Los 'ranger' de la huerta
La Guarder¨ªa Rural del Consell Agrari Municipal vigila para evitar hurtos y da?os en los campos de Valencia
Es una noche cerrada con la luna en cuarto creciente. A unos cientos de metros de la avenida de Juan XXIII, en el barrio de Benicalap, entre 40 y 50 sand¨ªas salpican el camino de acceso a varios campos de la zona. La escasa luz de los faros de la furgoneta de vigilancia rural del Consell Agrari Municipal del Ayuntamiento de Valencia deja entrever parte de este escenario. Tambi¨¦n hay muestras del destrozo en la acequia que enfrenta el campo y en los surcos de la parcela, donde han quedado marcadas huellas de pies descalzos. Las 'pistas' indican que los da?os fueron provocados la noche anterior. Es el peor incidente detectado esa noche. Aunque es lunes y la pr¨¢ctica de a?os de este servicio de vigilancia les demuestra que los primeros d¨ªas de la semana son m¨¢s tranquilos.
El servicio de Guarder¨ªa Rural recorre y vigila los campos que bordean la ciudad de Valencia y sus pedan¨ªas. En conjunto, los 16 agentes supervisan 2.100 hect¨¢reas de huerta, que alcanzan las 3.973 hect¨¢reas teniendo en cuenta los cultivos de arroz, las tierras que no est¨¢n ocupadas y los cultivos le?osos. Los 250 caminos rurales del t¨¦rmino de Valencia tambi¨¦n est¨¢n inclu¨ªdos en el lote.
Con escasa iluminaci¨®n en su mayor parte, serpenteantes y sin apenas se?alizaci¨®n, los caminos mantienen el nombre de las alquer¨ªas a las que llevan y que en alg¨²n caso han desaparecido o est¨¢n deshabitadas. L'Alqueria del Pi, el Paret¨®, l'Anell o la Campaneta son los nombres de caminos y carreteras alejados, en muchos casos, apenas unos metros de los primeros edificios de la ciudad pero a a?os luz de su forma de vida. Desde algunos de esos puntos, la amenaza en forma de cemento que se cierne sobre la huerta que a¨²n resiste es muy gr¨¢fica.
La vigilancia incluye servicios nocturnos selectivos y var¨ªa todas las semanas en funci¨®n de la ¨¦poca, de las quejas de los agricultores y de la evoluci¨®n de los precios de las cosechas. Cuando los cultivos est¨¢n caros, los robos aumentan. Este a?o, por ejemplo, las sand¨ªas no est¨¢n 'a muy buen precio' explican desde el servicio de vigilancia, y los problemas provienen m¨¢s de los destrozos que de hurtos. La Guarder¨ªa Rural, en cualquier caso, se ocupa de las dos cuestiones. La vigilancia detecta un aumento de los da?os cuando termina el curso escolar. Tambi¨¦n hay alg¨²n jubilado que pasea por los campos, bolsa en mano. Y a finales de semana hay m¨¢s actividad. Son los d¨ªas donde m¨¢s se vende en los mercados. Algunos de los hurtos, sobre todo los m¨¢s cuantiosos, acaban comercializ¨¢ndose en los mercados ambulantes y 'todo lo que sacan son ganancias', explican desde el Consell Agrari.
Las incidencias crecen con la proximidad de los campos a la ciudad, seg¨²n Rafael Lluch, el responsable de este servicio. La accesibilidad a los parcelas aumenta su vulnerabilidad. Por eso, Lluch explica que entre el 70% y el 80% de los servicios que presta la Guarder¨ªa Rural son de 'disuasi¨®n'. Su presencia 'lo que intenta es que no se llegue a robar', a?ade el vicepresidente del Consell Agrari y Concejal de Pedan¨ªas, Vicente Aleixandre. Como pas¨® esa noche de luna en cuarto creciente, cuando un coche que circulaba por la carretera de l'Anell, en Poble Nou, sali¨® pitando al ver el coche de vigilancia y dej¨® tras de s¨ª una decena de sand¨ªas reci¨¦n cogidas. Tras el incidente, una unidad permanece en la zona hasta terminar el turno, entrada la madrugada.
Todos los productos no est¨¢n amenazados por igual. 'Todo lo que sea escarbar y trabajo lo dejan', explican en el Consell Agrari. 'Van a lo que se pueden llevar r¨¢pido'. El a?o pasado se sustrajeron casi 11.000 kilos de productos agr¨ªcolas en los campos de la ciudad de Valencia, de los cuales 2.171 fueron decomisados, seg¨²n detalla la memoria del Consell Agrari. De ese total, el 37,3% se devolvi¨® a sus propietarios y el resto se remiti¨® a instituciones ben¨¦ficas de la ciudad, como ocurre cuando no se consigue identificar a los propietarios, seg¨²n Aleixandre.
El Consell Agrari tambi¨¦n presta servicios de desratizaci¨®n, coordina la quema de la paja del arroz o intermedia en las disputas entre agricultores, entre otras cuestiones.
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