas. La m¨¢s grande corona el Arco de la Neutralidad, de 75 metros, en el centro de Ashjabad. Dorada, gira de manera tal que el Sol est¨¢ siempre ilumin¨¢ndole la cara. La m¨¢s tierna simboliza su milagrosa salvaci¨®n en el terremoto de 1948: sobre un pedestal, un enorme toro cornea el globo terr¨¢queo sobre el que la madre del futuro Turkmenbash¨ª alza en brazos a su hijo. La estatua del ni?o, por supuesto, es dorada.
Lo que cuenta la estatua es real: la madre de Niy¨¢zov pereci¨®, como decenas de miles de turcomanos, durante ese terremoto que destruy¨® Ashjabad. El padre hab¨ªa muerto unos a?os antes, durante la Segunda Guerra Mundial, as¨ª es que el actual presidente turcomano desde los ocho a?os se educ¨® en un orfanato.
El retrato de Niy¨¢zov tambi¨¦n est¨¢ en todos los billetes turcomanos, en las etiquetas de la vodka local, de los paquetes de t¨¦ y en el rinc¨®n superior derecho de los dos canales de televisi¨®n que existen en esa rep¨²blica centroasi¨¢tica. La calle central de Ashjabad, que antes se llamaba Lenin, ahora ha sido rebautizada Turkmenbash¨ª, y para viajar de all¨ª a la ciudad de Turkmenbash¨ª (ex Krasnovodsk), en el Caspio, hay que ir al aeropuerto Turkmenbash¨ª y tomar un avi¨®n dentro del cual los pasajeros ver¨¢n el retrato del Turkmenbash¨ª. Al llegar, uno puede dirigirse al barrio Turkmenbash¨ª, alojarse en el hotel Turkmenbash¨ª y pedir una habitaci¨®n con vista al golfo Turkmenbash¨ª.
Saparmurat Niy¨¢zov dirige el pa¨ªs desde la ¨¦poca sovi¨¦tica, pero fue despu¨¦s de la desintegraci¨®n de la URSS cuando pudo convertirse en gobernante absoluto y construir un culto a la personalidad comparable con el del fundador de Corea del Norte, Kim Il Sung. La riqueza de Turkmenist¨¢n -principalmente yacimientos de gas- la utiliza, adem¨¢s de en estatuas suyas, en construir un fastuoso centro de Ashjabad, en subvencionar los productos b¨¢sicos y, la mayor parte, en engrosar el tesoro de la fundaci¨®n que lleva su nombre, cien veces mayor -2.500 millones de d¨®lares, seg¨²n estimaciones- que las reservas de divisas de Turkmenist¨¢n.
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