Publicidad
'Shandy, la cerveza con coraz¨®n de lim¨®n'. As¨ª reza el eslogan de esta campa?a publicitaria. Colores brillantes, acid, caras j¨®venes y guapas, sonrisas deslumbrantes y.... ?no es posible! un vistoso circulillo en mitad de una lengua, una pastilla. ?Ah, no!, perd¨®n, es un limoncito, claro, hay que estar muy cerca y tener buena vista para saber que es un lim¨®n y no una pastilla. Pero da igual, el efecto ya se ha conseguido, llamar poderosamente la atenci¨®n. A unos, para indignarnos, a otros, para estimularles (?a tomar la bebida...? Y a otros... ?vaya usted a saber!
Quienes trabajamos en drogodependencias y d¨ªa a d¨ªa nos topamos con el dolor y la desesperaci¨®n de quien quiere salir y no sabe c¨®mo, el anuncio de Shandy nos parece pol¨ªtica, social y moralmente incorrecto.
En una sociedad como la nuestra, con tantos controles de calidad, donde es tan f¨¢cil saber hasta la marca de arroz que prefiere el vecino del quinto, nos cuelan goles haciendo demasiadas faltas y sin un ¨¢rbitro que pite tanto juego sucio.
Espectaculares operaciones policiales para requisar pastillas en tal discoteca o macrofiesta. Mucho despliegue para quitar las 'malas hierbas' que -impasibles- dejamos sembrar. Demasiados mensajes contradictorios, dif¨ªcilmente detectables para mentes j¨®venes y dif¨ªcilmente digeribles para todos. La neurosis est¨¢ asegurada.
En los grupos de terapia con nuestros chavales, comentamos c¨®mo desde un punto de vista t¨¦cnico la publicidad (poderosa fuerza donde las haya) es impecable. Usa con soltura procesos de condicionamiento, emplea lo subliminal como nadie y sus t¨¦cnicas de persuasi¨®n son geniales. Ser¨ªa m¨¢s que deseable que todo eso casara con mensajes de salud, crecimiento, bienestar, superaci¨®n... En muchos casos esto no es as¨ª.
Por eso, animen a sus creativos a buscar otras estrategias brillantes, divertidas y llamativas sin intoxicarnos la mente, el cuerpo y la conciencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.